Saturación en los servicios de urgencias
Los servicios de urgencias médicas son una expresión de la capacidad de resolución que tiene el sistema de salud. Sin duda, el hecho de que haya saturación da cuenta de una brecha entre la demanda o las necesidades y la oferta o disponibilidad de recursos. Sin embargo, la solución no puede ser, o no debería ser exclusivamente, la de ampliar la capacidad de los servicios de urgencias, pues esto ocasiona mayores costos y no se estaría reconociendo las verdaderas causas.
Las soluciones deben ser integrales, dentro de la concepción de una red de servicios y de garantizar el acceso integral, de manera que se mantenga una oferta de urgencias más destinada a atender emergencias médicas, bien articulada con la red hospitalaria para permitir un flujo adecuado de los pacientes conforme a los tiempos de atención esperados. En cambio, corresponde al sistema de salud y a las políticas de otros sectores controlar los riesgos y atender la demanda oportunamente mediante servicios ambulatorios, incluyendo la opción que ofrecen varias entidades de atenciones prioritarias, pero mediante una infraestructura blanda, que no implica grandes costos
Las urgencias médicas pueden saturarse debido a factores externos e internos al servicio. Esto se refleja en congestión, tiempos de espera elevados e insatisfacción de los usuarios. Identificar y simular estrategias para gestionar las urgencias médicas, procurando atenuar la saturación. Las estrategias utilizadas son: reorganizar el registro, remitir los pacientes que no requieren atención urgente, implementar consultorio fast-track e incrementar el traslado a pisos. Esta última es la estrategia más efectiva en la simulación. Aunque las estrategias de flujo pueden ayudar a resolver la saturación a partir de sus causas internas, como lo sugiere la literatura, su alcance es limitado. Se requieren estrategias de entrada, que no están al alcance del servicio, y estrategias de salida del sistema hospitalario. Es posible disminuir la saturación, concibiendo las urgencias y el hospital como dos elementos de un mismo sistema, de modo que se agilice el flujo de pacientes y se cuente con oferta adecuada de camas hospitalarias sin sobredimensionar la capacidad instalada.