A mediados de noviembre os dábamos la noticia en exclusiva para España: habíamos sido los primeros en probar el nuevo MacBook Pro de 16” que Apple presentaba justo a tiempo para la temporada de navidad - este año, sin keynote de por medio. Este esperadísimo nuevo Mac venía a cubrir un hueco importante dentro de la gama de portátiles: un modelo que anteriormente ocupaba el desaparecido 17", destinado a profesionales que requerían un portátil todoterreno, potente y sacrificando en la menor medida posible potencia y calidad de componentes. Este nuevo MacBook Pro de 16" es la respuesta de la compañía a quienes necesitan todo eso, mostrándonos cambios importantes en el diseño (no sólo físico) que hacen evidente la apuesta de Apple y cómo ha escuchado a los usuarios en los últimos años.
En aquellas primeras impresiones ya vimos el cambio evidente en seis de los puntos clave de este nuevo portátil, que prácticamente refuerza todos los pilares esenciales del dispositivo. Ahora, apenas un mes después, me gustaría compartir con vosotros las sensaciones y la experiencia de cómo es utilizarlo en el día a día. Mi portátil personal es un MacBook Pro de 13" de finales de 2016, con lo que además os hablaré de mi opinión sobre el cambio de pulgadas para quienes no estábamos acostumbrados a trabajar con este tamaño.
Diseño discreto pero efectivo
Aunque me encantaría que la manzanita se iluminara de nuevo en la parte trasera de la pantalla (no pierdo la esperanza de que vuelva algún día), el diseño de este nuevo MacBook Pro de 16” sigue funcionando de forma espectacular: construido en la ya familiar carcasa de aluminio, con un grosor de 1,62 cm (con la tapa cerrada), un ancho de 35,79 y un fondo de 24,59 cm, a la vista es prácticamente idéntico que su predecesor de 15" (al que sustituye, por cierto). De hecho, Apple ha aprovechado para reducir los bordes e incorporar una pantalla más grande sin aumentar significativamente la envergadura del conjunto respecto a ese modelo, con lo que podréis aprovechar los accesorios como fundas en la mayoría de los casos. Yo por ejemplo, utilizo un maletín Samsonite diseñado para portátiles de 13/14" y este MacBook Pro de 16" entra sin problemas.
El peso llega hasta los 2 kg, lo notaremos robusto y compacto y es lo que más notaremos si venimos de los portátiles de 13", que se sitúan en 1,37 kg actualmente. Aún así, este modelo de 16" no es excesivamente pesado ni incómodo de transportar y su diseño ultra-delgado ayuda mucho a eso. La sensación de utilizarlo en el día a día es prácticamente disponer de un ordenador un poco más grande sin que nos resulte un cambio radical (aunque vengamos de un portátil de 13” como yo) - pero entonces vemos la nueva pantalla y ahí si que disfrutamos del enorme nuevo espacio de trabajo en toda su extensión - por lo que merece la pena apostar por este equipo.
A pesar de que Apple ha mejorado muchos puntos clave de este modelo, la *pantalla es el elemento más llamativo que nos ofrecerá una mejora instantánea en nuestro trabajo para el día a día: la sensación de que la reducción de bordes que es escasa tal y como lo vemos en fotos desaparece a los minutos de estar trabajando con él - no sólo obteniendo más espacio para trabajar, también dando la sensación de un equipo más moderno es evidente cuando por ejemplo he vuelto a mi MacBook Pro de 13" y los marcos del mío me han parecido enormes.
Hubiéramos deseado quizás que la compañía fuera más agresiva ofreciendo un modelo aún más radical dejando al mínimo el marco de la pantalla, pero he de decir que para el trabajo del día a día y el ocio la pantalla de este MacBook Pro es rotundamente magnífica, aún sin ser OLED o 4K. En este modelo la resolución sube a 3072x1920 con una densidad de 226 píxeles por pulgada - Apple ha buscado una solución equilibrada de especificaciones y funcionalidad al usuario que no impacten en el precio final o en el consumo energético.
De hecho, el modelo base de 16" cuesta exactamente lo mismo que el modelo base de 15" anterior, y es perfecto para viajes o en entornos de alta luminosidad como aeropuertos o estaciones de tren. En exteriores, los 500 nits de brillo hacen visible la pantalla siempre que no tengamos luz directa del sol contra ella y un cambio interesante en este modelo es el ajuste manual de la frecuencia de refresco, que será muy útil para los profesionales de vídeo.
El Magic Keyboard llega al MacBook Pro
El polémico teclado de mariposa que incorporan todos los MacBook Pro desde 2016 ha dado varios quebraderos de cabeza a Apple, que incluso tuvo que poner en marcha un programa de sustitución para los modelos que tuvieran problemas. Las actualizaciones de los MacBook Pro lanzados este año, anteriores al modelo que estamos analizando, al parecer ya parecían tener este problema resuelto gracias a pequeñas modificaciones descubiertas en su construcción pero aún así, la compañía ha preferido hacer un cambio radical en este nuevo modelo.
