Francia

Macron nombra primer ministro a Michel Barnier, el excomisario europeo que negoció el Brexit

La izquierda francesa acusa al presidente de "robo electoral" y Le Pen esperará a que presente su programa político para decidir si lo censura

Michel Barnier, excomisario europeo

Michel Barnier, excomisario europeo / Europa Press/Contacto/Tayfun Salci - Archivo

Jose Rico

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El conservador Michel Barnier, exministro y excomisario europeo, será el nuevo primer ministro de Francia, pero la amenaza de la ingobernabilidad no ha desaparecido en absoluto. Este político de 73 años, con amplia experiencia y forjador en su día de una de las negociaciones más alambicadas de la historia de la UE, la del Brexit, es la solución que ha propuesto el presidente Emmanuel Macron para tratar de superar la parálisis del país, dos meses después de las elecciones legislativas que dieron la victoria a las izquierdas. La elección de una figura marcadamente conservadora y militante de la cuarta fuerza de la Asamblea Nacional, ha enervado a las izquierdas, ganadoras de las elecciones, lo que indica que la estabilidad del país queda en manos del bloque macronista y de las derechas.

Ahora Barnier deberá convencer a la mayoría del fragmentado Parlamento francés para sacar adelante su programa político. En Francia, una moción de censura puede tumbar un Gobierno sin proponer otro alternativo. Para eso basta con reunir una mayoría absoluta de los votos en la Asamblea Nacional, una circunstancia que se daría si la izquierda y la extrema derecha unieran sus fuerzas. Nada más tomar posesión de su cargo, Barnier ya ha lanzado un primer aviso a izquierda y derecha: "Habrá cambios y rupturas, y habrá que escuchar y aplicar mucho respeto. Entre el Gobierno y el Parlamento, pero también hacia todas las fuerzas políticas. Y digo todas".

Todo apunta a que Barnier deberá apoyarse para gobernar en el grupo macronista (166 escaños), los 47 diputados de su propio partido, Los Republicanos (la formación tradicional de la derecha moderada que, en principio, se había negado a entrar en el Gobierno) y de otras fuerzas minoritarias, como el grupo centrista y regionalista LIOT (21 escaños). Con ello, el primer ministro, que por el momento no ha dado pistas sobre la composición de su futuro Gobierno, no logrará alcanzar una mayoría absoluta de 289 escaños, pero sí superará en apoyos a la coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular, primera fuerza de la Asamblea con 193 diputados.

La izquierda critica con mucha dureza no solo el hecho de haber sido descartada para gobernar, sino que, con esta decisión, la llave de la gobernabilidad estará paradójicamente en manos de la extrema derecha de Marine Le Pen, cuyo avance apenas logró contenerse a través de un cordón sanitario y una fuerte movilización electoral, que relegó a Reagrupación Nacional a la tercera posición, con 142 escaños, solo una semana después de haber vencido en la primera vuelta de los comicios.

Los partidos del Nuevo Frente Popular -integrada por el Partido Socialista (PS), los ecologistas, La Francia Insumisa (LFI) y el Partido Comunista francés- han clamado contra la decisión de Macron, que tachan "de robo electoral", de "negación de la democracia" y de "corte de manga" a la voluntad de cambio que los franceses expresaron en las urnas.

La amenaza de veto de Le Pen ya había llevado a Macron a descartar las otras dos grandes opciones que había barajado para dirigir el Ejecutivo, el conservador Xavier Bertrand y el exsocialista Bernard Cazeneuve. La líder ultraderechista ha puesto como condiciones para no impulsar una moción de censura que se abandone el cordón sanitario a su partido y que el nuevo primer ministro se implique en una reforma electoral para cambiar el sistema mayoritario actual por uno proporcional, que le beneficiaría al limitar los efectos de posibles alianzas contra su partido.

Los partidos del Nuevo Frente Popular -integrada por el Partido Socialista (PS), los ecologistas, La Francia Insumisa (LFI) y el Partido Comunista francés- han clamado contra la decisión de Macron, que tachan "de robo electoral", de "negación de la democracia" y de "corte de manga" a la voluntad de cambio que los franceses expresaron en las urnas.

Este nombramiento, aplaudido tanto por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como por la del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, se produce después de un ciclo de consultas sin precedentes durante el cual Macron se ha reunido incluso con algunos de sus predecesores para tratar de desencallar la situación política. Según ha informado el Palacio del Elíseo, a Barnier se le ha encargado "formar un Gobierno de unidad al servicio del país y de los franceses" que "reúna las condiciones necesarias para ser lo más estable posible" y lograr amplios acuerdos en la Asamblea Nacional.

Barnier ha sido elegido por Macron después de que otras figuras que había barajado anteriormente se habían topado con los vetos de la izquierda y de la ultraderecha, que son dos de los tres grandes bloques en la actual Asamblea Nacional. Con este panorama parlamentario, la principal incógnita que se abre a partir de ahora es si el nuevo primer ministro, un profundo europeísta con postulados bastante contundentes en la cuestión migratoria, recibirá el apoyo suficiente en la Asamblea Nacional para llevar a cabo su programa.

Nacido en La Tronche en 1951, Barnier será el primer ministro de más edad de la Quinta República y sustituirá al más joven en ocupar el puesto, Gabriel Attal, que llegó al cargo con en enero pasado con 34 años. Tiene una amplia experiencia política en Francia y en las instituciones de la Unión Europea, donde su último cargo fue el de negociador europeo para el Brexit entre 2016 y 2021, después de haber sido comisario europeo en dos ocasiones: Mercado Interior (2010-14) y Política Regional (1999-2004).

El 'señor Brexit', que es como se le conocía popularmente en aquel tiempo, fue designado para ese puesto que requería una gran mano derecha (había que congeniar los intereses de los Veintisiete en un pulso con frecuencia duro con Londres) aprovechando su profundo conocimiento de los entresijos de las instituciones europeas.

Con anterioridad, fue ministro de Exteriores entre 2004 y 2005 durante la presidencia de Jacques Chirac, y de Agricultura entre 2007-09 con Nicolas Sarkozy en el Elíseo, y antes lo había sido de Medio Ambiente y de Asuntos Europeos. Este veterano político, cuya larga carrera política comenzó hace más de medio siglo, en 1973, también ha sido miembro del Parlamento Europeo y diputado y senador en Francia.

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