La industria del videojuego nos ha dejado con decenas de historias y anécdotas realmente bonitas, pero hay un título en especial que destaca por encima de muchos otros cuando se trata de hacer homenajes. Me refiero a World of Warcraft, el emblemático MMO de Blizzard. A lo largo de su historia, el juego ha rendido culto a muy diversas sagas, franquicias y usuarios distintas maneras, siendo este el caso de Caylee Dak.
En 2007, Caylee Dak, jugadora de WoW, falleció por culpa de una leucemia. Su historia, al igual que la de muchos, podría haber permanecido en el olvido, pero una de sus mejores amigas en el juego decidió ponerse en contacto con Blizzard. Su nombre era Alicia y decidió que la mejor manera de recordar a su difunta amiga era intentar hacer algo con la desarrolladora. Así pues, decidió escribir un poema en su honor y le preguntó a la empresa si había alguna manera de agregarlo al juego.
Así era el homenaje de Caylee Dak en WoW
Caylee Dak
¿Y qué hizo Blizzard? Lejos de quedarse en un simple detalle, decidió crear un nuevo NPC. Su nombre era Caylee Dak y, en efecto, era su particular manera de acordarse de ella. Lejos de quedarse en un detalle, crearon a esta elfa de la noche con el mismo equipo que portaba la última vez que se conectó al juego, agregando también al juego a su mascota Dusky. Era una cazadora y actualmente se puede encontrar en Alto Aldor. Lo interesante de esta historia es que Blizzard desarrolló una misión con Alicia y Caylee como protagonistas.
Así pues, diseñaron a una niña humana de nivel 70 en el Castillo de Ventormenta con el nombre de Alicia. A través de ella se podía iniciar la misión de El poema de Alicia. Esta era relativamente sencilla, puesto que solo nos pedía visitar a Cayle tras hablar con la susodicha Alicia. Gracias a WoW.fandom hemos podido recuperar el texto original con el que comienza la misión, y dice así: "Hola, escribí un poema para mi amiga Caylee. Le gusta salir con los Aldor en la Ciudad de Shattrath, en Terrallende, ¿sabes? ¿Podrías llevarle mi poema? ¡Mi mamá dice que aún soy demasiado pequeña para ir a la Ciudad de Shattrath!".
Una vez llegas a donde está Caylee Dak y le entregas el poema, podrás leer su contenido, y dice así:
No permanezcas en mi tumba llorando.
No estoy allí, no estoy durmiendo.
Estoy en los vientos que mueven miles de árboles
en Rasganorte, sobre la brillante nueve.
Soy la suave lluvia que cae gentilmente
en los campos de Páramos de Poniente.
Estoy en la calma de la mañana,
de la selva de Tuercespina.
Estoy en el magistral redoble
de las pezuñas de Nagrand al pisar.
Me muevo en las cálidas y brillantes estrellas,
mientras sueño sobre Darnasus y me elevo.
Estoy en los pájaros que cantan
y en las cosas que inspiran pasión.
No permanezcas en mi tumba llorando.
No estoy allí, yo no muero
Sin duda, fue un bonito gesto por parte tanto de Alicia, la amiga de Caylee, como de Blizzard, quien no solo diseñó una misión a través del poema que la primera escribió, sino que hizo eterna —a su manera— a una jugadora que les dedicó miles de horas. Por desgracia, tanto WoW como otros juegos están repletos de historias así. El mundo es un lugar que a veces puede resultar muy cruel y muy duro, pero también repleto de anécdotas tan bonitas como esta.
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