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Rubén Aguilar y su legado en "La Alquimia Interna" Rubén Aguilar Rojas es uno de esos autores cuyo trabajo desafía las fronteras del conocimiento convencional, invitando a sus lectores a embarcarse en un viaje profundo hacia la transformación interior. En su libro La Alquimia Interna, Aguilar no solo explora los principios de la alquimia tradicional, sino que también los adapta al contexto moderno, fusionando la sabiduría ancestral con los desafíos de la vida contemporánea. La Alquimia: Más que Metales y Plomo La alquimia, muchas veces asociada con la transmutación de metales en oro, es mucho más que eso. En la visión de Rubén Aguilar, se trata de una metáfora poderosa sobre el proceso de evolución espiritual. Él destaca que la alquimia interna es una práctica que nos permite purificar y transformar nuestras propias vidas, moviéndonos desde estados de confusión o materialismo hacia un estado de claridad y plenitud. Aguilar sigue una tradición de pensamiento que conecta con la sabiduría hermética y esotérica de autores como Paracelso, Hermes Trismegisto y los alquimistas del Renacimiento. En La Alquimia Interna, nos guía a través de principios fundamentales de la alquimia, como la "solve et coagula" (disolver y coagular), que simboliza la destrucción del ego para reconstruir una conciencia superior. El Proceso de Transformación Uno de los puntos más destacados del libro es cómo Rubén Aguilar describe el proceso alquímico como algo profundamente personal y espiritual. Para Aguilar, la alquimia no es solo un acto de intelecto o conocimiento esotérico, sino una práctica de vida que requiere compromiso, paciencia y autorreflexión. A través de ejercicios prácticos y meditaciones, Aguilar ofrece a sus lectores una hoja de ruta clara hacia la auto-maestría y la integración de la mente, el cuerpo y el espíritu. El autor pone especial énfasis en la importancia de equilibrar los elementos internos: fuego, tierra, aire y agua. Estos elementos representan nuestras emociones, pensamientos, acciones y estados de ser. Al equilibrarlos, Aguilar sugiere que podemos crear una especie de "oro filosófico", es decir, una vida iluminada y armoniosa. La obra de Aguilar nos recuerda que la búsqueda de sabiduría y verdad no es un camino fácil, pero es uno lleno de recompensas internas. Nos enseña que la transformación real es posible cuando nos comprometemos a purificar y refinar nuestras propias almas, en un proceso continuo de disolución y recomposición, en busca de la luz divina que yace en lo más profundo de cada ser humano.
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