Modi pierde la mayoría absoluta en la India y tendrá que pactar para gobernar

La India deja de brindar un apoyo monolítico a su primer ministro, Narendra Modi, que pierde la mayoría absoluta tras una década en el poder. Sigue siendo el partido más votado y podrá volver a gobernar si pacta para conseguir los apoyos necesarios. Han sido millones los indios que han votado por un cambio de rumbo. No será un volantazo, pero de momento se manifiesta con una necesidad de alianzas para mantener --y compartir-- el poder.

El mandatario deberá abrir un nuevo capítulo, si bien persiste su popularidad tras dos legislaturas en la que ha situado al país como un relevante actor internacional si bien la liberalización del mercado ha ahondado las brechas sociales y en las que ha recrudecido la persecución de las minorías se ha acentuado en su gobierno hasta ahora en solitario.

Los resultados reales distan de los anuncios que la televisión india daba a primera hora de este martes sobre que volvía a arrasar el gobernante Partido del Pueblo Indio, el BJP. Los nacionalistas hindúes promovieron el discurso ganador sin haberse apenas iniciado el recuento, lo que pone de relieve las críticas de falta de 'fair play' de la campaña que ha llevado a cabo el partido en el poder.

Modi se dirigió a los medios para reivindicar su victoria cuando todavía quedaban más de 200 de los 543 escaños del parlamento por adjudicar. Con el escrutinio al 60%, su partido ya había perdido 43 asientos mientras que la oposición, el partido del Congreso Nacional Indio, había ganado al menos 30, acercándose a la barrera psicológica de casi un centenar de escaños. 

Al fin del recuento, de madrugada, los datos se confirmaban: el partido de Modi perdía 63 asientos, quedándose en 240 escaños, siendo 272 la mayoría absoluta, y quedándose lejos de los 303 escaños que obtuvo en 2019. En segundo lugar, estrechaba ventaja una oposición reforzada: el Congreso Nacional Indio casi dobla su presencia en el parlamento y pasa de 47 a 99 asientos. En tercer puesto, el sorpasso del clasificado como partido socialista Samajwadi Party irrumpe en el parlamento pasando de cinco a 37 asientos y en cuarto lugar, el All India Trinamool Congress se mete en el hemiciclo con 27 diputados.

El primer ministro obvió los números, que ni tan siquiera mencionó en su comparecencia, y se limitó a decir que la Alianza Democrática Nacional que lidera su partido continuará y formará gobierno. "La de hoy es la mayor victoria del mundo, la victoria de todos los indios", dijo Modi.

"Las bendiciones del pueblo por tercera vez después de diez años anima nuestra moral y nos da nuevas fuerzas”, dijo Modi ante una multitud de seguidores que se concentraron en la sede del BJP en Nueva Delhi.

El mandatario también prometió "trabajar más duro para tomar grandes decisiones", entre las que incluyó que India siga siendo una potencia en la producción de electrónicos, como los semiconductores o microchips, así como en las políticas del campo -- después de que los agricultores y ganaderos lideraran protestas sin precedentes durante la pandemia del covid-19.

Cae la bolsa ante la incertidumbre

El hecho de tener que depender de aliados para formar gobierno obligaría al partido de Modi a pactar las políticas que quiera sacar adelante, algo que no ha tenido antes, desde que barriera mayorías absolutas en las elecciones de 2014 que le llevaron al poder y en las siguientes, de 2019. Esta incertidumbre asustó a los inversores: la bolsa cayó un 6% y también lo hizo la moneda local, la rupia.

Lo cierto es que dos actores clave salieron al paso de Modi esta misma tarde para respaldar públicamente su renovación como próximo primer ministro, según informó Reuters. El Partido Telugu Desam y el Janata Dal dijeron que estaban dispuestos a formar alianza con el Partido del Pueblo Indio, el BJP, nacionalista hindú. La fuerza que cada partido tenga en el tablero político se sabrá en las próximas horas, cuando termine el recuento de votos, previsto para el final de esta misma jornada.

Por el momento, el único dato en firme es que la participación electoral cayó en un punto respecto a las últimas elecciones presidenciales hace cinco años, y se ha situado en el 67,4%, en parte debido a las olas de calor que han registrado más de 50 grados celsius en varias regiones del país. Mientras, la comunidad internacional mira hacia el país sudasiático, quinta potencia económica mundial y actor clave en la geopolítica actual en mitad de dos grandes guerras.