tribunales

Carpetazo definitivo a la causa contra los Mossos por la pérdida de un ojo con 'foam' en las protestas por Hasél

Imputado un sargento de los Mossos por la pérdida de un ojo de una manifestante

El tribunal sostiene que el impacto del proyectil se pudo producir cuando la joven se agachaba para coger unas botellas de vidrias con intención de lanzarlas a los agentes

La mujer herida en un ojo presuntamente por una bala de foam de los Mossos en una protesta contra el encarcelamiento de Pablo Hasél, en Barcelona. / Ferran Nadeu

J. G. Albalat

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La Audiencia de Barcelona ha confirmado el archivo definitivo de la causa abierta contra agentes de los Mossos d'Esquadra, entre ellos un sargento y dos escopeteros, por la pérdida de un ojo de una manifestante que entonces tenía 19 años por el impacto de un proyectil de 'foam' en las protestas por la encarcelación del rapero Pablo Hasél, el 16 de febrero del 2021. La resolución de la Sección 21 confirma que la lesión fue causada por un proyectil disparado por un policía, aunque precisa que esto no debe conducir "necesariamente a presuponer el incumplimiento del protocolo cuando no contamos con elementos indiciarios para llegar a esta conclusión". El abogado de la joven herida, Xavier Muñoz, ha anunciado que ahora presentarán una reclamación patrimonial contra la Administración catalana por la "mala praxis·" del cuerpo policial, mientras que la letrada del colectivo Iridia, Sònia Olivella, que ejerce la acusación popular, ha recalcado la "peligrosidad de este armamento",.

De esta manera, la Audiencia confirma el auto de archivo decretado el pasado mes de mayo por el juez de Barcelona Joaquín Aguirre y en el que sostenía que los agentes actuaron "en defensa propia", al estar cercados por "los manifestantes violentos" en una concentración "ilegal" no autoizada, que el togado comparó con la 'kale borroka' de Euskadi. El magistrado subrayaba que la joven herida se colocó ella misma "en peligro" al "formar parte" del grupo que tiraba objetos contundentes contra la policía, "en tal cantidad y potencia" que los agentes "se vieron obligados" a realizar disparos preventivos de proyectiles de goma, "a fin de evitar que los asaltantes les rebasaran y entraran" en una comisaría de la Policía Nacional.

La Audiencia de Barcelona reseña en la nueva resolución que de las diligencias de investigación practicadas, "ni siquiera en la declaración judicial de la propia denunciante, se infiere la comisión de una conducta dolosa"`por parte de los agentes, "entendida como la acción u omisión consciente y deliberada dirigida a provocar un resultado lesivo". Y añade, en cambio, que de las pruebas se "infiere" que el lanzamiento del 'foam' por parte de la policía "se adecuó a las exigencias que contempla el protocolo vigente en la fecha de los hechos" sobre el uso de esos proyectiles. Conforme a este protocolo el lanzamiento debe hacerse a una distancia de unos 20 a 50 metros, orientando el disparo del abdomen hacia abajo, "precauciones que fueron observadas por los agentes".

Botellas en las manos

El auto señala que la mujer que perdió el ojo omite en su declaración que "en diversas ocasiones portaba en la mano botellas de vidrio de las que fueron arrojadas a los agentes a medida que los manifestantes se agachaban para cogerlas del suelo en donde habían caído procedentes del interior de un contenedor". Por lo tanto, añade, cabe la posibilidad que "al agacharse para aprovisionarse de las botellas para lanzarlas en dirección al cordón policial" le alcanzara el 'foam' disparado por los Mossos y que "de forma absolutamente accidental" le impactara en el ojo, cuando podía ir dirigido al abdomen, tal y como marca el protocolo. Los magistrados destacan que "lamentablemente se produjo un lamentable accidente, pero la responsabilidad en su producción, en modo alguno es achacable a la actuación policial".

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El colectivo Iridia, que ejerce la acusación, destaca que la valentía de la mujer herida, África, y de su entorno durante estos años han estado clave para conseguir la retirada de los proyectiles de 'foam´más lesivos (SIR-X), como acordó el Parlamento el diciembre de 2022 en las conclusiones de la Comisión de Estudio sobre el Modelo Policial. Además, la investigación ha demostrado que el protocolo e uso de estos proyectiles no respetaba las recomendaciones del fabricante, un hecho especialmente grave que ponía en riesgo la seguridad y aumentaba la lesividad, sobre todo en contextos de protesta.

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