Avalancha de metal (e himnos de Judas Priest) en la primera jornada del Rock Fest

La tesis según la cual las canciones son lo más importante se hizo carne, metal y ‘riff’, este viernes en Can Zam, ante una audiencia volcada en los clásicos de Judas Priest servidos por el que fuera uno de sus icónicos guitarristas, K. K. Downing. Su criatura, KK’s Priest, marcó territorio en una primera jornada del Rock Fest trufada de acentos ‘heavy’ clásicos, extremismos thrash y vestigios glam, representados estos por la vedete esperada en la madrugada, la banda californiana W.A.S.P.

KK’s Priest defendió las esencias del grupo madre, abriendo con tres temas propios antes de atacar los viejos himnos (‘The ripper’) y algún rescate no tan de manual (atronador ‘Night crawler’). Downing, icónica melena rubia al viento, en buena forma dactilar, y un Tim ‘Ripper’ Owens imponente en toda la gama vocal, que se lució en el medio tiempo anguloso ‘Beyond the realms of death’. Altas llamaradas en ‘Burn in hell’, tema del tiempo en que Owens fue cantante de Judas Priest. Y los himnos: ‘The green manalishi’ (su asalto carnicero a Fleetwood Mac), ‘Breaking the law’ y la madre de todas las batallas (metaleras), ‘Victim of changes’.

Revisión de Sepultura

La jornada presentó otros puntos calientes, como Cavalera, el artefacto de los hermanos brasileños Max e Igor, ex-Sepultura. Un ‘set’ de metal extremo bautismal, apuntalado en los primeros álbumes de su antigua banda, que últimamente han regrabado. Max Cavalera y su rugiente registro gutural, y el bajo de plomo de su hijito, Igor Amadeus. Esto es un asunto de familia. Toque de ‘Carmina Burana’ y embestidas con delicadezas como ‘Bestial devastation’. Y entre la traca final, un arañazo a otro disco importante, ‘Chaos A.D.’, (‘Refuse/Resist’, más ‘heavy’ tradicional, dentro de lo que cabe). Pensando en sus excompañeros, Max clamó malévolamente por los poderes del “verdadero Sepultura”.

En la línea thrash, gran actuación de Crisix, una banda de Igualada que hace giras europeas sin que aquí les prestemos mucha atención. Nuestras disculpas. Metal desbocado y con desparpajo, sin épica, arrollador en cartas como ‘Leech breeder’, dedicada “a los asquerosos que abusan de su poder”, o en ‘Frieza the tyrant’, a partir del personaje de ‘Bola de drac’. Versionaron a The Beastie Boys, Pantera y Trust (‘Antisocial’ vía Anthrax).

Y en materia de metal más clásico, el grupo asturiano Warcry desplegó, a partir del invasivo ‘Hacia delante’, un sonido tan aplastante como melódico, con teclados y ascendiente sinfónico. El power metal alemán suele tener una fuerte presencia en el festival, y ahí estuvo la ortodoxia de Primal Fear, rica en cánticos indicados para salir a invadir el país vecino, en la voz de Ralf Scheepers. Sonaron algunos hallazgos del reciente ‘Code red’ y los trofeos, como ‘The end is near’. Su antigua banda, Gamma Ray, y Blind Guardian, altos exponentes de esa escena, actuarán el domingo en Can Zam. La fiesta continua.  

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