Desde 2002 no recibíamos una entrega completamente nueva de la saga Metroid en 2D. Ha tenido que ser la desarrolladora Mercury Steam la que ha tomado la responsabilidad, y Nintendo ha hecho muy bien en volver a confiar en la compañía madrileña. Metroid Dread es la demostración que la saga tiene aún mucho que ofrecernos. Aquí su análisis.
El anuncio de Metroid Dread durante el último E3 fue recibido con los ánimos encontrados. Había usuarios que aplaudían el movimiento de rescatar la saga 2D tras 19 años desde el estreno de Metroid Fusion. Otros criticaban el aspecto gráfico del título, e incluso el mismo tráiler por resultar poco espectacular. Sin embargo, ya se sabe que hasta que no te pones a los mandos y enciendes tu Nintendo Switch no aprecias la calidad de un juego en realidad, y os puedo confirmar con total certeza que Mercury Steam ha labrado uno de sus mejores trabajos como desarrolladora de videojuegos.
Se nota la experiencia acumulada con Metroid Samus Returns, donde los españoles pusieron en práctica todos sus conocimientos sobre desarrollo y la propia saga Metroid. Lo que obtenemos ahora es el fruto de dicha semilla, un juego potenciado que ya no es un remake, sino Metroid 5, una nueva entrega con la que se nota que han gozado de una mayor libertad creativa. Contaba Yoshio Sakamoto (creador de Metroid) que deseaba crear este título desde hace 15 años, pero la tecnología aún no estaba preparada para recibirlo… hasta ahora.
¿Y qué es lo que podemos esperar de esta nueva entrega? Básicamente, un juego completamente fiel a la licencia y que se nota muchísimo que está hecho por gente que entiende a la perfección su esencia jugable. Podría incluso aseguraros que es uno de los Metroid más puros que podéis encontrar en la actualidad, con un énfasis acusadísimo en la exploración y el backtracking, pero sin olvidar la acción, la adquisición de habilidades y por supuesto los importantísimos encuentros con jefes finales. Si eres un fan de Metroid, aquí encontrarás todo lo que ha hecho grande a la saga durante todo este tiempo. Es la mejor carta de presentación que puedo darte para este análisis. El resto te lo cuento a continuación…
Un Metroid 2D tan clásico como actual
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Creo que la clave para comprender Metroid Dread reside en que hay que entenderlo como un ejercicio de introspección en las claves identitarias de Metroid, pero que no se olvida de incorporar novedades y una necesaria puesta al día de sus mecánicas. Como tal, es un juego que no ofrece demasiadas pistas al jugador novato, que aprenderá así una de las lecciones más básicas de esta licencia: explora y vuelve mil veces sobre tus pasos si hace falta. Te atascarás y buena parte de tu tiempo de juego te lo pasarás estudiando el mapa y comprobando esas habitaciones que te dejaste sin visitar.
Eso es Metroid, unido a esa sensación de quedarte atascado y guardar partida cien veces si hace falta. Mercury Steam ha prestado una atención mayúscula al diseño del mapa, algo que se aprecia en un diseño de niveles ejemplar (y hasta tiene posibilidad de poner marcadores). Es como escalar una montaña. Cuesta llegar a tu destino, pero una vez alcanzado el resto es mucho más fácil. Cada nueva habilidad adquirida te permite llegar más lejos, abrir nuevas rutas y practicar ese backtracking tan icónico en la serie. El mapeado está hecho de tal manera que siempre tienes algo que hacer en la región que visitaste anteriormente. Nunca paras de encontrar secretos, de querer seguir explorando.
Y dirás que se puede hacer aburrido, que dar vueltas sin parar es un incordio. Yo solo te diré que nunca me he cansado de volver sobre mis pasos, y en esto tiene que ver mucho la extraordinaria fluidez jugable. Manejar a Samus Aran es una absoluta gozada. Pasar de una habitación a otra se hace en un abrir y cerrar de ojos, de forma que llegar de un punto a otro no lleva minutos, sino segundos. El diseño es tan inteligente que sabe cuándo meter los teletransportes, darte la morfosfera para tomar atajos o facilitarte la destrucción de enemigos previamente superados mediante el triple cañón.
No era nada sencillo, pero cada engranaje jugable funciona y se relaciona con el resto con gran talento. Y como te decía anteriormente, nadie te dirá adonde ir. Deberás buscarte la vida para hacer, por cierto, un recorrido distinto al tradicional: aquí irás desde lo más profundo del subsuelo hasta la superficie. En el recorrido, te encontrarás con distintos enclaves, incluyendo secciones que no podrás atravesar si no posees un traje climático o una determinada habilidad. A este respecto, puedes esperar muchas referencias a anteriores juegos. El camuflaje espectral te permitirá sortear determinados controles de acceso. El rayo enganche te ayudará llegar a lugares de otra forma inalcanzables. Con el aracnoimán podrás trepar por paredes y desplazarte por techos. Así un considerable etcétera.
El diseño de juego sigue cierta linealidad en su estructura, pero el mapa es tan abierto e intrincado que lo justo es decir que Metroid Dread te hace sentir una gran libertad de acción. Además, no es para nada corto. Seguro que aparecerán un montón de speed-runs que nos dejen con la boca abierta (es un juego muy propicio para ello), pero una partida normal podría llevar en torno a 15-20 horas. Esto, por supuesto, teniendo en consideración que puede existir una gran diferencia entre unos jugadores y otros. Si aciertas todos los pasos a seguir sin atascarte demasiado, lo completarás en menos tiempo. Por el contrario, si te paras a conseguir todos los misiles, tanques de vida y demás, la duración puede añadir unas cuantas horas más.
