EL 30 DE MAYO, DÍA DE CANARIAS. LO CONTINGENTE: ¿DETERMINISMO NATURAL O CONSENSO SOCIAL?

QUÉ PODRÍA ACONTECER: ¿DETERMINISMO NATURAL O CONSENSO SOCIAL?

En esa idea lógica de que todo emana de la unidad, incluimos aquí el mismo Universo como un todo homogéneo y la propia Tierra donde nos comunicamos por dentro: un manto formado por silicatos a grandes temperaturas, y ello supone la prueba de fuego para admitir que primero está Canarias y después cada una de las Islas. Uno que lleva la imaginación “echando humo”, no hace sino darle vueltas al asunto de las réplicas sísmicas y el C02 que se olisquea por las inmediaciones del Teide y las continuas réplicas en las dorsales de Tenerife y Gran Canaria así como las inmediaciones de la Isla de “El Hierro” de un tiempo a esta parte. Un geólogo ya me había contado que en fechas anteriores a los movimientos sísmicos del fondo del mar y la erupción de lava en los fondos marinos de Frontera en la isla de El Hierro, hasta que el Pevolca diera por terminada la erupción el 05 de marzo de 2012. Ya, reitero, desde unos meses antes se habían dado movimientos sísmicos en la zona del lago Banyoles de Girona, después del famoso tsunami de 1994 y las sacudidas de 2011 en el propio lago. Justo ahora que se aproxima la efeméride del Día de Canarias y la necesidad de que las Islas sean una bajo el mismo mar como apostillaba Benito Cabrera, debemos desear lo mejor. Y lo mejor –puestos a soñar- es que si el dios Vulcano que comunica el interior de la Tierra, pusiese en sus manos todo el poder para un emerger controlado de tipo lava que rellenara los espacios vacíos entre las tierras actuales con el feliz resultado de un todo emergente sobre las partes, sería la bendición del cielo más apetecida por todos los hijos y vecinos de Canarias.

    Lo que Dios quiera, pero no quiera Dios que a la superficie recién dibujada en la corteza fuera tutorizada desde las instituciones económicas, jurídicas, políticas y sociales para que no surgiese la picaresca que ocurrió con el volcán Teneguía en Fuencaliente con el desmedido afán rayano en “glotonería”, de un notario para poner a su nombre todo el terreno ganado al mar. Por supuesto, en estos menesteres; de picarescas, las justas. Por ello el aviso de que se abstengan las corporaciones locales, insulares y regionales de no hacer ningún reparto interesado en esa falsa creencia de que las corporaciones son de quienes las administran, recordándonos a aquel edil que no se cortaba un pelo a la hora de referirse a la administración local como “mi ayuntamiento”.

  Mientras lo expuesto arriba vendría a ser un sueño sobre cómo podría surgir un porvenir esperanzador para Canarias por la mera acción de la naturaleza, la otra fórmula nacería de las convenciones sociales para como bien decía J. J. Rousseau, que cada uno cediese parte de sus intereses particulares a toda la Comunidad para que con ello llegase a ser más libre aún que antes. Sin embargo por experiencias históricas, un acuerdo entre habitantes de las distintas islas a modo de federación se nos antoja lleno de obstáculos y problemas por aquello del carácter isleño y los piques entre pueblos.

   Este punto de vista tampoco está tan mal dentro de la diversidad de culturas que se han instalado entre nosotros. Desde los antiguos aborígenes donde se ven las huellas de Benchomo, Tinguaro o Beneharo, por citar algunos ejemplos, pasando por los repartos de las conquistas y los caballeros de señorío y abolengo, las estancias portuguesas para quedarse en zonas señeras como la comarca de Daute con apellidos inconfundibles como los Abreu, Barroso, Afonso, Silva, etc. Así como el enorme atractivo para los europeos que supuso multitud de apellidos ya familiares entre nosotros.

     Sin que se olvide que la grandeza de Canarias también está en el mestizaje y las tipologías creadas por el poeta Tomás Morales en el pasado siglo. Aquellos que vinieron en busca del disfrute del sol y naturaleza de las Islas -como la propia Angela Merkel- que sigue siendo actualmente, fiel a la cita de cada verano a la Isla de la Gomera. Nos suenan muchos apellidos ilustres de origen extranjero que vinieron para quedarse y con ellos sus descendientes, desde Teobaldo Power a los Wilpret, los Krauss o los Molowny, los Weyler, últimamente también los Kiessling y otros muchos.

  Extranjeros ilustres que, muchas veces dan empaque a la Tierra –todo hay que decirlo- y ofrecen gloria a la Comunidad. Sin con ello descuidar la genuina sencillez de los “José Hernández” por poner un ejemplo, empecinados en cavar la tierra a golpe de sacho, más orgullosos que nadie a la hora de sentirse canarios, pero desconfiados con razón ante la pérdida de la identidad, tradiciones y sus propias tierras muchas veces mal vendidas para sobrevivir. Todo un suceder en la superpoblación de las Islas, ya con demasiados atascos, incluidos los de tráfico, y dolores de cabeza para las inclemencias del día a día. El mago con la misma sorna del viejo poeta Tomás Morales en referencia a lo suyo también se quejaría hoy:  “Todo aquí es extranjero: las celosas // gentes que van tras el negocio cuerdo, // las tiendas de los indios, prodigiosas, // y el Bank of British, de especial recuerdo... // Extranjero es el tráfico en la vía, // la flota, los talleres y la banca, // y la miss que, al descenso del tranvía, // enseña la estirada media blanca...”



Marcelino Díaz Rodríguez, a 28 de mayo de 2018.



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