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Servicios financieros

Cash Accelerator

Sobre nosotros

arms es la compañía líder de soluciones de cuentas por cobrar. El acelerador de flujo de efectivo para todos los negocios

Sitio web
https://www.ar-ms.tech
Sector
Servicios financieros
Tamaño de la empresa
De 51 a 200 empleados
Sede
Madrid
Tipo
De financiación privada
Fundación
2021
Especialidades
cash accelerator, fintech, aceleradora de efectivo, mejora de cobranza, tecnología, flujo de efectivo, collection solutions, cash acceleration, cash flow, accelerating potential, technological solutions, consulting, collection services, growing companies, cuentasporcobrar, carteravencida, SaaS, Enterprise y AI

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    El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ha venido haciendo desde hace años un buen seguimiento de la situación financiera y operativa de Pemex. Relevante por la importancia de la empresa para la economía mexicana, tanto como actor fundamental en el sector energético como por los agudos problemas financieros que enfrenta esta petrolera, la más endeudada del mundo, que ahora, con un cambio constitucional recién completado, deja de ser una “empresa productiva del Estado”, obligada a ser rentable o generar valor económico, para pasar a un estatus de entidad pública estratégica, en esencia, como dependencia de gobierno. Pemex inicia esta nueva etapa arrojando, con la información al corte del tercer trimestre, una pérdida neta de $430.1 mil millones de pesos en los primeros nueve meses del año. La mayor en los últimos 13 años si se exceptúa al 2020, atípico por la pandemia. Y debe a proveedores y contratistas $402.9 mil millones de pesos, cifra más de 35% mayor que los adeudos en el cierre del mismo periodo en 2023. Al 30 de septiembre, el saldo total de su deuda financiera bruta fue de $1.91 billones de pesos, aproximadamente $97.3 mil millones de dólares. Este saldo, que equivale al 5.6% del PIB del país estimado para 2024 ($34.37 billones de pesos), es 6.4% ($120 mil millones de pesos) mayor al registrado al cierre del tercer trimestre de 2023 ($1.79 billones de pesos). El IMCO expone que se observa un deterioro continuo del patrimonio neto o capital contable de Pemex a lo largo de los últimos 13 años, resultado, principalmente, de sus pérdidas recurrentes. Mientras que al 30 de septiembre de 2011 poseía un patrimonio neto negativo de $118 mil millones de pesos, a esa misma fecha de corte en 2024 este fue -1.74 billones. Esto significa que, en totales, los pasivos ($4.1 billones de pesos) son 1.8 veces los activos ($2.3 billones de pesos). Con todo y que durante los primeros nueve meses de este año recibió del Gobierno Federal $150.5 mil millones de pesos (mmdp) por concepto de aportaciones de capital. Una cifra que corresponde a 88.1% del monto de aportaciones aprobado en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para todo el ejercicio fiscal 2024. Y reportó beneficios por condonaciones fiscales de $91.3 mil millones para 2023 y 79.2 mil millones para 2024. Malos resultados financieros que tienen su espejo en igualmente deficiente desempeño operativo. Pemex y sus socios extrajeron en el año, al cierre del tercer trimestre, la menor cantidad registrada de petróleo crudo (sin incluir condensados) para un periodo equiparable en los 13 años que el IMCO usa de rasero. Entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2024, la petrolera extrajo un promedio de 1.512 millones de barriles diarios de crudo, 5.2% por debajo a lo reportado en el mismo lapso de 2023. https://lnkd.in/eiaNKEfG

