El Día de Muertos es una tradición mexicana que ha pasado de generación en generación en honor a las almas de los difuntos que partieron a otras dimensiones. En estas fechas las familias mexicanas acostumbramos honrar con festejos, música y celebraciones a nuestros seres queridos; un elemento primordial es el altar y ls velas.
Las velas del altar de Día de Muertos representan la luz y guían a las almas que regresan al plano terrenal para convivir con sus seres queridos que en vida los recuerdan. En algunas familias se acostumbra encender las velas una vez que ha sido terminado el altar de Día de Muertos, generalmente las prenden durante el día o por unas horas, acompañadas por una oración que honra a sus fallecidos o seres queridos. Nosotros las prendemos generalmente de noche mientras podemos cuidar que no provoquen un accidente.
Los dos días más importantes en que las velas son encendidas en las ofrendas son el 1 y 2 de noviembre, debido a que la festividad es más fuerte en esas dos fechas por el Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos.
Además de iluminar el camino de las ánimas, la luz de las velas permite a los difuntos guiarlos para regresar al Mictlán.
En México las velas blancas son las más utilizadas para el altar, sin embargo, se pueden colocar de otros colores.
En mi familia se encienden las velas haciendo una forma de cruz que se coloca en el centro del altar u ofrenda de Día de Muertos, esto representa la unión que tiene la vida y la muerte, además, su acomodo en dirección a los cuatro puntos cardinales representa al universo y la conexión entre los vivos y muertos.