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dimecres, de desembre 03, 2008

¿DÓNDE ESTABAS, MARVEL GOLD?

Jamás de los jamases había ocurrido que no escribiera ni siquiera un post al mes. Ya cuidaba yo de ello. Sin embargo, en noviembre, nada. Supongo que es mi peculiar estilo de celebrar el tercer aniversario del blog. Ocurre que siempre actualizo desde el portátil y acostumbro a dejar éste en lo que podríamos llamar mi despacho, carente de conexión. De esta manera, allí escribo sin distraerme en internet y aquí me dedico a leer a mansalva (demasiado), al alemán (bastante menos) o a otras actividades analógicas.

A pesar de mi pereza digital, seguía anotando ideas para posibles textos, a los que sigo queriendo dar forma en un futuro cercano. Simplemente por el placer de seguir lanzando mensajes al océano, voy a comprometerme conmigo mismo a colgar un mínimo de un post a la semana desde ya. A ver cuánto dura la promesa.

Empecemos con algo sencillito. Hace poco he podido disfrutar con la saga de los Vengadores Operación: Tormenta Galáctica, en la edición en tres tomos que ha sacado Panini en los últimos meses. Me ha resultado muy entretenida y se la recomiendo a cualquier lector de superhéroes con unos cuantos años de afición. De la misma manera, no la recomendaría en absoluto para todo aquel que empezara a sentir cierta curiosidad por el género y creyera que va siendo hora de pillarse alguna lectura protagonizada por engreídos exhibicionistas daltónicos ciclados. Para eso, mucho mejor acercarse al Daredevil de Frank Miller o al Superman o Los 4 Fantásticos de John Byrne porque... bueno, así es como empecé yo.

No voy a contar nada del argumento más allá de lo que se puede leer en las contraportadas. Operación: Tormenta Galáctica es una macro-saga Marvel narrada en 19 partes repartidas en siete colecciones publicada en 1992. Lo que más me ha llamado la atención ha sido la capacidad de los guionistas para avanzar en la trama sin perder de vista quién es el protagonista de cada episodio. Éstos se van centrando en Capitán América, Quasar, Wonder Man, Iron Man o en a quién le toque cada vez al tiempo que se va desarrollando la acción principal. Parecerá una chorrada, pero es un detalle hacia aquellos lectores que en su momento sólo pretendieran leer un tebeo más de su personaje, sin atender al resto de la historia --y que no quisieran o no pudieran permitirse el desembolso de adquirir las otras colecciones.

Si dirijo mis alabanzas hacia los guionistas y alejo a los neófitos de esta saga es más que nada por los dibujantes. Sólo un estómago curtido en abominaciones puede tolerar esos rayajos sin despreciar el género en su integridad. No es que sean malos, pero podrían ser mucho mejores.

Estos tebeos cuentan, además, con un interés añadido, pues fueron los encargados de inaugurar, junto a la estupenda etapa de Roger Stern y John Byrne en Captain America, el formato-colección Marvel Gold de Panini, nueva plataforma, esta vez en color, a tamaño comic-book, cubiertas en rústica y precio ajustado, desde la que recuperarán sagas añejas de Marvel (reservemos el adjetivo «clásico» para otros destinatarios).

Pues qué queréis que os diga: yo estoy encantado. Es un formato manejable (vamos, que se puede abrir), fiel a las proporciones de página y, sobre todo, su precio no es un abuso. Hace unos días, la nueva web de Marvelmanía anunciaba el plan editorial que reserva Panini para los tebeos añejos durante el 2009 y la cosa pinta bastante atractiva. Para mí, claro, que sólo sigo fiel a Daredevil y me paso por el forro el resto de la actualidad Marvel y los tomos hipertasados. Me parece un acierto que Panini publique a partir de ahora estas «novedades» para cubrir un espectro de clientes que tenía descuidado: yo mismo.

diumenge, de juny 15, 2008

META-PORTADAS (1)

No sé si se lo habré contado a alguien ya y tampoco me importa si me creen o no, pero a excepción de haber sido testigo en directo, desde el verano del 88, de la etapa de John Byrne en Superman, y algunos números del Daredevil de Frank Miller publicados en Los cómics de El Sol unos pocos años después, mi verdadera inmersión en los tebeos de superhéroes no sucedió hasta hace unos diez años, cuando empecé a probar otras colecciones que no fueran Daredevil o Superman... y apareció la Línea Excelsior de Forum.