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    Siguen a la baja las expectativas sobre el crecimiento de la economía mexicana. La Encuesta a Especialistas del Sector Privado del Banco de México de octubre apunta, tomando en cuenta el promedio, a 1.41% este año y 1.22% el próximo. Hace un mes, la media era 1.45 y 1.28 por ciento, respectivamente. A más largo plazo, la proyección, para un promedio en los próximos 10 años, mejora: 2.07%, desde 2.03% en la edición previa. El otro indicador que se complica es el tipo de cambio. Las expectativas para los cierres de este año y el próximo vuelven a aumentar. Para el del presente año, 19.85 pesos por dólar, desde 19.69 en la encuesta de septiembre. Para el de 2025, el pronóstico medio sube de 19.98 a 20.06 pesos. Para la tasa de fondeo interbancario, los especialistas apuntan, en promedio, a un cierre de año en 10.02%, desde 10.06 por ciento. Como perfila la encuesta y otros sondeos, se esperan dos recortes de 25 puntos base o uno de 50 en las próximas reuniones de la Junta de Gobierno del Banco de México con decisiones de política monetaria, el 14 del presente mes y el 19 de diciembre. En cuanto al cierre de 2025, la expectativa pasa de 8.09 a 8.12 por ciento. Los pronósticos de inflación general para el cierre de 2024 disminuyeron en relación con la encuesta de septiembre: de 4.48 a 4.43 por ciento. No hay cambio en el promedio para 2025, en 3.86 por ciento. Respecto al componente subyacente, que excluye bienes y servicios cuyos precios no responden directamente a condiciones de mercado, sino que se ven altamente influenciados por condiciones externas como el clima o regulaciones, las expectativas se mantuvieron en niveles similares para ambos años: 3.84 y 3.69 para 2024 y 2025, respectivamente. Las expectativas referentes al déficit económico y a los requerimientos financieros del sector público para los cierres de 2024 y 2025 se mantuvieron en niveles similares: para el primero, en 4.98% en 2024 y 3.65% en 2025; para el segundo, el concepto más amplio de la posición financiera del Estado, en 5.98 y 4.27 por ciento, respectivamente. Es decir, no se ve, por el momento, factible que el Gobierno Federal pueda reducir el alto déficit con el que está operando a la mitad, como ha afirmado la Secretaría de Hacienda que se hará. En relación con los factores que podrían obstaculizar el crecimiento económico de México en los próximos seis meses, los especialistas consideran que, a nivel general, los principales se asocian con la gobernanza (55%), condiciones externas (17%) y condiciones económicas internas (15%). A nivel particular: incertidumbre política interna (19% de las respuestas); inseguridad pública (16%); otros problemas de falta de Estado de derecho (13%); inestabilidad política internacional (6%); ausencia de cambio estructural en México (5%); e incertidumbre económica interna (5%). https://lnkd.in/ePVuW5-P

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    En la presentación de la Asociación de Bancos de México (ABM) de la conferencia que acaba de llevar a cabo sobre el entorno de la economía del país y la banca, se señala: “Si a la Banca le va bien, es porque a la economía le va bien. De hecho, somos el sector con mayor capital invertido en el país con $1.6 billones de pesos y la utilidad neta representa en promedio el 15% de esta inversión”. Nada mal. El negocio bancario en México, en general, ha sido sobresaliente. Y como es evidente, ha sabido navegar en el clima cambiante para que lo siga siendo. Así, en su presentación, ABM indica que las altas tasas de interés no sólo ejercieron el efecto previsible sobre el crédito: también, con oferta de mayor rendimiento a sus clientes, fomentó el ahorro. En cuanto al crédito, resalta, las tasas de interés bancarias han subido menos que la de política monetaria del Banco de México. Comparando junio de 2021 a agosto de 2024, la de referencia, cerrando en 10.5%, aumentó 6.5 puntos porcentuales. En el mismo periodo, el costo para el cliente del crédito bancario avanzó 5.7% en el otorgado a empresas, a 12.5% anual; 1.8% en el de consumo, a 28.8% (considerando el interés pactado y todo lo que el deudor se obliga a pagar); y 1.3% en el de vivienda, a 10.3 por ciento. Entre tanto, el rendimiento de los depósitos subió más que el crédito. En el mismo periodo, el costo de captación, calculado con el promedio ponderado de lo que pagan las instituciones de banca múltiple por captar los recursos, creció 5.8%, cerrando en agosto con tasa de 9.6 por ciento. Hay un crecimiento a doble dígito en casi todos los componentes de crédito. De 2023 a 2024, con saldos en la cartera a agosto, un avance de 13.6% en el financiamiento al sector privado ($6,478 miles de millones de pesos –mmp– en 2024); de 18.1% en consumo ($1,602 mmp); de 13.8% en empresarial ($3,488 mmp); y de 8.2% en el de vivienda ($1,397 mmp). Hacia delante, ABM estima que el crédito al sector privado crecerá más que en 2023, aunque se desacelerará en 2025 por la menor actividad económica. Por lo pronto, en 2023 avanzó 5%, mientras el PIB del país creció 3.2%; para 2024, estima 6.5 contra 1.5 por ciento, respectivamente (considerar, como apunta la presentación, una relación, con correlación de 0.85, con rezago de seis a nueve meses del crédito respecto al PIB). En el camino, la banca en México presenta un crecimiento promedio anual en el capital invertido (contable), entre 2018 y 2024, de 7.4 por ciento. Y con solidez: solvencia y buena gestión de riesgos para sostener niveles de capitalización y liquidez superiores a mínimos regulatorios. Respecto a 2023, aumentos en los índices de capitalización y de cobertura (reservas suficientes para cubrir 1.6 veces la cartera vencida), y baja en el de morosidad. En cuanto al coeficiente de cobertura de liquidez, para hacer frente a choques de estrés de corto plazo, en 303%, muy por encima del mínimo de 100. https://lnkd.in/e-qT8JQk