Tuve la oportunidad de comentar este tema con Apple. "En realidad, tratábamos de resolver un problema que no teníamos". Era completamente cierto: la compañía ya tiene un teclado usado durante mucho tiempo por profesionales y aficionados, perfectamente solvente a ojos de todo y sobradamente probado. Se trata del Magic Keyboard 2 que viene incluido con los iMac y que también puede comprarse como accesorio separado y que por primera vez, llega a los MacBook Pro en esta edición.
El diseño de este teclado es completamente distinto: utiliza un mecanismo de trenzado en tijera - en lugar del llamado "mariposa" de los teclados con problemas en el pasado - mucho más habitual en el mundillo de la informática. Apple ha mejorado ligeramente el diseño de este teclado añadiendo un pequeño amortiguador de goma elástica bajo cada tecla para amortiguar el impacto de las pulsaciones, lo que lo hace más cómodo a la hora de escribir. Las dimensiones de las teclas se han mantenido, pero ahora se cuenta con un recorrido ligeramente mayor en cada pulsación. El aspecto es muy similar a los MacBook Pro anteriores, aunque esta mayor elevación lo diferencian dotándole de un aspecto más "tradicional".
Tengo que decir que a pesar de los problemas en los teclados anteriores a mi personalmente me gustaba mucho utilizarlo, ya que prefiero los teclados de perfil bajo como aquel. Con este cambio, me costó unos minutos acostumbrarme al nuevo recorrido de las teclas pero he de decir que la sensación cuando llevas varias horas utilizándolo es una gozada: buena amortiguación, un recorrido no excesivamente duro y gran estabilidad en toda la superficie - incluso con el portátil sobre las rodillas. En mi mes de pruebas, no noté ningún problema de contacto ni de sensibilidad, por lo que parece que la decisión de Apple después de escuchar a los usuarios, fue acertada. Además si utilizáis el Magic Keyboard en casa o en la oficina, os será muy fácil adaptaros a él cuando cambiéis de equipo.
Como anécdota, y si os dedicáis por ejemplo al mundo de desarrollo, habréis recibido como una gran noticia el regreso de la tecla física de Escape, situada a la izquierda de una TouchBar más centrada y que también separa el botón del TouchID (como vimos en la puesta al día del MacBook Air). Lo más destacable de este hecho, de nuevo - más allá por supuesto de la mejora en comodidad si usáis mucho esa tecla - es que Apple he hecho este cambio después de escuchar a los usuarios que lo pedían de vuelta.
Potencia puesta al día
El diseño radicalmente delgado de los MacBook Pro hace que los procesadores de Intel tengan que diseñarse a medida para estos modelos antes de que el portátil entre en la línea de producción - y es por eso que este Mac cuenta con procesadores de novena generación pero no los últimos creados por Intel. En la práctica, la diferencia no debería ser demasiado notable, pero conviene conocerlo. Configurables entre 6 y 8 núcleos y con la posibilidad de llegar por primera vez hasta los 64GB y 8TB de almacenamiento, estos nuevos modelos intentan resolver las necesidades en potencia y espacio para los profesionales que lo necesiten.
El modelo de análisis es un 2.3Ghz con 8 núcleos y 16GB de RAM, y monta una AMD Radeon Pro 5500M con 4GB de memoria GDDR6, es el modelo "alto" de la configuración base. Durante estos días aquí ya notamos el interés de Apple por convertir este modelo es una herramienta para los creadores de contenido: gráficamente, y por potencia, es una completa delicia editar vídeo en él (no olvidemos la mayor pantalla manteniendo la envergadura). Si somos habituales de Final Cut Pro, los tiempos de renderizado se acortan notablemente: en mis pruebas con Final Cut Pro X y el test BruceX he llegado a obtener unos 15,37 segundos de media - más propio de un sistema de escritorio que de un portátil. Sin duda alguna, la optimización para Metal en Catalina ayuda muchísimo con esta mejora.
La mejora en multithreading ayuda también mucho al día a día si sois desarrolladores de aplicaciones web: básicamente, dispondremos de más capacidad para hacer más cálculos en paralelo en menos tiempo, con lo que reduciremos sustancialmente el tiempo de compilaciones de proyectos en Xcode - incluso en los modelos de entrada. Aquí no conviene tanto fijarse en la gráfica como en el procesador y la memoria RAM (sobre todo si vamos a trabajar con proyectos de gran tamaño). La memoria RAM y el disco duro están soldadas a la placa - uno de los sacrificios de este diseño - por lo que os recomiendo que invirtáis en RAM en la compra y menos en el disco duro, ya que luego siempre se puede complementar por una unidad externa.
Aunque no es un ordenador destinado para jugar, evidentemente también podremos hacerlo con él en nuestros ratos de ocio utilizando la mejora en la capacidad gráfica y potencia con los nuevos procesadores. Tuve la oportunidad de probarlo con los últimos Tomb Raider y por supuesto, con el omnipresente Fortnite, que funcionaban sin mayor problema a máxima resolución y especificaciones. En Catalina además es facilísimo conectar un mando de Xbox o PS4, por lo que podemos llevarnos nuestra afición por los videojuegos allá donde vayamos con este Mac.