A la duración también contribuye la existencia de un cierto desafío en los jefes finales. No son nada escasos, y vienen acompañados de unos diseños interesantes, en ocasiones ocupando la pantalla entera (o saliéndose incluso de ella). Requieren siempre de una estrategia, y en rara ocasión te bastará con apretar el botón de disparo sin más. Deberás combinar rayos con misiles, y en ocasiones hacer uso del contraataque, una especie de parry que se estrenó en Samus Returns. Ahora se ha dinamizado, haciéndolo más ágil y satisfactorio. En general, la experiencia shooter ha evolucionado muchísimo con respecto a aquel juego, ofreciendo una combinación de movimiento y disparos realmente espectacular cuando se domina en su totalidad.
El esquema del juego es por tanto bien sencillo, y no se aleja de la fórmula original: explora habitaciones, encuentra habilidades, derrota a jefes finales y sigue avanzando abriéndote camino hasta llegar a la pantalla de créditos. Solamente hay un ingrediente que no conocíamos, y que se alterna en esta estructura de forma magistral. Se trata de las zonas EMMI, regiones importantes del mapeado que están controladas por unos robots que tratarán de dar caza a Samus. El tema es que no nos quedará otra que pasar por estos lugares, dando lugar a unas secuencias en que no importa tanto la acción como el sigilo.
Los robots EMMI están dotados de una inteligencia artificial que detecta el ruido que hacemos. Si nos descuidamos, los robots se alertarán y saldrán tras nosotros. Lo que más me ha gustado de esto es que tienes realmente la sensación de sentirte indefenso, algo que genera mucha tensión. Si te acorralan, una secuencia quick time te dará una última oportunidad (muy difícil de acertar). La mejor opción es siempre estudiar los movimientos del robot enemigo y sortearlo de la mejor manera posible, aunque es más fácil decirlo que hacerlo. A medida que progreses, te irás encontrando con robots más veloces y astutos, en escenarios además cada vez más laberínticos.
Estas zonas poseen su propia tematización, con unos efectos visuales que enfatizan la sensación de agobio. En general, Metroid Dread me ha sorprendido por lo bien que está resuelto en el terreno gráfico. Y hacedme caso: no es lo mismo verlo en un tráiler que experimentarlo por ti mismo en Nintendo Switch (yo lo he jugado en Nintendo Switch OLED y se ve a las mil maravillas). Es como un mundo en miniatura que cuando la cámara le da por hacer zoom te das cuenta de la cantidad de detalles que contiene tanto el modelado de Samus como las texturas del escenario. Además, la variedad es muy acusada, con un cromatismo que varía mucho cuando pasas de una habitación a otra.
La calidad de las animaciones y de los efectos visuales es otro aspecto muy a tener en cuenta en el éxito de Metroid Dread en el terreno gráfico. La fluidez es también excelente, y aunque haya experimentado muy puntuales ralentizaciones, el rendimiento se puede considerar de sobresaliente. Todo esto ayuda a generar una magnífica ambientación (muy Metroid) que viene acompañada de unos efectos sonoros absolutamente icónicos, además de una banda sonora que desprende toda la esencia de la saga de Nintendo. Mercury Steam lo ha hecho de forma sensacional, no hay mucho más que decir sobre esto.
Así que la recomendación es muy clara, especialmente si eres seguidor de la saga Metroid: juégalo. Se trata de una continuación que viene a responder las preguntas que tenías sobre qué había pasado con Samus Aran y hacia donde se dirigen sus aventuras. No posee una gran carga narrativa, eso es cierto, pero en estos juegos lo que más ha importado siempre ha sido la jugabilidad, y ahí cumple al 100%. Aun así, hay alguna que otra secuencia de introducción (y de bastante calidad). ¿Y si eres nuevo? La recomendación sigue en pie, gracias a la puesta al día de unas mecánicas muy tradicionales que tienen el potencial de incrementar el fan-base de esta magnífica saga.
Un gran Metroid 2D
Metroid Dread es una genial demostración de cómo crear un Metroid 2D clásico, pero que al mismo tiempo se preocupa lo suficiente en adaptar las mecánicas icónicas de la saga a la actualidad. Mercury Steam parte de la experiencia en Samus Returns para idear una nueva entrega que continúa con éxito las aventuras galácticas de Samus Aran en un juego que a los disparos, plataformas y exploración habituales se unen unas secuencias de sigilo que encajan a la perfección en la fórmula Metroid. Gran trabajo que se traduce en un videojuego imprescindible para fans y muy recomendable para todos los demás.
Comprar Metroid Dread- Metroid clásico, con todo lo bueno que recordabas de la saga en dos dimensiones.
- El control de Samus, sus movimientos y disparos son satisfactorios a más no poder.
- Diseño de mapeado formidable, con muchos caminos ocultos y backtracking.
- Las zonas EMMI proponen una jugabilidad novedosa, inmersiva y divertida.
- Ambientación sublime, tanto en lo gráfico como sonoro: está muy trabajado.