Siempre ha sido una de las sagas de rol japonés más respetadas por los aficionados pero no fue hasta el lanzamiento del formidable Persona 5, y posteriormente su versión mejorada con textos en español Persona 5 Royal, que se hizo verdaderamente popular entre el gran público. Menos aún la serie de la que nacen estas aventuras, Shin Megami Tensei, que a día de hoy continúa siendo una obra de culto que cada vez más gente descubre con asombro. Así que con estos antecedentes, cómo no íbamos a esperar con ilusión el nuevo JRPG de Atlus, el prometedor Metaphor: ReFantazio, que hemos podido probar durante cerca de una hora que ha sido muy reveladora en cuanto a lo que podemos esperar de este nuevo juego que llega a PC y consolas en octubre de este mismo año.
Y lo primero que conviene dejar claro es que a diferencia de Persona, que es una subsaga dentro del mundo de Shin Megami Tensei, Metaphor: ReFantazio es algo totalmente nuevo. Mantiene la esencia y el espíritu de los juegos de Atlus y Studio Zero, claro, pero nos transporta a un mundo nunca antes visto con sus propias reglas. Y es ilusionante porque el resultado promete ser increíble visto lo visto en el Summer Game Fest.
El nuevo JRPG de los autores de Persona
Es muy difícil ponerse a los mandos de Metaphor y no pensar en Persona. Todo lo que vemos nos recuerda a ello, incluso el tono de su historia o por supuesto, el impresionante apartado artístico que define este nuevo y temible universo plagado de demonios. El arte de este nuevo trabajo de Atlus parece una simbiosis de estilos ya conocidos del estudio, pero al que se le ha decidido dar un toque mucho más artístico y artesanal. Eso hace que se vean los bocadillos de diálogos en movimiento, que los acabados parecen tener un toque de pintura al óleo o que el mapa, lejos de ser un escenario en 3D, sea más bien un mapa antiguo en el que se puede ver las nubes moverse. Pero en lo que respecta al diseño de personajes y enemigos, se sigue la misma línea de siempre.
En Metaphor hay una especie de simbiosis entre combates a tiempo real y por turnos
Y es que Atlus tiene la capacidad de sacar la depravación humana de una forma incluso bella. En esta ocasión, los enemigos son llamados "humanos", aunque todos ellos en realidad son formas grotescas y distorsionadas de un cuerpo humano. El motivo de porqué se llaman así, todavía no lo sé, aunque ya puedo imaginar cosas. Me gustaría seguir haciendo hincapié en este aspecto para detallaros algunos de los enemigos. Por ejemplo, vi un jefe que era un humano gigante con la cabeza abierta, pero en vez de ver el cerebro había un corazón, con sus arterías y todo. Otro era un ser cuyo cuerpo tenía muchísimas piernas. Y así con más de estos diseños.
En mi caso, tuve acceso a tres demostraciones diferentes, cada una perteneciente a momentos del juego distintos. El protagonista se encuentra en un mundo en el que ha sido discriminado, junto a otros compañeros más, y ahora se encuentra en una misión para tratar de romper una maldición que pesa sobre el príncipe creído muerto. El reino de Euchronia está en mitad de un torneo por ver quién será el sucesor real, por lo que su tarea es fundamental. Así, junto a otros integrantes del equipo, y junto al hada Galica, pude ver una demo centrada en una mazmorra en concreto. Esta, haciendo honor a un buen palacio de Persona 5 o a un buen piso de la torre de Persona 3, es un auténtico laberinto lleno de enemigos. Y aquí comienzan algunas de sus diferencias.
Los combates en Metaphor: ReFantazio
En Metaphor hay una especie de simbiosis entre combates a tiempo real para los enemigos menores, e incluso con los más poderosos también podemos hacerlo, y una serie de pelea por turnos que se activan tras llevar a cabo un combo que nos mete de ello en esta nueva forma de luchar. Estas batallas por turnos funcionan de una forma que cualquier jugador de Persona ya conoce. Tenemos la oportunidad de atacar directamente, usar hechizos o bien a nuestras armaduras. Como detalle, os diré que la primera vez que el protagonista se transforma lo hace arrancándose el corazón. Muy a lo Persona 3, pero sin pistolas.
Además del protagonista puedes controlar a sus aliados en batalla
Fue durante la segunda demo, más centrada en el combate, donde pude comprobar que también se puede manejar al resto de integrantes del equipo y que, de nuevo, cada uno cumple un rol determinado en función de sus habilidades. En cuanto a estas, cabe decir que, aunque ya no tengan el mismo nombre que en Shin Megami o Persona, sus efectos siguen siendo muy similares a lo que estamos acostumbrados. Es decir, atacar con elementos, habilidades con armas, pasivas para subir ataques y defensa, etc. Como es habitual en los JRPG de Atlus, una experiencia siempre estimulante.
Si tuviera que poner un "pero" creo que sería el hecho de que me parece innecesario que hayan puesto una pequeña transición cada vez que se cambia de turno entre aliados y enemigos. Otro aspecto que repite, aunque he visto levemente, es el sistema de atributos de personaje. Me refiero a poder subir el coraje por ejemplo para ser capaz de hacer determinada acción y, si bien esta vez no hay cartas del tarot, sigue estando presente el sistema de relaciones por niveles con otros personajes.
Lo que sí que cambia es la concepción del mundo. Acostumbrados a entornos muy concretos, ante nosotros se entiende una región muy amplia dividida por zonas. Tal y como pude ver en cierto momento, hay un submarino que funciona como nuestro transporte y base desde el cual se puede acceder al mapa y viajar por estas regiones que pueden ser ciudades, islas, etc. En una de las islas precisamente nos esperaba el jefe más poderoso que vi, el del corazón en la cabeza. Metaphor es un juego que deja muy poco a la suerte y que si no vas bien preparado, puede hacer que te lleves una sorpresa.
En definitiva, tenía claro que de los autores de Persona no podías esperar nada menos que un grandísimo JRPG, y tras jugar una hora a Metaphor ReFantazio estoy incluso más convencida de que van camino de superarse a sí mismos con otro juego inolvidable. Se estrena en PC, PS5, PS4 y Xbox Series el 11 octubre de 2024.
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