Santiago Abascal rodeado por  Giorgia Meloni, Viktor Orbán, Marine Le Pen y Geert Wilders, líder del Partido de la Libertad de Países Bajos.

Santiago Abascal rodeado por Giorgia Meloni, Viktor Orbán, Marine Le Pen y Geert Wilders, líder del Partido de la Libertad de Países Bajos. ArteEE Diseño: Arte EE / EP

España

El 'tiro en el pie' de Vox en su decisión de aislarse bajo la órbita rusa al amparo de Orbán y Le Pen

La decisión de romper con el PP se enmarca en la reordenación de las fuerzas ultras europeas, que ansían la vuelta de Trump a la Casa Blanca.

14 julio, 2024 04:01

Santiago Abascal lleva unos cuantos años mirando a Roma. En 2021, cuando Mario Draghi se puso al frente del Ejecutivo italiano para gestionar los fondos europeos tras su experiencia como presidente del Banco Central Europeo, todos los partidos se pusieron de su parte. Todos, menos uno: los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni

Meloni dijo entonces que no le importaban los sillones y que los italianos no la habían votado para apoyar un gobierno que no había salido de las urnas. Realmente, tampoco tantos la habían elegido a ella de esta manera. Pero, desde unos postulados ultras, hegemonizó la oposición durante un año y del 4% conseguido en las anteriores elecciones se convirtió en primera ministra con el 26% de las papeletas. 

A lo largo de este tiempo, Abascal se ha reunido con ella en Italia en numerosas ocasiones. Y también Meloni le ha devuelto visitas y elogios. En Vox conocen perfectamente su estrategia y cuando el pasado jueves Abascal anunciaba la ruptura de sus pactos con el PP en las comunidades en las que gobernaban de forma conjunta, sus palabras sonaban a algo que había escuchado en alguna otra parte. 

“Nosotros no tenemos ningún apego a nuestros sillones, sino a nuestros principios”, dijo el líder de Vox. “Nadie ha votado a Vox, y me atrevo a decir que nadie ha votado al Partido Popular, para que continúe la invasión de inmigración ilegal y de menas. Si el señor Feijóo quiere seguir estafando a sus electores y seguir aplicando políticas socialistas y globalistas, allá él”, concluyó. 

La hoja de ruta podía tener sentido si quería imitar a Meloni en 2021. Porque de esta forma empuja a PP y PSOE a llegar a acuerdos y seguir esa “política socialdemócrata” conjunta que denuncian desde la extrema derecha. Ellos serían la única oposición verdadera. Pero la estrategia ignora que los contextos son diferentes, que el tiempo ha pasado y que las alianzas ahora son otras. 

La relación con los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni ya se venía enfriando desde hacía tiempo. Y en el último mitin de Vox en Madrid con presencia internacional estuvieron Javier Milei y Marine Le Pen; pero su socia italiana, su inspiradora y referente, sólo mandó un vídeo. 

“Ahora nuestras ocupaciones institucionales son diferentes. Antes Meloni estaba en la oposición y hoy es primera ministra, por lo que su agenda está más ocupada. No obstante, nuestras relaciones con Vox siguen siendo óptimas”, decía entonces Denis Nesci, eurodiputado de Hermanos de Italia, a EL ESPAÑOL. 

Tras su llegada al Gobierno, Meloni ha tratado de ofrecer una imagen más institucional. Y pese a mantener una posición dura con la inmigración e incidir en sus tradicionales postulados conservadores como el aborto o los homosexuales, ha mostrado una firme adhesión a la UE y a la Alianza Atlántica, de modo que fuera vista como una más de la familia europea

Traición a Meloni

En lugar de seguir esos pasos, Vox ha tomado la decisión opuesta. Esta semana se conformaron las alianzas en el Parlamento Europeo y los de Abascal consumaron la traición a Meloni para integrarse en un nuevo grupo llamado Patriotas Europeos, capitaneado por el primer ministro húngaro Viktor Orbán e integrado por Marine Le Pen o el italiano Matteo Salvini. Este último, por cierto, rival en Italia de Giorgia Meloni. 

Lo lamentamos mucho, pero obviamente es una elección legítima. Estamos convencidos de que en el futuro tendremos muchas ocasiones de colaborar en temas que siempre nos han unido”, afirman ahora fuentes de Hermanos de Italia a EL ESPAÑOL. 

Ésta es la postura oficial. Pero en el grupo de los Conservadores Europeos, al que pertenece Meloni, “están en shock”, asegura la eurodiputada Mazaly Aguilar. La parlamentaria no repetirá en esta legislatura. Se presentó en las anteriores europeas en las listas de Vox y aunque en 2022 se dio de baja del partido por desavenencias internas, ha concluido su mandato bajo estas mismas siglas. 

“El Vox que yo conocí no nació para esto”, tuiteó hace unos días, cuando se conoció que Abascal elegía a Orbán como compañero de viaje. “Este señor es el embajador de Putin en Europa”, comenta al teléfono. “Si antes nos hacían un cordón sanitario, imagínate ahora”. 

