La cita del Fòrum

La adulta Aitana culmina una jornada de poder femenino en el Share Festival

La de Sant Climent de Llobregat exhibió su orgulloso tránsito a mujer con su entretenido 'alpha tour' y remató un domingo repleto de artistas talentosas en el cierre de la cita barcelonesa

Ignasi Fortuny

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Aitana, la ya adulta Aitana Ocaña pese a quien le pese, antaño referente femenino inocente, con ese gesto adolescente y cándido a menudo, luce ahora orgullosa su tránsito a mujer de 24 años a lomos de su último disco, 'alpha'. La catalana culminó una jornada de poder femenino en el cierre del Share Festival, que finaliza su segunda edición en el Parc del Fòrum con 49.000 asistentes en tres días. "Muy feliz de compartir escenario con mujeres increíbles", dijo en los primeros compases la de Sant Climent del Llobregat.

Con una propuesta entretenida, Aitana, ejecutora notable del plan, movió a su antojo al muy joven público (destacable presencia de un par de decenas de personas sordas que siguieron el concierto gracias a las intérpretes de la asociación Encantados), a partir de ese giro dance-house de su música pop, y también, claro, de sus muy comentados y bruscos movimientos de cadera. Los de 'miamor', concretamente, instantes de interés elevado a juzgar por los móviles desenfundados.

Antes del momento tórrido de la noche, había pasado por su disco 'alpha' con piezas como '2 extraños' o la despechada 'AQYNE'. Aunque especialmente destacable fue la sección rockera, con banda en el escenario, aprovechando canciones de su álbum '11 razones', baladas coreadas con pasión, la recuperada 'Mariposas' y esa naíf 'Mon amour'. Invitó Aitana al baile masivo -aparecieron mujeres que protagonizaron el día como Julieta, Chanel, Belén Aguilera, Vicco y Naiara- con ‘Las babys’, pieza nacida a partir de la trillada ‘Saturday night’, de Whigfield, para, finalmente, rematar con la idílica 'Formentera'.

“Una señal”

“Queríamos enviar una señal, participar en el cambio de algo que no está bien, pues la mayoría de los grandes festivales tienen carteles dominados por artistas hombres”, comentaba Stefano Maccarone, director del Share, a media tarde de este domingo, cuando esa declaración de intenciones, ese cartel lleno de mujeres catalanas, había mostrado ya músculo femenino por entrenar, como el de Jim, o alguno tan en forma como el de Lia Kali. También Vicco, la ‘eurovisiva’ que busca sobreponerse a ‘Nochentera’, hit que la bendice y la persigue. 

La tarde menguante era para que otra representante de España en Eurovisión, Chanel, empezara a mostrar sus credenciales desplegando su primer álbum, ‘¡Agua!’. La “mami”, como se hace llamar por su sangre cubana (incluyó una versión de ‘Mi tierra’, de Gloria Estefan), apareció con un body rojo con refuerzo en su cadera, parte que sus canciones buscan electrizar, como quiso transmitir con la paradisíaca ‘P.M.’ o la definitiva y siempre ‘ready’ ‘SloMo’, no sin antes presentar 'Loka' como una carta al empoderamiento. “A las que como a mí les han llamado loca por vestirse cómo le da la gana, sentirse cómo le da la gana…”.

Antes, Julieta, con un ambicioso ‘show’ (pódium, numerosos bailarines y hasta una batería marcando el ritmo), había confirmado su rol de nueva diva catalana con su pop electrónico. Uno podía observar decenas de seguidores de la barcelonesa por el Fòrum luciendo camisetas con su lema, ‘I am the catalan dream’, ese sueño tan real. Un concierto, reseñable esa postal que es ‘Avions volant’, vivido por todos ellos con la misma intensidad que ese “último vis a vis”, que reclama en la canción ‘Thelma & Louise’, pieza que supuso un punto y aparte con la presencia de Belén Aguilera, que había actuado horas antes en una jornada de desbordante talento femenino. 

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