Los noventa me pillaron leyendo manga (Toriyama, Shirow, Katsura,...), y por esta razón no me di cuenta, cuando tuve en mis manos por primera vez el Bartman #4 (mayo 1995), de que la portada firmada por Matt Groening y Bill Morrison...

...era en realidad una copia-homenaje de la portada de The Amazing Spider-Man #50 (julio 1967), a cargo de John Romita y Mike Esposito:

A este tipo de copias-homenajes se les suele llamar «swipe» y, en ocasiones, los responsables de la nueva versión reconocen la paternidad de la composición mediante la fórmula «after...» seguida del nombre del autor original (o incluso «après...» si el original es francés). En este caso, por ejemplo, debería leerse un «after Romita», pero no aparece por ningún lado.

Las portadas de los comic books de los Simpson incluyen unos cuantos swipes de superhéroes, y de aquéllos me voy a nutrir para ir mostrando aquí poco a poco los que conozca. Y así, como quien no quiere la cosa, da comienzo una nueva serie.

dissabte, de maig 26, 2007

NUEVA GÉNESIS Y... ¿LA ESTRELLA DE LA MUERTE?

Aviso: esta entrada va de tebeos (toda no, pero casi). Algunos os sentiréis perdidos entre nombres de autores, colecciones y fechas de edición, pero por eso he puesto también fotitos que tanto os gustan, para ver si consigo atraer vuestra atención hacia alguno de los elementos que incluya. ¡Y hablo de Star Wars, coño, que ayer cumplió 30 años! ¿Se puede pedir más?

Hace cinco años y medio estábamos enfrascados en un trabajo sobre Stanley Kubrick para Historia del Cine de primero. El peso de las imágenes que incluimos para ilustrarlo nos obligó a dividir el texto para guardarlo en cuatro o cinco disquets. Así trabajábamos. Entonces parece que ninguno teníamos todavía grabadora de CDs; no faltaría mucho para ello, pero justo entonces, cuando nos hacía falta, eso no existía o no estaba extendido. A finales de primero copié en VHS algunos de los cortos que hicimos en clase porque el laboratorio no debía contar con grabadora todavía (o yo no sabía que existía o no sabía usarla, que también puede ser).

Con el tiempo se generalizaron las grabadoras de CDs y DVDs, y a este respecto tengo que escribir aquí un comentario que expresó hace años mi compañero de carrera Epunto Gepunto Emepunto: si las multinacionales han bajado tanto los precios para que todo el mundo podamos hacer nuestras propias copias de cualquier cosa, es porque les interesa que copiemos. Desde el momento en que las grabadoras se hicieron asequibles, toleraron, democratizaron e incitaron a la piratería. Seguro que las discográficas (si no las pequeñas, las grandes) se llevan parte del pastel de las empresas de tecnología. (Jordi, eso son acusaciones sin fundamento; déjame en paz). Copiar mueve dinero. Si no les interesara que copiáramos, no nos habrían dado las herramientas para poder hacerlo.

Los alumnos de segundo con los que estoy en contacto estos días conocen un entorno de trabajo muy diferente del que tuve yo. ¿Quieres que te pase este archivo? Espera, que ahora te lo paso con mi usb (o MP3, o PSP). ¿Que no nos da tiempo a acabar de editar la noticia en los ordenadores de la universidad? Tranquilo, que ahora lo copiamos todo en mi disco duro externo y ya seguimos en casa. Es increíble la facilidad con la que se copian y cortapegan los archivos hoy en día.

...

