El juego ayuda a conectar los acontecimientos acaecidos a Kazuma Kiryu entre The Song of Life y su próxima aparición en Infinite Wealth
Like a Dragon sigue mostrando su estado de forma y no son uno, sino dos los juegos que tenemos en el horizonte. El más importante, ese Like a Dragon Infinite Wealth que llegará a principios del año que viene, del que Like A Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name sirve como introducción al personaje de Kazuma Kiryu en esa entrega. Porque sí, podemos decir que este Gaiden no estaba del todo planeado en un primer momento, pero, para servir de enlace entre lo que fue Yakuza 6: The Song of Life y su aparición en Infinite Wealth se optó en un primer momento por crear un DLC que terminó evolucionando en un juego completo, que es el que tenemos hoy aquí.
Hace poco se hizo popular la noticia de que Like a Dragon Gaiden se había realizado en seis meses. El resultado se nota en el producto final porque estamos ante un juego más corto y creo que también algo más conservador en términos narrativos. Sí, aquí se nos cuentan los sucesos posteriores a ese The Song of Life, en el que Kazuma se ve obligado a dejar su nombre atrás para proteger a los niños del orfanato y trabajar para el clan Daidoji como agente bajo el nombre de Jorju. Aunque lo cierto es que, de todos los personajes que se encuentra en su camino, nadie cree su tapadera y Kiryu tampoco es que se la trabaje mucho, poniéndose unas simples gafas de sol….
La trama se complica un poco cuando, en una operación, la familia Watase irrumpe secuestrando a un miembro de los Daidoji y conociendo perfectamente la identidad del Dragón de Dojima. Decía que era un planteamiento conservador porque la historia se asemeja más a los primeros Yakuza que a las últimas entregas tanto de esta rama como de Judgment, con historias que han sorprendido a los jugadores, menos centradas en los asuntos de la mafia y más en los personajes. No solo eso, se nota que es una historia menor en su desarrollo, en el que hay muchos momentos de relleno y se dan muchas vueltas para ajustarse a las actividades nuevas del juego, más que en desarrollar la trama.
Lo cual no quiere decir que estas actividades no estén trabajadas. Sí, volvemos a lugares conocidos como Yokohama y Osaka y tendremos algunas actividades y minijuegos conocidos por todos, pero también encontramos algunas novedades. Las principales quizá sean la adición del Castillo. En un momento de la historia, viajaremos a una especie de carguero en mitad del océano reconvertido en un parque temático adulto de depravación y violencia y una vez cumplidos los objetos allí podremos luchar en su coliseo en diferentes modalidades en las que podemos incluso crear nuestro propio equipo de luchadores.
La otra novedad es la Red de Akame, que funciona realmente como las actividades secundarias del juego, pero que aquí tienen también otra finalidad: sumar puntos para conseguir extender la red y desbloquear habilidades para el combate, aparte de la correspondiente suma de dinero. De ello se ocupará Akame, que nos asistirá en nuestra misión y nos prestará su guarida. Ojo: digo actividades secundarias, que no misiones secundarias, pues se nota que son tareas muy simplonas en ocasiones, como conseguir cierto objeto a un personaje, sin un hilo argumental que seguir. Es en este tipo de cosas donde Gaiden denota su condición de juego menor dentro de la saga.
Pocas novedades, mismos mamporros
Como siempre, hay novedades en el combate, aunque en esta ocasión son algo más escasas. Tenemos dos estilos, el conocido estilo Dragón y el más nuevo estilo Agente, centrado en una especie de gadgets que podemos usar para confrontar a los enemigos. Por ejemplo, podemos lanzar esta especie de hilo para atraparlos y lanzarlos o una oleada de drones que los molestarán en la refriega. El resto sigue siendo muy parecido, aunque se ha seguido apostando por esos momentos centrado en múltiples combates como si de un beat'em up se tratara y en los que he podido ver enemigos algo más variados que exigen prestar más atención a sus movimientos y a las esquivas. Lo mismo ocurre con los jefes, que nos ponen un poco más a prueba para que no machaquemos tanto los botones de ataque.
Puede que Gaiden sea un juego más pequeño, pero el nivel de actividades y minijuegos que hay repartido por ambos barrios no lo parece, desde luego. Al ya mencionado coliseo se le suman otros viejos conocidos y algunas novedades. Entre ellos, las carreras de Pocket Circuit, el siempre efectivo Karaoke, una Boutique donde personalizar el aspecto de Kazuma, dardos y, por supuesto, no podrían faltar juegos arcade como Fighting Vipers, Daytona USA 2, Galaxy Force, Flicky, Sonic Fighters entre otros.
Una de las novedades más... llamémosla "curiosa" es el renovado club de hostess que en esta ocasión apuesta por modelos en vídeo de imagen real. Tendremos que conversar con las chicas que el juego propone haciendo preguntas y contestando a las suyas; si hay sinergia, aumentará nuestra relación para desbloquear escenas especiales. Dado que Like a Dragon siempre ha buscado representar con detalle la cultura japonesa, no es de extrañar que veamos de nuevo el club de hostess que ya ha aparecido en otras entregas, pero esta inclusión en imagen real en vez de modelos 3D os aseguro que es algo más... chocante. Y no solo por la representación de las chicas, sino porque las propias escenas a veces son un poco cutres, casi como la época de las FMV en el mundo del videojuego.
Con todo, Like A Dragon Gaiden es una obra que sorprende por estar producida en seis meses, pero que aun así no puede evitar mostrarse como un producto menos relevante que la rama principal. Tanto que uno de sus alicientes es ese avance en forma de demo de Infinite Wealth, incluido en el juego. Su historia es menos ambiciosa, menos humana como estaba demostrando los últimos juegos del Ryu Ga Gotoku y sirve más como enlace y preparación para los eventos del próximo juego. No han podido evitar trabajarlo aún así, con escenas que denotan elegancia como la propia intro del juego y un montón de actividades nuevas y ya conocidas que amenizan los paseos por los distritos. Pero sí, es menos imprescindible y está dirigida al aficionado más acérrimo de la saga. El resto puede esperar unos pocos meses más hasta la llegada de la octava entrega principal.
Entrega divertida, pero menor
Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name se podría considerar como un spin-off de la serie principal, que cuenta la historia de Kazuma desde su crepúsculo en The Song of Life hasta su futura aparición en Infinite Wealth. Se nota su carácter menos ambicioso repitiendo por completo los dos barrios donde sucede la acción con una historia menos compleja, así como menos novedades en el sistema de combate. Pero, aún así, sorprende el trabajo que ha hecho el Ryu Ga Gotoku en solo seis meses, añadiendo una ingente cantidad de contenido que rodea la historia principal en forma de actividades secundarias (menos trabajadas que una misión secundaria) y muchas actividades nuevas y ya conocidas. Dedicado al aficionado más acérrimo de la saga, pero no imprescindible para seguir los eventos principales.
Comprar Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name- Sirve como lazo de unión entre The Song of Life e Infinite Wealth.
- Es un juego más corto en su trama principal y actividades secundarias.
- Dos estilos de lucha, con el modo Agente como principal novedad.
- Actividades secundarias más simples, pero una gran cantidad de minijuegos.
- Su gran novedad es el Castillo, con peleas encarnizadas en un coliseo.
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