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Las empresas elevan sus emisiones de pagarés un 8% pese al alza de tipos

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Joaquín Alegre, Director en el área de Derecho Bancario y Financiero de Andersen y asesor registrado del MARF, analiza en El Economista la situación del Mercado Alternativo de Renta Fija en España

Las empresas españolas acuden cada vez más a las emisiones en el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) para diversificar sus fuentes de financiación y cubrir necesidades a corto y medio plazo. Los bonos y pagarés contribuyen a reducir la tradicional dependencia del crédito bancario, pero la escalada de tipos y la incertidumbre sobre su techo están impactando de lleno en el apetito de los inversores por este tipo de deuda. Con las sucesivas subidas del precio del dinero, el MARF ha incrementado el coste de las emisiones por encima del 4% anual y las colocaciones a largo plazo se frenan. La curva de tipos está haciendo que se emita a plazos más cortos -la media está en 2 o 3 meses- y la competencia y rentabilidad de otras alternativas de inversión como las letras del tesoro también generan una presión al alza en las emisiones.

Joaquín Alegre, Director en el área de Derecho Bancario y Financiero de Andersen y asesor registrado en el MARF, confirma a El Economista que "de enero a junio de 2023 se han registrado emisiones de pagarés por 7.217 millones de euros, superando en un 8% los 6.656 millones registrados en el mismo periodo de 2022. En emisiones de medio y largo plazo (cédulas, bonos y titulizaciones) la cifra alcanzó los 170,5 millones de euros en 2022. En cuanto al saldo vivo de pagarés, asciende a 3.713 millones de euros. En bonos estamos en los 4.606 millones de euros", añade.

Alegre recuerda que hay mucha variedad de emisiones, desde varios cientos de miles de euros hasta emisiones de decenas de millones de euros. “Los precios de MARF, así como los costes para las entidades (de registro del programa, asesores, etc.) siguen siendo sustancialmente más bajos que cualquier otra solución de financiación. Por eso sigue aumentando el número de emisores. Aquellas entidades que conocen este mercado y tienen un tamaño y situación financiera que cualifique para emitir, lo hacen”. En su opinión, el riesgo de que los bonos pierdan valor, especialmente los de mayor calidad, es relativamente bajo. “En el segmento de renta fija de alta calidad ya existen rentabilidades por cupón consistentes con las expectativas de inflación a largo plazo y, además, en emisores cuya capacidad de repago de esa deuda ha mejorado”, confirma. La otra nota positiva la ponen las “oportunidades existentes en el mercado de renta fija corporativa, donde los bonos de calidad pueden ofrecer rentabilidades en torno al 4%, superando los rendimientos de los depósitos”. En las condiciones actuales “incluso un 1% adicional a lo largo del tiempo importa”, matiza Alegre. 

Puede leer la noticia en El Economista.

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