Madre de dios, cómo me despisto. Total hace unos minutos que he escrito lo de arriba y ya no sé cómo quería continuar. En algún momento el texto debía empezar a transitar hacia el hecho de que si todo lo comentado me sorprende, más todavía lo consigue que hace 30 años estrenaran La guerra de las galaxias, resultado de muchísimos trucajes ópticos y unos ordenadores de mierda.

Aquella película, Una nueva esperanza, sigue siendo para mí la mejor de la saga, con el argumento más sencillo posible: rescatar a la princesa que va de blanco y derrotar al tipo que va de negro que seguro que es el malo. Por cierto, que la primera vez que leí el título de A New Hope fue en un salón recreativo de Eurodisney, hace diez años, meses antes del reestreno en salas de la trilogía original. Antes de eso no sabía nada de que la primera película era la cuarta.

Debido al éxito fulminante que obtuvo, cualquiera diría que Star Wars surgió de la nada. Pero de la nada, nada sale. Más allá de las referencias que todo el mundo sabe y ayer muy bien recordó Rafa Marín (Flash Gordon + Kurosawa + western = Star Wars), no está de más indicar otras influencias más contemporáneas a la realización del primer film y que yo creo más directas. Si no en Lucas, sí en la psique de los espectadores adolescentes de entonces que seguro reconocieron en la pantalla historias que ya habían leído. En tebeos, claro.

Tenemos por una parte al Doctor Muerte, aparecido por primera vez en el número 5 de julio de 1962 de The Fantastic Four (de Jack Kirby), con su rostro desfigurado oculto bajo una armadura de metal. "¿Dónde estabas tú en el 62?", fue la frase de promoción de American Graffiti. "Leyendo tebeos de los 4F y tomando notas para una idea que se me ha pasado por la cabeza", pudo ser la respuesta de Lucas. El origen de Muerte se narró en el segundo anual de la colección, de 1964.

Tenemos también la Guerra Kree-Skrull. Que qué es eso, Jordi. No, si ya me imaginaba yo. Pues mirad, yo la leí hace unos años y sólo recuerdo que me encantó en todos los aspectos. Lo básico: es un conflicto planetario iniciado hace eones entre las civilizaciones Kree y Skrull (creedme), del que se nos informa y tiene su desarrollo en los números 89 al 97 (VI-1971 a III-1972) de The Avengers, escritos por Roy Thomas y dibujados por Neal Adams y los hermanos Buscema. Tiene cabida todo el mundo: la Inteligencia Suprema, los Inhumanos, el Capitán Marvel, Rick Jones, Nick Furia, los Mandroides, la Zona Negativa, Annihilus... todo bien mezcladito, con los Vengadores en medio de todo el meollo, que resulta ser una aventura cósmica como no se había visto en Marvel, con viñetas que muestran el avance a través del espacio de las naves gigantescas de la armada imperial Skrull (como en ésta del número 96). Tal que en una película que yo me sé.

Hace poco me inicié en la saga del Cuarto Mundo de Jack Kirby. No es precisamente la obra de Kirby que recomendaría, porque leyéndola lo único que queda claro es que son tebeos dibujados por Kirby, pues lo que es el argumento lía un poco. Si hay alguien ahí fuera que quiera probar con el Kirby de los 70, que empiece por Los Eternos (1976-78), por su etapa en Capitán América (1976-77) o por el tomo de Pantera Negra (1977-78).

El Cuarto Mundo es el título genérico de la saga desarrollada en las colecciones New Gods, Forever People, Superman's Pal Jimmy Olsen y Mister Miracle, todas de DC. Por lo leído en New Gods, es un conflicto entre Apokolips y Nueva Génesis, con el personaje de Orion en medio. Orion es el héroe de la historia e hijo de Darkseid, el amo de Apokolips. Vale, me diréis que lo del padre oscuro es el pan nuestro de cada día, pero echad un vistazo al aspecto de Apokolips, aquí al lado. Aalgoo se parece a aalgooo... y no señalo a naadiee...

La carretera de las influencias tiene dos sentidos, e igual que va, vuelve. Cuando uno lee la etapa de John Byrne en los 4F a principios de los ochenta, en plena fiebre galáctica, con esas recurrentes visitas a otros mundos y encuentros con civilizaciones de criaturas extrañas, es inevitable pensar que esas aventuras tienen lugar en el mismo universo de Star Wars, y que nos muestran rincones que jamás veremos en la pantalla.