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    La visión que está presentando, en versión pública, la banca en México de cara al 2025. Previsiblemente evitando posiciones enfáticas, pero, aun así, relevante, por la selección de temas y lo que se apunta en éstos. De la presentación de una conferencia ex profeso de la Asociación de Bancos de México, encabezada por su Presidente, Julio Carranza Bolívar. Sobre la economía del país, en la que nos concentramos en esta nota: el reconocimiento de “retos enormes”, locales y globales. De entrada, con los principales indicadores reflejando una desaceleración en el último tramo del año y más aún hacia 2025. Pero, enfatiza, sin recesión, y con elementos de amortiguación. Como inflación y tasas a la baja (anticipa que las referencias de estas últimas cierren el año en 10% en México y 4.25-4.50% en Estados Unidos, es decir, recortes de 50 puntos base). Lo que, anota, puede combinarse con políticas públicas adecuadas. Respecto al sector bancario, hay un optimismo más enfático, con el crédito creciendo, apuntando a un avance anual de 11.1% nominal y 6.5% real. La ABM promedia los pronósticos del Fondo Monetario Internacional, el Banco de México y otras instituciones: 2024, 1.5%; 2025, 1.2 por ciento. Bastante menos que Estados Unidos: 2.8 y 2.2 por ciento. Cita distintos indicadores que reflejan la desaceleración: menor creación de empleos formales; menos crecimiento del consumo privado y la inversión nacional, tanto privada como pública; importante caída del componente de nuevas inversiones de la inversión extranjera directa, que este año podría ver una variación anual negativa de casi 70%, para representar ya apenas el 4% de la IED total, cuando en 2022 llegó a estuvo en 50 por ciento. El llamado, en la presentación: “resulta fundamental fomentar la inversión productiva con políticas públicas que generen certidumbre legal y confianza”. Máxime porque 2025 se presenta con un entorno por demás complejo: desaceleración económica global y de Estados Unidos, aunque menos pronunciada que en México; incertidumbre por la política estadounidense y la renegociación del TMEC; también por conflictos geopolíticos; impactos “aún inciertos” de las reformas constitucionales en el país; presiones en las finanzas públicas por el gasto y menores ingresos; cambios estructurales en el sector energético. Como oportunidad, señala que especialistas estiman que ya se aprovecha el 45% del potencial del nearshoring y que la cota puede subir con mejoras en capacidad de infraestructura y servicios públicos como agua, energía y transporte. Sobre todo, sugiere, “el mensaje de confianza del nuevo Gobierno puede ayudar a mitigar los efectos adversos”. Lo que implica, de entrada, impulsar al TMEC, combinar inversión pública y privada; “hacer a México un destino atractivo para los negocios”; garantizar la certeza jurídica y simplificación de trámites. https://lnkd.in/e-qT8JQk

