Las melodías de las canciones se han vuelto más simples desde 1950

Las melodías de las canciones pop que más triunfan en las listas de éxitos de Estados Unidos son cada vez más simples y repetitivas. Según un estudio publicado en la revista Scientific Reports, la complejidad ha disminuido desde 1950. Eso sí, aclaran que eso no significa que los lanzamientos musicales actuales sean peores, sino que la complejidad se ha trasladado a otros componentes musicales, como la calidad o las combinaciones de sonidos.

El trabajo, liderado por Marcus Pearce y Madeline Hamilton, de la Universidad Queen Mary de Londres, analiza las melodías más destacadas de las canciones (normalmente la melodía vocal) que alcanzaron las cinco primeras posiciones de las lista de sencillos de fin de año del Billboard estadounidense, entre 1950 y 2023. Para ello, los investigadores aplicaron la detección de puntos de cambio a una serie temporal que comprendía características relacionadas con el tono y la estructura rítmica de las melodías.

Los investigadores descubrieron que la complejidad de los ritmos de las canciones y los arreglos de tono disminuyeron durante este período a medida que aumentaba el número promedio de notas tocadas por segundo.

Momentos clave

También identificaron dos disminuciones significativas en la complejidad melódica que ocurrieron en 1975 y 2000, junto con una disminución menor en 1996. Los autores especulan que los cambios melódicos que ocurrieron a partir de 1975 podrían ser una respuesta al surgimiento de "géneros como la 'new wave', la música disco y el rock de estadio". Por su parte, los que ocurrieron en 1996 y 2000 podrían representar "el auge del hip-hop o la adopción de estaciones de trabajo de audio digital, que permitieron la reproducción repetida de bucles de audio".

Los autores apuntan que esta simplicidad melódica podría deberse a aumentos en la complejidad de otros elementos musicales, como un mayor número promedio de notas tocadas por segundo, para evitar que la música suene abrumadora para los oyentes. Además, proponen que la disponibilidad de más instrumentos digitales puede permitir que la complejidad musical se exprese a través de la calidad del sonido, en lugar de la melodía.