Adéntrate en el mundo de los VFX con XReality Studios
Ficciones como ‘Zorro’ o ‘Montecristo’ implican una importante labor de efectos especiales llegando incluso a sumar en el primer caso, equipos de más de 70 profesionales.
XReality Studios enriquece la narrativa de nuestras producciones mediante la construcción de elementos y escenarios con tecnologías digitales. Una empresa puntera que cuenta con departamentos de CGI, composición, fluidos, edición de VFX y, por supuesto, la producción de los mismos.
La implicación de los equipos desde el inicio de la producción
La figura del supervisor de VFX se encuentra presente desde las primeras lecturas de guion llegando a plantear incluso modificaciones en el rodaje de secuencias específicas. La integración de elementos como el chroma en ciertos planos o set extensions deben contemplarse desde el inicio de la producción, acudiendo previamente a las localizaciones.
“Luego hay un segundo papel muy importante en el estudio, de meses, para todo el trabajo digital, que a veces debe comenzarse a la vez o incluso antes del rodaje. Por ejemplo, en planos o secuencias full CGI.”, explica la productora ejecutiva de XReality Studios, Ana Revilla .
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Historia reciente de los VFX
El primer gran hito en la historia de los efectos especiales en el audiovisual se produjo con la llegada del moldeado 3D y el CGI en los años 70. Star Wars (1977) incluiría en sus escenas galácticas esta innovadora tecnología y abriría la veda a multitud de films posteriores que explotarían esta herramienta al máximo.
A lo largo de la década de los 90, el resultado de la aplicación de los efectos especiales se fue profesionalizando y puliendo dando origen a películas como Jurassic Park (1993) o The Matix (1999). Esta tendencia comenzó a implantarse de manera más recurrente en las grandes producciones de ficción a principios de los 2000, de donde nacen las películas más impactantes de Marvel o clásicos como la trilogía de El Señor de los Anillos (2001-2003).
Gracias a ello, hablamos en la actualidad de producción de VFX de grandes magnitudes capaces de transportarnos a través de la narrativa a realidades ficcionadas y muy logradas como en Avatar: El sentido del agua (2022) o en Warcraft: El origen (2016), que fue producida íntegramente con herramientas digitales.