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    El financiamiento ha tenido un espacio destacado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad, en la COP16, en Cali, Colombia, que concluye este 1 de noviembre. Noticias de los primeros bonos de biodiversidad del mundo, como iniciativas pioneras para sumar al sector privado en el reto de preservar la diversidad biológica del planeta, con instrumentos creados específicamente para escalar el fondeo y las inversiones. Hace sentido que Colombia, uno de los 17 países clasificados como megadiversos y considerado entre los tres con mayor diversidad biológica, con Brasil e Indonesia, esté haciendo sonar los primeros campanazos en estos bonos. Corporación Financiera Internacional (IFC - International Finance Corporation), del Banco Mundial, anunció una inversión de hasta $50 millones de dólares en una emisión de bonos de biodiversidad por parte del Banco Davivienda, el segundo mayor banco de Colombia, para financiar proyectos destinados a conservar, proteger y restaurar la biodiversidad y la naturaleza. Los proyectos que se pueden financiar con los ingresos del bono incluyen actividades relacionadas con agricultura regenerativa y climáticamente inteligente, reforestación y producción sostenible en ecosistemas de agua dulce y marina. Davivienda aspira a que, a 2030, al menos 30% de su cartera esté compuesta por préstamos sostenibles para 2030. (https://lnkd.in/eKsFVMUB). Es el segundo bono de biodiversidad emitido a nivel mundial. El primero también fue colombiano y con participación de IFC como estructurador e inversionista. Emitido por BBVA en julio de este año, en un primer tramo de $15 millones de dólares para un total que ascenderá a $70 millones. Para financiar proyectos de reforestación, regeneración de bosques en tierras degradadas, agricultura regenerativa y climáticamente inteligente y restauración de hábitats de vida silvestre, entre otros. En Cali, BBVA en Colombia anunció que completó la emisión de ese primer lanzamiento de bono temático enfocado a proyectos de biodiversidad, el cual se estructurará en dos tramos: uno de hasta $35 millones de dólares suscrito por BID Invest, brazo de colaboración con el sector privado del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y otro por igual monto con IFC. (https://lnkd.in/eQ2gre-5). Para proyectos para combatir la pérdida de biodiversidad en Colombia, incluyendo categorías como uso productivo de la tierra y agricultura sostenible, producción sostenible marina y en agua dulce, soluciones basadas en la naturaleza, gestión de residuos y plástico, silvicultura y plantaciones, servicios de turismo y ecoturismo. https://lnkd.in/eshFprc6

