Tal vez no te suene de mucho, pero existe un hobby increíblemente establecido en Japón llamado Gunpla. Un término que, en realidad, no es más que la abreviatura de Gundam plastic model, o "maquetas de plástico de Gundam" en español. Suena muy específico, pero con el paso del tiempo se ha ido asociando esa misma nomenclatura al montaje de toda clase de mechas; distanciándose un poco del resto de productos similares (Maschinen-Krieger, Star Wars, Fórmula 1, etc.)
La producción de Gunpla arrancó en la década de 1980, y durante todos estos años ha ido mejorando en muchos aspectos: los modelos finales son cada vez más estables y flexibles, permitiendo al usuario lucirlos en una mayor variedad de poses; existen múltiples líneas de comercialización para diferentes presupuestos y con distintos gimmicks (p. ej. algunas tienen un esqueleto interno, otras son específicamente para principiantes) y el catálogo es más variado.
Hay muchas cosas que debes saber antes de meterte en este mundillo, pero en mi humilde opinión, la más importante es que es más accesible de lo que parece. No necesitas saber nada en absoluto de Gundam para montar maquetas de mechas que solo te parecen interesantes o atractivos, es muy fácil encontrar kits por 10-20 euros y llevamos casi 30 años sin necesitar pegamento o herramientas de modelismo para completar el ensamblaje. Más abajo hablaremos de esto.
Contradictoriamente, los que están metidos en ese pozo —dicho con cariño— pueden y suelen invertir grandes sumas en proyectos laboriosos que les toman decenas e incluso cientos de horas en algunos casos. ¿Por qué ocurre esto? Pues porque los años de experiencia en el mundillo del Gunpla llevan a uno a abarcar proyectos más ambiciosos: pintura y edición de piezas, construcción de dioramas e incluso participación en torneos al estilo de Golden Demon.
Quiero darle un tiento al Gunpla. ¿Y ahora qué?
No estás solo. Desde el 2016, el Gunpla se ha vuelto bastante popular porque los kits de Bandai se están distribuyendo en el mercado internacional con las cajas y los manuales de instrucciones impresos en inglés además de japonés, facilitando mucho la tarea a los curiosos y eventualmente creciendo mediante el boca-oído. Otras compañías han seguido el ejemplo, como es lógico, así que ahora mismo tienes mucho donde elegir. Pero lo normal es empezar con la juguetera de rojo.
Bandai comercializa sus kits en varias categorías, como High Grade (HG) o Perfect Grade (PG) aunque sus nombres resultan algo confusos porque no representan la dificultad: más bien, tiene que ver con la escala del modelo, el volumen de piezas que se suministran en las matrices y otras características de ese estilo. Por ejemplo, existe un kit SD (super-deformed, o "chibi") del Gundam Barbatos que es a la vez un Master Grade con un gran nivel de articulación pese a su aspecto.
Para darle un tiento simple a este mundillo y ver si te gusta, entonces lo que necesitas es un Entry Grade: son modelos de apenas 12,5 cm de altura, con pocas piezas y escaso de nivel de detalle, que puedes comprar por algo menos de 10 euros en tiendas especializadas. Están diseñados para que sean rápidos y fáciles de hacer para los principiantes, aunque si te pica el gusanillo, más tarde puedes comprar esos mismos modelos en categorías superiores por una suma mayor.
Dentro de la caja, lo que encuentras dentro es un manual de instrucciones y una pequeña variedad de matrices (trays) que puedes cortar con un cúter o, preferiblemente, unos alicates de precisión. Algunos expertos tienen organizadores para las bandejas a mano, así como papel de lija y otros utensilios del estilo, pero todo eso es opcional: montar la maqueta solo requiere sacar las piezas y unirlas presionando unas con otras como dice el panfleto, punto.
Una vez terminado el montaje, cada aficionado toma una vía distinta. Algunos coleccionan y lucen sus mechas favoritos del anime. Otros solo tienen interés en el montaje, así que venden o intercambian sus modelos. También encontrarás personas más volcadas en la fotografía, que comparten en redes sociales montajes increíbles. Los más veteranos modifican las piezas, añadiéndoles aún más riqueza; para luego pintarlas y darles más valor. O todo a la vez.
Como ves, es un mundillo profundo y lleno de posibilidades. Puede que te enganches y termines comprando herramientas de profesional, pegatinas personalizadas y espráis de pintura; reservando un pequeño espacio en tu casa para trabajar en maquetas y haciéndote con una cámara de fotos para subir tus mejores obras a redes. ¿Por qué no un perfil dedicado también? Tiempo al tiempo. Mientras tanto, mi recomendación personal es que mires mucho en internet.
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