No hay nadie que confíe más en esta Selección que su entrenador, Luis de la Fuente (Haro, 1961). Su fe en los 26 futbolistas que llamó para esta Eurocopa es máxima y por eso no se ha cansado de decir que España tiene "al mejor equipo y a los mejores jugadores" del torneo. Y ellos, los jugadores, responden a esa confianza muriendo por su seleccionador.

Durante muchos minutos de la tarde del viernes, De la Fuente estuvo en la diana. Concretamente fue en el tiempo que pasó desde que Alemania empató a un minuto del descuento del tiempo reglamentario hasta el cabezazo mágico de Mikel Merino en el 119' de la prórroga. Todas las quejas iban dirigidas hacia él, el líder de esta Selección.

Puede ser que Luis se equivocara con los cambios, que fue lo que más criticó la gente. O puede que no. Porque esos jugadores a los que dio entrada, y que reemplazaron a varios de los jugadores con más jerarquía del equipo, como Pedri (por lesión), los extremos Lamine Yamal y Nico Williams o el capitán Álvaro Morata, fueron quienes acabaron dando una vida extra a España y a De la Fuente en la Eurocopa.

Se leía por ahí que De la Fuente lucía con la mirada perdida al inicio de la prórroga, mal indicio de ser así, pero la realidad es que en los minutos tras acabarse el tiempo reglamentario quiso dejar claro a sus jugadores que empezaba un partido nuevo, que se despojaran del 'bajón' por encajar el gol de Wirtz en el 88'. Todos le hicieron caso y Alemania se encontró a una España que ni mucho menos le iba a perder la cara al partido.

La Selección lo hizo bien no dejando jugar a su rival y sufrió cuando le tocó, con un palo de Wirtz y la polémica mano de Cucurella en el área. Hasta que llegó el milagro, con ese gol en el que Dani Olmo, con los gemelos cargados, centró y Merino cabeceó de maravilla ante un Neuer que solo pudo hacer la estatua. En el banquillo, Morata se abrazaba emocionado a Álex Remiro, el tercer portero y el único de los 26 que no ha debutado en la Eurocopa. Esa imagen era el fiel reflejo de la familia unida en la que se ha convertido el vestuario.

Es la Selección de todos, de los 26 futbolistas que están en la convocatoria y cada uno de los miembros del cuerpo técnico. Si bien muchos se habían aprendido de carrerilla el once titular de Luis de la Fuente, que solo cambió ante Albania y cuando ha tenido alguna baja como la de Laporte o ahora Pedri, la esencia del equipo va mucho más allá.

No es una España que tenga un Mbappé o un Bellingham. Se ha hablado mucho de Yamal y Williams, pero ni siquiera es que ellos capitalicen los goles (hasta ocho jugadores diferentes han anotado) o los premios MVP, que han ido para Fabián, Nico, Ferran y Rodrigo y el último para Olmo. 

Las decisiones del seleccionador

De la Fuente apuesta por los 26 y no deja que sus decisiones se vean influenciadas por el ruido de fuera. Al principio de la Eurocopa, quiso esperar a un Laporte mermado físicamente cuando todas las voces pedían al joven Pau Cubarsí. También dio a Cucurella las llaves del lateral izquierdo cuando parecía que era Grimaldo quien llegaba 'volando' al torneo. Y nunca ha dejado de creer en Morata, su capitán, siempre un foco de burlas y críticas, que lo que no se le puede reprochar es el sentimiento que tiene por este equipo.

Ante Alemania, su apuesta personal estuvo en los cambios. En parte, De la Fuente se traicionó a sí mismo con unas sustituciones que daban a entender a los teutones que el plan era encerrarse atrás. Primero quitó a Lamine, que no deja de ser un niño de 16 años y se le pedía, quizás, más entrega a la hora de ayudar atrás a Carvajal. A diez minutos del final sacó a Nico, desproveyendo a la Selección de crear peligro al espacio ante un rival volcado completamente al ataque. Marcó Wirtz y se temió lo peor.

Luis de la Fuente y el resto del cuerpo técnico de España celebran el pase a las semifinales de la Eurocopa RFEF

De la Fuente, tocado por una 'varita' cuando toma esas decisiones que a algunos (o a muchos) no convencen, acabaría saliéndose con la suya otra vez con suplentes como Ferran, Merino, Mikel Oyarzabal o Joselu (que solo había tenido minutos ante Albania) en el campo. 

"Muero por mis jugadores y ellos mueren por mi", resumía el seleccionador más tarde ante la prensa. Esa es la esencia de la Selección, un equipo que "tiene corazón". "Son jugadores insaciables. Son un ejemplo para el país y para la sociedad", terminaba de elogiar De la Fuente a los suyos, a sus 26 'guerreros'.

Tres bajas contra Francia

Los abrazos que se veían a pie de campo, esa armonía en el vestuario en Stuttgart o las imágenes que salen desde la concentración de Aasen de buen rollo entre todos es la mejor noticia de cara a las semifinales contra Francia. En el equipo no temen que las bajas para ese partido influyan para mal en cuanto a las opciones de pasar a la final.

De la Fuente no podrá contar ante Francia con tres titulares: Pedri, que sufre un esguince lateral interno en la rodilla izquierda por la entrada de Kroos; Le Normand, por acumulación de amarillas; y Carvajal, que también cumple ciclo y fue expulsado, pero estaría en una hipotética final al no ver la roja directa.

Los que saldrán del banquillo para medirse a Francia en el Allianz Arena (Múnich) serán Dani Olmo, Nacho Fernández y Jesús Navas, respectivamente. Confianza plena. Ellos también llegarán cansados tras vencer a Portugal en penaltis, aunque no tendrán bajas por sanción ni, a priori, por problemas físicos. Pero los pupilos de Didier Deschamps están lejos de su mejor nivel, lo cual se refleja bien en la discreta Eurocopa que está llevando a cabo un Kylian Mbappé mermado físicamente e incómodo con la máscara que protege su nariz fracturada. La Selección, la 'familia' que lidera Luis de la Fuente, se ilusiona con hacer historia en la Eurocopa.