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    En el reporte que recién publicó la consultoría global McKinsey sobre el auge del crédito privado, también conocido, en términos de clase de activos, como deuda privada, se ponen de relieve tendencias que definirán una próxima de esta pujante industria, que está atrayendo, para fines de inversión, lo mismo a fondos de pensiones y aseguradoras que a gestores de patrimonio soberano de países. Hay un nuevo ecosistema en expansión, con vínculos más orgánicos entre administradores de activos, bancos y compañías de seguros, lo que impulsará la originación, sindicación, estructuración y distribución de activos a una escala significativa. Entre las tendencias claves en su desarrollo, destaca la expansión del crédito privado acompañada de una gama más amplia de tipos de activos y grupos de prestatarios. McKinsey delinea cuatro clases de activos perfilados para pasar, cada vez más, a la operación de prestamistas no bancarios: 1)     Financiación respaldada por activos, en particular segmentos con rendimientos ajustados al riesgo más alto, atractivos para inversores institucionales. Por ejemplo, préstamos para aviones y arrendamiento de equipos. 2)     Activos de infraestructura y financiación de proyectos con duraciones relativamente largas. De cinco años en adelante. 3)     Hipotecas residenciales gigantes, particularmente aquellas con altas relaciones préstamo-valor, así como para residencias “no primarias” o aquellas que están clasificadas como “nonconforming” según las regulaciones bancarias estadounidenses. (inmuebles que no son la residencia principal del asegurado o no cumplen con las leyes de zonificación vigentes pero aún se le permite existir porque fueron establecidos legalmente previamente). 4)     Bienes raíces comerciales de mayor riesgo, ante los cuales los bancos buscan reducir su exposición. Cada uno de estos tipos de activos ocupa un lugar destacado en al menos uno de los tres criterios que, de acuerdo con la consultora, contribuyen a la propensión de sacar activos de los balances bancarios: desfase de duración respecto a los depósitos bancarios, facilidad de originación para entidades no bancarias, impacto en el ROE bancario (retorno sobre capital) después del Basel III Endgame (reglas de gestión de riesgos, supervisión y regulación de la banca; ronda final de propuestas en el marco de Basilea III para abordar la crisis financiera de 2008 y la crisis bancaria regional de 2023). McKinsey estima que, tan sólo en Estados Unidos, entre $5 y $6 billones de dólares adicionales de los tipos de activos citados pasen al ecosistema no bancario en próxima década, siempre que se cumplan tres supuestos: las tasas de interés se mantienen elevadas; los activos de rendimiento continúan funcionando en línea con su rango histórico (y no experimentan, por ejemplo, pérdidas crediticias aceleradas); y persiste el entorno regulatorio para los bancos. https://lnkd.in/eb2KQ3DT

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    El PIB real de Estados Unidos aumentó a una tasa anual del 2.8% en el tercer trimestre del año, según la estimación anticipada de la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio. Nada mal, a pesar de venir de un incremento de 3% en el segundo trimestre y de que los economistas pronosticaban el mismo nivel para el subsecuente (sondeo Reuters). Crecimiento sólido, con el consumo avanzando al ritmo más rápido en año y medio y la inflación en marcada desaceleración, destaca la cobertura de Reuters: “[la economía estadounidense] desafiando los pronósticos de una recesión y superando a sus pares globales”. Más optimista aún la de CNN Business: “acaba de lograr la rara hazaña de un aterrizaje suave”. Es decir, con la inflación domada por altas tasas de interés sin el daño colateral de una recesión. Por lo menos por ahora. “Las encuestas muestran que la carrera [de las elecciones] es un volado, con la salud de la economía como la principal prioridad para los votantes, quienes se han quejado de los altos costos de los alimentos y la vivienda”, apunta la nota de Reuters. “La economía se ha mantenido resistente a pesar de los aumentos de 5.25 puntos porcentuales de las tasas de interés en 2022 y 2023 por parte de la Reserva Federal para controlar la inflación”. Cabe señalar que este dato del PIB se basa en datos fuente que están incompletos o sujetos a revisión adicional. El segundo cálculo para el tercer trimestre, basado en cifras más completas, se publicará el 27 de noviembre. Por lo pronto, la Oficina de Análisis Económico expuso que el aumento del PIB real reflejó principalmente aumentos en el gasto de los consumidores, las exportaciones y el gasto del Gobierno Federal. Hay también un incremento importante en la inversión en equipo. Las importaciones, que restan en el balance del PIB, aumentaron. El aumento del gasto de los consumidores reflejó aumentos tanto en bienes como en servicios. Dentro de los primeros, los principales contribuyentes fueron otros bienes no duraderos, encabezados por medicamentos recetados, y vehículos de motor y sus repuestos. Dentro de los servicios: atención sanitaria (encabezada por servicios ambulatorios), así como servicios de alimentación y alojamiento. El aumento de las exportaciones respondió principalmente a un aumento de las de bienes, liderados por los de capital (excluyendo los automóviles). El del gasto gubernamental estuvo liderado por el de defensa. El crecimiento de las importaciones fue marcado primordialmente por un aumento en las de bienes, liderados por los de capital. Respecto al segundo trimestre, la desaceleración del PIB real se debió, principalmente, a un enfriamiento en la inversión privada en inventarios y una disminución mayor en inversión fija residencial. Movimientos compensados, en parte, por aceleraciones en las exportaciones y el gasto de los consumidores y el gobierno. https://lnkd.in/eWsdauPu

