EL PERU Y LA INNOVACION DE FONDO
El concepto de innovación ha sido connotado simbióticamente con el avance tecnológico. Sin embargo, desde una perspectiva humana, la tecnología no es nada más que un sector proveedor de herramientas al servicio de la sociedad viviente. En tal contexto, mal se hace en centrar o limitar la acción creativa de la mente humana en un accesorio o insumo social. La producción creativa o, más exactamente creadora, de la sociedad humana concebiría un progreso realmente evolutivo enfocándose en sus sistemas sociales que en la actualidad adolecen de abundantes desequilibrios, desbalances e injusticias causantes de las actuales condiciones de enfrentamiento nacional.
Política, democracia, institucionalidad, gobernabilidad, economía, prensa, comunicación, que son las grandes áreas de interacción humana, usuarias de los accesorios tecnológicos mencionados, sufren de las incoherencias más contundentes y evidentes que claramente apuntan hacia un proceso más destructivo que constructivo.
¿Entonces, de que sirven los avances en las herramientas tecnológicas si los procesos en las que son utilizadas son de carácter y naturaleza antagonistas, contraproducentes a la evolución de la especie? Aceptar pasivamente e indiferentemente esta condición es como producir ladrillos no para el sector de la construcción, sino para ser usados como proyectiles en los enfrentamientos sociales.
El Perú, como país, deja mucho que desear en la conformación de su cuerpo social. De esta sentencia es testigo la gran mayoría de la población ante los escándalos de corrupción y desfalcos morales y económicos que sufre la Nación actualmente.
A los profesionales e intelectuales en todos los campos de acción de nuestra sociedad les cae la responsabilidad innata de reaccionar en la producción de nuevos sistemas sociales antes de preocuparse en el ensamble de “juguetes tecnológicos” muy poco servibles dentro del contexto actual que no sea el de enriquecer a unos cuantos.
Daniel Bedon
27/1/19