Luz para mañana
Juan Aya
Julio 2 de 2019
Ya pasó y lo hecho ya está. La hora del balance llegó y las conclusiones están en la mente de Queiroz, su grupo de trabajo y la nómina de jugadores. El dolor quedó atrás y ahora es tiempo de revisar las fallas, las carencias y hacer un auto examen para lograr reparar lo que no funcionó.
La eliminación de la Copa América Brasil 2019, fue un golpe que llegó, hizo daño y dolió. En el fútbol, ya lo sabemos, no se puede hablar de justicia, ni de merecimientos. Simplemente, el día del partido ante Chile, la Selección Colombia no jugó bien y la partitura del estratega portugués no fue interpretada por los artistas.
El plan de juego no se activó. La Tricolor no lució y su presentación fue muy pobre. Ese día no se jugó de acuerdo a la hoja de ruta que se venía utilizando. A Colombia le faltó, según los analistas, actitud, concentración, agresividad y propuesta futbolística. Desde Mercado de rumores pensamos que se tuvo un mal día y que Chile planteó el encuentro para evitar que Colombia exhibiera su fútbol.
No hubo conexión entre líneas y la creación no fue la mejor debido a que los Australes sellaron las salidas por las bandas y montaron un esquema de marca que nuestros jugadores no pudieron burlar.
Se le acusa a Queiroz de los cambios tardíos. Puede ser, sin embargo, los que saltaron como modificación no cumplieron con lo ordenado. Zapata, Murillo y Cardona quedaron en deuda, aportaron menos de lo que se esperaba. La verdad, sin adornos, es que se jugó mal y el rival fue superior.
También se habla del porqué William Tesillo se encargó del quinto lanzamiento desde el punto penal, la razón es clara, sencilla y contundente: Tesillo fue el mejor en las prácticas cobrando desde los 12 pasos.
Entonces, dejemos atrás los apasionamientos, el culpar y responsabilizar a alguien por lo sucedido. Lo que le ocurrió a Tesillo fue un accidente que le pudo pasar a otro de los once.
No estamos de acuerdo con las amenazas y los calificativos que destruyen y no edifican. Es momento de seguir trabajando, creciendo, mejorando, corrigiendo y acentuando una línea de juego. Es importante ser sensatos y tener autocrítica.
Colombia fue diferente, jugó mal un partido definitivo, pero lo demostrado en los campos de Brasil fue muy positivo. Ya existe una idea de juego, ya hay un colectivo y ya se juega pensando en el bien de un grupo y no en el lucimiento individual. La Tricolor ilusiona y deja margen para crecer más. Se vio un equipo sólido, serio, solidario y bien parado. Línea por línea fue mejor y se probaron 22 jugadores, eso habla muy bien del trabajo del grupo técnico.
Hasta aquí lo del técnico luso es bueno y lo que pasó sirvió para construir un mejor futuro y para saber que con Carlos Queiroz se asegura la luz para mañana.