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    En el tercer trimestre de 2024, con cifras ajustadas por estacionalidad, el PIB de México habría crecido 1% real respecto al trimestre inmediato anterior, de acuerdo con la Estimación Oportuna del Producto Interno del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), cálculo preliminar de la evolución de las actividades económicas del país, reportado 30 días después de que concluye el trimestre de referencia (las cifras oficiales del PIB se publicarán el 22 de noviembre). Mejor a lo esperado por economistas, pero no lo suficiente como para cambiar la trayectoria de desaceleración económica. Algunos medios destacan el dato como una aceleración. Por ejemplo, Reforma, que lo pondera en el mayor ritmo en más de dos años, con impulso tanto de la actividad agropecuaria como de la manufacturera y los servicios. La mejor tasa de crecimiento trimestral desde el periodo abril-junio de 2022. 0.2 puntos porcentuales por encima de los pronósticos de analistas (sondeo Reuters), y 0.3 arriba de la proyección que derivaría de las últimas estimaciones mensuales del Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) del propio Inegi. Sin embargo, en el trimestre de referencia, a tasa anual y con series ajustadas estacionalmente, la estimación oportuna del PIB apunta a un avance de 1.5% en términos reales, confirmando una clara desaceleración respecto a las marcas superiores a 3% registradas desde el segundo trimestre de 2022 hasta el tercero de 2023, como resalta en su análisis el ex Presidente del Inegi, Julio Santaella. En los cuatro trimestres previos, desde el tercero de 2023 al segundo de este año, el PIB avanzó 3.4, 2.3, 1.5 y 2.1 por ciento. Con este dato, de corroborarse, se acumula un crecimiento anual de 1.7% en los primeros tres trimestres del año. Además, el incremento del PIB superior a lo que se había anticipado conforme al IOAE responde en buena medida a una expansión atípica del volátil sector agropecuario. De acuerdo con la estimación oportuna, a tasa trimestral, el PIB de estas actividades habría avanzado 4.6% y el de las secundarias y terciarias, 0.9 por ciento. En el comparativo anual, la estimación oportuna indica que, en el tercer trimestre del año, el sector primario creció 3.8%; el terciario (comercio y servicios), 1.9%; el secundario (industria), 0.5 por ciento. En los primeros nueve meses de 2024, el PIB oportuno avanzó 1.4% con respecto a igual periodo de 2023. https://lnkd.in/eZnKhpxy