Precisamente estos juegos activarán el nuevo sistema de ventiladores con el que cuenta este modelo: Apple ha mejorado las aspas introduciendo algunas metálicas para mejorar el empuje y ha añadido más de ellas para facilitar la convección del aire frio y caliente. Era necesario hacerlo ya que el diseño fuerza al máximo la refrigeración de los procesadores Intel que no están pensados para ser confinados en un espacio tan ajustado y evitar problemas.
En el día a día, he notado alguna diferencia en la activación de ventiladores, que en momentos se perciben más discretos. En grandes líneas, es un portátil silencioso incluso si lo comparamos con otros MacBooks. Al utilizar una herramienta de medición de temperatura, sí detecto que la contención de calor parece estar más controlada: los ventiladores ajustan mejor sus revoluciones a la necesidad de disipación y parece que lo hagan más eficientemente, aunque no sea un cambio drástico. Con los ventiladores activados al máximo en situaciones extremas, el ruido es similar al que ya teníamos en versiones anteriores.
Si vais a utilizar el portátil en viajes, aeropuertos, etc... donde pensáis que necesitaréis tenerlo en las rodillas, os recomiendo la compra de la nueva funda piel de Apple diseñada específicamente para este Mac: es ligera y sirve para protegerlo de forma elegante y discreta, pero también para utilizarla como base en estas situaciones (a mi me fue muy útil).
Un sonido nunca oído y una batería que mejora
Como comentaba al comienzo de este artículo, Apple ha buscado apalancarse en los usuarios para mejorar en los aspectos clave un portátil orientado en esta generación a los creadores de contenido: uno de los cambios más increíbles es la mejora en el sistema de altavoces que supera con creces cualquier otro dispositivo Apple lanzado hasta la fecha, con una calidad que incluso en las primeras impresiones dejó sorprendida a toda la prensa. La definición y potencia en la calidad del sonido se nota incluso en ambientes complicados como oficinas, aeropuertos, exteriores... y aún así, se escucha tremendamente bien.
Los he probado durante estos días en llamadas de conferencia con FaceTime o Skype y es una auténtica gozada como se escuchan. Este es sin duda, uno de los cambios más importantes no sólo para los profesionales de sonido que buscan esta calidad, también para los editores de vídeo o creadores de contenido que no necesitarán de altavoces externos para sus proyectos, allá donde estén. Apple ha mejorado además el sistema de micrófonos para que no sólo capten con mayor calidad las conversaciones directamente desde el portátil, también cancelan el sonido de las vibraciones del dispositivo. En este punto, es visible el feedback que sin duda ha venido de las experiencia de la compañía en el mundo HomePod y AirPods a la hora de añadir estas mejoras. Es por esto precisamente por lo que el negocio de los dispositivos “vestibles, o accesorios” es tan importante: no sólo por el rendimiento económico per se, también por la interacción en todo el ecosistema.
En cuanto a batería, la compañía ha dotado este modelo con la mayor permitida por la FAA estadounidense (su administración federal de aviación), de 100 vatios/hora, alimentada por un nuevo adaptador de corriente USB-C de 96W. En mis pruebas en el día a día, he podido llegar a las 10-11 horas teóricas de uso con aplicaciones del día a día. Si utilizamos aplicaciones profesionales que requieran mayor capacidad de cálculo, o juegos, la autonomía se reducirá un par de horas más aproximadamente, dependiendo de si utilizamos un software optimizado para Catalina (como Final Cut Pro, Safari o Quicktime) o no. Mi impresión es que mejora alrededor de una hora el modelo anterior de 15", que al tener en cuenta la mejora en potencia y gráficos, es un buen hito.
La experiencia MacBook Pro, potenciada
Apple ha querido dejarse pocas cosas por el camino con este nuevo MacBook Pro de 16": ha escuchado a los usuarios y ha mejorado también todos los puntos que hacen importante un nuevo modelo. Después de utilizarlo durante un mes, creo que es una de las mejores generaciones que la gana portátil Mac ha tenido, con un precio muy apropiado de salida - recordemos que ha mantenido el de la generación anterior, sin encarecerlo - pero ofreciendo características que por fin merecía la gama.
El modelo base parte de 2699€ y es una máquina fantástica para ir más allá de lo que ofrece el resto de gama: el enfoque potenciado para los creadores de contenido hace que todo el conjunto sea más redondo, echando en falta quizás una muy necesaria puesta al día de la cámara frontal para FaceTime o para grabar contenido directamente para el portátil y que inexplicablemente Apple aún mantiene a 720p.
En definitiva, un modelo muy redondo en sus líneas generales y una de las mejores generaciones que hemos tenido en los últimos años, con un diseño y unas prestaciones maduras y muy puestas al día para quien necesite ese extra de potencia, calidad y comodidad en su día a día, tanto dentro como fuera de casa o de la oficina. Sin duda, es la experiencia MacBook Pro que todos esperábamos, pedíamos - al fin potenciada.
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