Otro cameo de ficción, como todos los que estamos viendo últimamente. Se trata de Lara Croft, en una fantasía poco húmeda de Homer, en el último número de Simpsons Comics, el 164.
Como sucede demasiado a menudo (no siempre, en absoluto; sigo defendiendo la grandeza de algunos de los tebeos de Bongo), el episodio es flojete, de relleno, si acaso simpático, de pura continuidad. Y lo que más mola (esto suele pasar) es la portada, para batmanófilos:
La historieta se titula "Pardon my clunker", y cuenta la historia de cómo a Homer se le escacharra el coche, y se vuelve loco buscando otro vehículo familiar para sustituirlo. Probará un descapotable de ensueño (con flipante y engañoso anuncio televisivo al estilo Canyonero), llamado 2010 Umbriago Comprará un coche montable sueco (rollo IKEA) llamado Flesk que le decepcionará por completo, y finalmente se decide por una furgoneta familiar perfecta, pero que devora gasolina con una voracidad inaudita, así que finalmente tratará de recuperar su viejo utilitario rosa de siempre, que lo ha re-comprado Cletus y lo utiliza como coche de salvajes espectáculos de choque de esos que tanto gustan a los homers de América.
Por cierto, en foros como el de IMCDb lo etiquetan como un utilitario genérico y no inspirado en ninguno real, pero que se parece mucho a un Plymouth Fury de 1973, tal que éste:
Pero ya hablaré otro día de los coches que salen en los Simpson. Yo no tengo coche. Me parecen terroríficas armas mortales que transforman a personas en energúmenos, y no concibo que sean el motor de la economía capitalista mundial y definan el perfil de las ciudades, entre otras muchas cosas. Pero como objetos pop, los coches del universo de los Simpson sí me parecen un fenómeno interesante a desgranar, y lo haremos algún día, fijándonos sobre todo en los coches de los tebeos. De momento, yo venía aquí a hablar de la aparición ilustre de Tomb Raider en el último ejemplar de la serie madre:
Y la mano que coge en volandas a Homer en la última viñeta, pertenece a otro "invitado ilustre" muy famoso, que también se aparece en mis pesadillas, y al que descubriremos el sábado que viene.
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