La sombra de Moscú

El propio Santiago Abascal negaba, en una entrevista concedida el sábado al diario El Confidencial, que Vox haya dado un "giro" hacia posiciones próximas a Putin: "No somos capaces de defendernos de todas las insidias que se dicen de nosotros", afirmaba. Orbán ostenta este semestre la presidencia rotatoria del Consejo de la UE. Y desde que comenzó su mandato, hace apenas dos semanas, ya ha dejado claras sus intenciones.

Eligió como lema Make Europe Great Again (hagamos que Europa vuelva a ser grande), emulando el eslogan con el que Donald Trump llegó a la Casa Blanca y con el que ha conformado un ala personalista dentro del Partido Republicano; visitó al presidente ruso Vladímir Putin y al chino Xi Jinping y a continuación acudió a encontrarse con Trump en Florida.

“Desde este grupo de Orbán van a iniciar una lucha contra populares y socialdemócratas, y van a ir a por todas”, afirma Mazaly Aguilar.

El Partido Popular Europeo, los socialdemócratas y liberales -las tradicionales familias europeístas- acaban de pactar de nuevo los cargos de responsabilidad de la UE y los Patriotas Europeos se presentan como una fuerza de oposición para luchar contra esa “democracia liberal” a la que Orbán desafía desde hace años en Hungría. 

Santiago Abascal y Viktor Orbán en Buenos Aires, durante la toma de posesión de Milei.

Santiago Abascal y Viktor Orbán en Buenos Aires, durante la toma de posesión de Milei. @PM_ViktorOrban

Después entran las circunstancias particulares de cada país. Marine Le Pen llegó primero a las europeas y luego a las legislativas francesas con la intención de emular también a Meloni y presentarse como más digerible. Pero tras sufrir los efectos del cordón sanitario levantado contra ella en la segunda vuelta de las legislativas y obtener unos resultados muy lejos de las expectativas, deberá reformular su estrategia. 

En Italia, la Liga de Salvini se alejó algo de la órbita rusa tras salir del Gobierno en 2019, precisamente por sus postulados antieuropeos, si bien la necesidad de marcar una agenda propia les obliga a diferenciarse de la derecha de Meloni.

Mientras que en Países Bajos, el Partido de la Libertad de Geert Wilders, que también está en este grupo, acaba de llegar al Ejecutivo de su país por primera vez en su historia intentando desmarcarse de sus políticas más extremistas. 

Un partido a la derecha

A cada uno le condicionarán los devenires de la política interna. Como a Vox le afecta la irrupción de Se Acabó la Fiesta de Alvise Pérez, una formación más radical, más antisistema, más rebelde, más ultra y más a la derecha de Vox. Pero el marco en el que se produce la ruptura de Vox con el PP, y su elección voluntaria hacia el aislamiento, responde a esa reordenación de fuerzas europeas en la que una serie de formaciones presentarán batalla ante socialistas, populares y liberales.

“Es algo que veía venir. Llevan tiempo moviéndose hacia esas posiciones de la derecha identitaria y ahora sólo han escenificado su estrategia”, señala un exdirigente de Vox que prefiere no ser identificado. 

“En política hay que ocupar un espacio y claro que cuando gobiernas en coalición hay que hacer concesiones. Pero si tú desapareces de esa plataforma, pierdes todas las ventajas que te da estar al mando. No estás en primera línea, no eres visible y la gente desconfía de ti como un partido serio. Tenían que elegir entre las instituciones o ser un partido de nicho y parece que a Abascal no le importa esto último”, agrega este antiguo cargo. 

Santiago Abascal anuncia este jueves la ruptura con los gobiernos del PP.

Santiago Abascal anuncia este jueves la ruptura con los gobiernos del PP.

Las dinámicas orgánicas también apuntan en una misma dirección mantenida en el tiempo. Las fuentes consultadas señalan como el principal responsable de esta deriva a Jorge Buxadé, quien tomó el control del partido hace tiempo, representa esas posiciones más identitarias y tiene buenas conexiones con sus socios europeos. Aunque también aparecen en la diana el diputado Ignacio Hoces o los ideólogos Kiko Méndez-Monasterio y Gabriel Ariza, del ala más ultraconservadora. 

“Sean quienes sean, el camino que están tomando es un desastre. Se equivocan de cabo a rabo y están llevando el partido a la intrascendencia”, señala otra fuente de Vox enfrentada con la actual corriente dominante. 

En noviembre se celebran elecciones en Estados Unidos y tanto Vox como sus socios europeos confían en una victoria de Donald Trump que los devuelva al primer plano.

El primer mandato del magnate estadounidense trajo la primera ola ultra, que ahora aspiran a repetir. Pero, de momento, su elección pasa por atrincherarse bajo el manto protector de Moscú, en una estrategia que dependerá mucho del contexto político de cada país y que no garantiza ningún éxito.