Tal vez sea porque los dos tienen barba, pero a veces pienso que John Byrne y George Lucas son la misma persona. Por una parte, Lucas, de la mano de Spielberg, dominaron los 80 con sus guerras estelares, sus Indiana Jones, regresos al futuro, además de con otras producciones con el mismo sello o películas exploit. Byrne, por otra, y con un talento similar para realizar entretenimiento de calidad, conquistó el tebeo de superhéroes de esa década. Tras unos años a finales de los 70 con la Patrulla-X, de la que se despidió en The Uncanny X-Men #143 (IV-1981), y una corta etapa en Captain America (julio 1980 a marzo 1981; #247-255), recibiría a la nueva década como se merece con su labor en Fantastic Four (#232-293; junio 1981 a agosto 1986) y en las colecciones de Superman a partir de octubre de 1986.

La sombra de Star Wars se percibe sobre todo en Fantastic Four, pero también un poco en la saga del exilio de Superman, de 1989, que no son números directamente escritos por Byrne pero narran las consecuencias de las líneas argumentales que él abrió.

Vale, de acuerdo, de una viñeta aquí y otra viñeta allá no salen seis películas. Sólo digo que el espíritu de las aventuras más-grandes-que-la-vida de Kirby, así como los conflictos galácticos descritos en los cómics Marvel pocos años antes del estreno de Una nueva esperanza, son elementos que estaban ahí, en una cosa tan estrambótica como un tebeo de superhéroes, plasmado en un material conocido como papel, intermediario entre un universo y la imaginación.

dilluns, de maig 14, 2007

ESTO NO ES EL POST DEL LUNES

¿Qué hago posteando un lunes tan de mañana en vez de estar en clase de Film Comedy? Y es que encima seguro que hoy ya empezaba con el sacrosanto y fantabuloso Keaton. Ach, Scheiße! Pues nada, que parece que por fin se han acordado de que solicité una beca de colaboración el pasado septiembre que me dieron en diciembre, y esta mañana, poco antes de las 9, cuando todavía estaba en la cocina con el café, me han llamado para decirme que empiezo. Sí, he vuelto al café, pero a cambio me he bajado del chocolate y los dulces, para no catarlos mas que en sólo una ocasión en fin de semana. Y no, no me ha llegado ningún correo de los que dicen que me han enviado, porque resulta que la colaboración empezaba la semana pasada.

La profesora, Errepunto Depunto Esepunto, me aconseja que me traiga faena, que esto suele ser aburridillo. A partir de mañana ya estoy aquí con mis ejercicios de alemán, que faltan tres semanas para el examen, y con los powerpoint de Derecho, pues el aciago día de la temida prueba se aproxima a una celeridad atroz, cual anomalía espacio temporal en vórtice espiral en el centro de un sumidero que se sumerge exponencialmente en los abismos de la trágica antimateria. Que ya está ahí, vamos.

Por supuesto, no faltará algún librillo para llenar los ratos muertos. Pienso en Cultura del apocalipsis, lleno de entrevistas a necrófilos y psicópatas, entre otras golosinas. Y en los libros sobre cómics, como el relativo a Barry Smith o el de los Vengadores.

Una cosa más y os dejo. Este fin de semana he alimentado mi espírítu con unos cuantos de los tebeos del Superman de Byrne de 1988, y he hallado relaciones, en cuanto a estructura, con Lost. Serán seguramente una chorrada, pero oye, a mí me llama la atención, pero no diré nada hasta que no acabe de ver la tercera temporada, a partir de la semana que viene. Esto (todo) se acaba, que me quedan ya menos de dos semanas de clase en esta universidad. Y en verano el proyecto. ¿Y después? Valencia, Insha' Allah.

PD: algo pasa con los espacios entre párrafos a la hora de publicar con este ordenador ajeno. Ya lo arreglo esta noche en casa.

 
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