Hay adaptaciones live-action de Hollywood que fueron tan rematadamente mal que a los ejecutivos de sus principales productoras se les quitaron las ganas de volver a intentarlo, independientemente de la calidad del material original. Ahí tenemos el caso de Dragon Ball, del que no se ha vuelto a escuchar ni un susurro en la industria sobre una nueva película (o serie) tras el fiasco que fue Evolution. Pero para nuestra fortuna, otro gran fracaso de los 2000 sí que tuvo una segunda oportunidad regalándonos en HBO una de las mejores series de fantasía de los últimos años. Se trata de La Materia Oscura, protagonizada por Dafne Keen.
Un intento por repetir el éxito de Harry Potter
Y es que antes de que la también estrella de Deadpool & Wolverine brillara como Lyra Belacqua en esta ficción para la pequeña pantalla, New Line Cinema buscó convertir el best-seller de fantasía de Philip Pullman en un nuevo fenómeno cinematográfico a la altura de Harry Potter. Ambición no les faltó, invirtiendo un total de 180 millones de dólares y apostando por reclutar a algunas de las más grandes estrellas del momento, entre ellos Nicole Kidman, Daniel Craig (ya era James Bond) o Eva Green. Así, teníamos un buen libro con cientos de miles de lectores en todo el mundo, un reparto reconocible y un presupuesto más que suficiente para recrear con tino su original mundo, ¿qué diantres pasó aquí?
La respuesta es sencilla: tiempo. La Brújula Dorada, que es como se bautizó la adaptación del primer libro de la trilogía de La Materia Oscura (se ve que a New Line Cinema el nombre original del best-seller, Luces del Norte, no le gustó lo suficiente), tuvo que contar en menos de dos horas de metraje una historia narrada a lo largo de casi medio millar de páginas. Realmente, el guion del film fue bastante fidedigno con la obra original, inicio, nudo y desenlace. Pero Chris Weitz, director de la película, tuvo que hacer tantos sacrificios para poder entregar un corto con una duración acorde al público al que iba dirigida, por no hablar de las constantes interferencia del estudio que provocó que el cineasta guarde un recuerdo bastante terrible de su trabajo en esta producción.
La Brújula Dorada tuvo un reparto impresionante.
Juego de Tronos le debe mucho a este fracaso
Como resultado, y más allá de algún que otro cambio respecto al libro, más o menos criticado por los fans, La Brújula Dorada falló de forma estrepitosa al tratar de trasladar buena parte de la identidad propia del mundo que había creado Philip Pullman. No sabemos si un montaje más extendido, que de hecho podría existir en algún lugar, habría ayudado a limitar estos defectos, pero todos tuvimos claro que 110 minutos era una duración escasísima para una adaptación como esta. Hasta George R. R. Martin quedó convencido que llevar Juego de Tronos a la gran pantalla sería un error, por lo que apostó porque se hiciera una serie de TV.
Dónde ver La Brújula Dorada y La Materia Oscura
Curiosamente, tras la octava temporada de Juego de Tronos, HBO buscó llenar el hueco dejado por el drama de fantasía apostando por una coproducción con la BBC que, esta vez sí, le daría todo el tiempo del mundo en pantalla a La Materia Oscura. La serie fue un rotundo éxito que sí que supo honrar este mundo de fantasía a lo largo de tres temporadas que han adaptado la trilogía de Pullman al completo. Te animamos a descubrirla en Max, pero también te invitamos a echar un vistazo a la fallida película de La Brújula Dorada ahora que llega a Netflix.
En Max tienes las tres temporadas de La Materia Oscura.
Tanto La Brújula Dorada como la primera temporada de La Materia Oscura, como adaptaciones que son, presentan una historia de fantasía y mundos paralelos protagonizada por una joven de 12 años, Lyra Belacqua, que, acompañada por su daimonion (un animal que guarda su alma), decidirá viajar hasta el fin del mundo después de que su mejor amigo desaparezca misteriosamente.
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