¿Cuáles son algunos errores comunes que se deben evitar al tener una conversación difícil?

1 Conoce tu propósito

Antes de iniciar una conversación difícil, debe tener una idea clara de lo que quiere lograr y por qué. ¿Desea mejorar una situación, corregir un comportamiento o expresar una preocupación? ¿Cómo se relaciona con sus metas, valores o expectativas? Tener un propósito te ayudará a concentrarte en el tema principal y evitar desviarte por emociones o detalles irrelevantes. También te ayudará a enmarcar tu mensaje de una manera positiva y constructiva, en lugar de una negativa y acusatoria.

2 Elija el momento y el lugar adecuados

El momento y la ubicación son factores importantes que pueden influir en el resultado de una conversación difícil. Desea elegir un momento y un lugar que sean convenientes, cómodos y privados para ambas partes. Evite tener una conversación difícil cuando usted o la otra persona estén estresados, enojados o distraídos. Además, evite lugares públicos o concurridos donde pueda ser escuchado o interrumpido. Un buen momento y lugar para una conversación difícil es cuando ambos tienen suficiente tiempo, energía y atención para escuchar y responder con calma y respeto.

3 Usa habilidades de escucha activa

La escucha activa es una habilidad clave que puede ayudarte a establecer una buena relación, comprender la perspectiva de la otra persona y evitar malentendidos. La escucha activa implica prestar atención a las señales verbales y no verbales del hablante, reflexionar sobre lo que escucha, hacer preguntas abiertas y resumir los puntos principales. Al usar habilidades de escucha activa, puede demostrar que se preocupa por los sentimientos y opiniones de la otra persona, y que está dispuesto a trabajar juntos para encontrar una solución.

5 Acordar los pasos de acción y el seguimiento

El último paso de una conversación difícil es acordar los pasos de acción y el seguimiento. Los pasos de acción son las acciones concretas y medibles que ambas partes tomarán para abordar el problema y lograr el resultado deseado. Por ejemplo, puede acordar una fecha límite, una frecuencia o un estándar de calidad para una tarea o un comportamiento. El seguimiento es el proceso de verificación, brindar apoyo y evaluar el progreso. Por ejemplo, puede programar una reunión, enviar un correo electrónico o hacer un cumplido. Al acordar los pasos de acción y el seguimiento, puede garantizar la responsabilidad, la coherencia y el reconocimiento.