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    Para ponerse al día sobre el desarrollo de la tokenización del dinero y otros activos. Qué es, qué tan rápido avanza, adónde va. El último informe al respecto del Banco de Pagos Internacionales (BIS), preparado por su Comité de Pagos e Infraestructuras de Mercado, para para el G20, bajo la presidencia actual de Brasil, llama la atención sobre las implicaciones para los bancos centrales y su papel en los pagos, la política monetaria y la estabilidad financiera. El reporte, “Tokenisation in the context of money and other assets: concepts and implications for central banks”, examina a fondo el proceso de tokenización, que, en esencia, es la generación y registro de representaciones digitales de activos tradicionales en una plataforma programable. La programabilidad, básicamente, es un método para automatizar operaciones y transacciones cuando se cumplen ciertas condiciones predefinidas, incorporando código en los tokens para participar en contratos inteligentes. Lo que permite, dependiendo de la flexibilidad, crear soluciones a la medida, como domiciliación de pagos. El informe del BIS también analiza los desafíos globales en el sector de pagos regulados, centrándose en los posibles beneficios de la tokenización para abordar las fricciones existentes en los mercados financieros. Considera algunas de las soluciones innovadoras que involucran nuevos casos de uso y funciones que actualmente se están explorando en todo el mundo. Con todo, señala que, si bien los beneficios potenciales, como transacciones más baratas y rápidas, han despertado interés, hay que garantizar marcos jurídicos y de gobernanza adecuados, abordando los costos y los riesgos, sean crediticios y de liquidez u operacionales y de custodia. El informe analiza cómo los riesgos pueden desplegarse de una manera diferente a los desafíos que enfrentan las infraestructuras de mercado convencionales. Los acuerdos de tokenización proporcionan intermediación basada en plataformas para activos financieros, la cual puede conducir a cambios en la forma en que operan y están estructurados dichos mercados. En este contexto, expone cuatro consideraciones clave para los bancos centrales: 1) responder a las iniciativas de tokenización del sector privado; por ejemplo, si deben fomentar la interoperabilidad en el caso de mercados fragmentados; 2) evaluar las compensaciones y el equilibrio adecuado entre los diferentes tipos de activos de liquidación; 3) identificar, monitorear y evaluar los acuerdos de tokenización que puedan requerir de regulación, supervisión y vigilancia específicas; 4) evaluar el impacto potencial de los acuerdos tokenizados en la implementación de la política monetaria, por ejemplo, en la demanda de moneda del banco central frente a otros tipos de dinero. https://lnkd.in/eJDeTJab

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    A propósito del desarrollo del crédito privado, excelente reporte publicado recientemente por McKinsey, que lo perfila como uno de los segmentos de más rápido crecimiento del sistema financiero en los últimos 15 años: como clase de activos, según es medido habitualmente, sumó cerca de $2 billones de dólares a nivel mundial a finales de 2023, 10 veces más que en 2009; y si bien esto es una pequeña fracción del sector amplio de renta fija, sus soluciones están funcionando y ganando terreno, en muchos casos, a las alternativas bancarias y públicas. La firma global de consultoría expone que, de hecho, su análisis de sugiere que el tamaño del mercado al que puede dirigirse el crédito privado podría superar los $30 billones de dólares tan solo en Estados Unidos. Otro reporte, del Fondo Monetario Internacional (FMI), refiere que del mercado vigente, en el que instituciones financieras no bancarias como fondos de inversión canalizan recursos a prestatarios corporativos y que en 2023 superó los $2.1 billones de dólares en activos y capital comprometido, aproximadamente 75% se produjo en Estados Unidos, donde la participación de mercado ya se acerca a la de préstamos sindicados y bonos de alto rendimiento. McKinsey explica que el crecimiento se ha concentrado en gran medida en los préstamos directos, una estrategia impulsada por la reducción de los préstamos apalancados de los bancos y la rápida expansión de la industria de capital privado (PE, siglas en inglés), que ha comenzado a expandirse a nuevas áreas, incluyendo una amplia variedad de estructuras de financiamiento basadas en activos, ante el entorno de tasas de interés más altas y como alternativa a la lentitud en las transacciones de PE. Entre tanto, las fuentes de capital buscando exposición al crédito privado continúan diversificándose, con importantes entradas de capital minorista y de seguros. Con más amplia competencia, concurrencia y participación directa, cada vez más intensa, de actores como compañías de seguros, administradores de activos tradicionales e incluso bancos. Cambios que presentan tanto desafíos como oportunidades, resalta McKinsey, que ve, incluso, dado que los bancos enfrentan cambios regulatorios y mayor competencia de agentes no bancarios, una potencial transición acelerada de los balances bancarios a entidades no bancarias para una gran gama de tipos de activos y prestatarios. Una transición que, prosigue, representa una oportunidad generacional para los fondos de crédito privados existentes, así como otros administradores de activos y aseguradoras que puedan establecer una originación confiable en estos esquemas. Incluso, un punto de inflexión estratégico para los bancos, que necesitarán adaptar sus modelos de negocio y operativos ante una “coo-petición” con una serie de entidades compradoras de crédito de gran tamaño y con fuentes de capital de largo plazo. https://lnkd.in/eb2KQ3DT

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