¿Por qué es tan importante que las baterías logren una densidad energética de entre 400 y 500 Wh/kg?
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Publicado: 09/08/2024 09:54
En los últimos años hemos visto como la densidad energética de las baterías para coches eléctricos han crecido de forma constante, alcanzando un nivel de madurez más que destacable. Y es que si en 2011 un coche eléctrico medio apenas podía acumular 24 kWh, hoy en día en ese mismo espacio podemos instalar 50 o 60 kWh. Un salto importante pero insuficiente para lograr la implantación masiva. Algo que llegará con la siguiente generación.
Mientras que en el plano económico los expertos situaban la barrera de los 100 dólares en kWh en pack para que los coches eléctricos lograsen equipararse a los de combustión en costes de fabricación, en la capacidad la cifra a lograr se ha situado entre los 400 y 500 Wh/kg.
Pero, ¿por qué es tan importante esta cifra? La explicación es que gracias a esta densidad energética, las capacidades de los packs podrán volver a aumentar de forma significativa, acercándose cada vez más a las elevadas densidades de los combustibles.
Esto quiere decir que un coche con entre 50 o 60 kWh, podrá acoger sin problemas pack de 80 o 90 kWh, que dispararán las autonomías homologadas hasta más allá de los 700 o los 800 km.
La cuestión es que para muchos usuarios, esas cifras son mucho más elevadas de las que necesitan, y preferirán versiones menos capaces, pero más económicas. Unas variantes con 50 o 60 kWh, con unos 400 o 500 km homologados, que serán más ligeras y eficientes gracias precisamente a la mejora energética de las baterías.
Por supuesto, también habrá alternativas menos densas energéticamente, pero más económicas, como las LFP, las baterías de sodio o potasio, que darán forma en su conjunto a una industria capaz de ofrecer la batería necesaria para cada momento. Algo crucial para la implantación de la movilidad eléctrica en un amplio abanico de sectores.
Además, de esta mejora energética no se beneficiarán solo los coches eléctricos. También permitirá aumentar la autonomía de otros vehículos, como autobuses o camiones eléctricos, muy susceptibles de ver como el elevado peso dispara los costes.
Pero el gran objetivo está en el aire. La última gran barrera para la electrificación será el transporte aéreo. Un sector que está comenzando a dar sus primeros pasos, pero que espera como agua de mayo la llegada de una nueva generación que resuelva uno de los grandes retos, el peso.
Uno de los fabricantes que más están apostando por este sector es el principal fabricante de baterías del mundo, CATL.
A finales de 2023 presentó por primera vez su nueva tecnología de baterías bautizada con el nombre de Condensed Battery. Esta contará con unas capacidades lo suficientemente altas como para dar solución a aplicaciones extremadamente intensivas, como los aviones eléctricos. Pero además también permitirán acelerar la transformación de otros sectores, como el transporte pesado, la actividad agrícola o minera.
La batería de CATL contará con alta seguridad y alta densidad energética, y según el fabricante en celda podrá llegar a los 500 Wh/kg. Una cifra que podemos comparar con los entre 270-280 Wh/kg que logran las nuevas celdas 4680 de Tesla.
Otro de los beneficios de una mayor densidad energética, es que estas baterías también contarán con una mayor vida útil. Según fabricantes como CATL, sus nuevas celdas podrán ofrecer un rendimiento sin degradación durante al menos 16 años o 2 millones de km. Por lo tanto, es muy posible que las baterías duren bastante más que el propio coche.
La cuestión es el cuándo. El pasado año, la propia CATL indicó que la producción de los primeros modelos tendría lugar este 2024, aunque, como suele ser habitual, no se ha indicado plazos concretos, y posiblemente estos sufran alguna dilatación.
Pero la propia CATL se ha marcado como objetivo comenzar a producir aviones eléctricos de corta y media distancia en 2027. Por lo tanto, las celdas para coches eléctricos debería llegar antes, muy posiblemente a lo largo de 2025.