Exitazo de María Hervás en la maratón escénica ‘The second woman’

¿Cómo aguantar 24 horas en una función repitiendo la misma escena corta junto a un 'partenaire' diferente cada vez? Ese es el reto al que se ha lanzado directa María Hervás en el Teatre lliure que ha acabado este domingo poco después de las seis de la tarde con un enorme éxito: siete minutos de aplausos. De haber sido un torero, Hervás habría salido a hombros del Lliure. El público en pie despidió a la actriz madrileña, muy emocionada y feliz tras su gesta.

Hervás que protagonizó en el mismo teatro 'Yerma' dirigida por Juan Carlos Martel Bayod, empezó con buen pie el sábado a las seis de la tarde 'The second woman', con el teatro a tope de público curioso de ver cómo iba a mantener el tipo haciendo la misma escena, de unos 10 minutos, con 100 hombres muy diferentes, la mayoría gente sin experiencia teatral alguna.

La actriz madrileña empezó con mucha energía afrontando una escena que dibuja una relación que no anda demsiado fina. Los personajes se hacen algunas preguntas, algún reproche y también bailan con una música sensual antes de llegar al momento final. Un jovenzuelo sorprendió a la actriz con un beso de película, o al menos eso intentó él, al poco de empezar la escena. Hervás supo seguir adelante. El público reía y aplaudía tras cada pase.

Enganchaba ver una misma situación en bucle que cambiaba según la química entre los intérpretes y las relaciones de poder que se establecían. Ninguna era idéntica y las cámaras que filmaban primeros planos de las expresiones de ambos protagonistas contribuían a no perder detalle de esta performance ideada por las directoras australianas Anna Breckon y Nat Randall. El público que se reía con los diferentes matices y reacciones, aplaudía al final de cada escena.

Prueba superada

Para quienes actuaron fue toda una experiencia. "Yo al final estaba algo nervioso", confiesa un ingeniero jubilado de 70 años que salió de los primeros. Ver a Hervás, trasnformada en mujer fetiche, con peluca rubia a lo Marilyn Monroe y vestido rojo, impone. "Ahora ya estoy tranquilo, ya puedo sacarme a Virginia -así se llama el personaje de Hervás- de la cabeza", decía satisfecho de haber superado la prueba con Hervás, una actriz conocida. Ganó un Max por 'Iphigenia en Vallecas', interpretó el rol víctima en 'Jauría' y ha paticipado en series como 'La que se avecina' y 'Machos Alfa'. Aunque el desafío en el Lliure no se parece a nada a lo que ha hecho hasta el momento, se la veía cómoda en este experimento. 

Todos los participantes con los que habló EL PERIÓDICO salían encantados: "Yo me lo he pasado en grande", resumía un ingeniero en los 40 que hace teatro amateur. "Una cosa es hacer impro amateur, otra muy distinta venir y actuar en el Lliure en una producción con medios y con una profesional como Hervás", dijo antes de meterse en la sala para seguir el montaje como espectador. Tanto entrada la noche como de madrugada bastante gente joven acudió a verlo.

Masaje improvisado

De los 400 voluntarios que se presentaron al cásting solo 100 fueron elegidos. Entre ellos había de todo, como un señor que nunca había pisado un escenario que se apuntó tras ver un anuncio del Festival Grec porque pensó que era una magnífica manera sorprender a su hija que cumplía 30 años el mismo día de la función. Pero también se vio a algunos actores profesionales como Queco Novell o Pepe Zapata, que en breve presentará 'El enterrador' en La Villarroel. Por la mañana a Hervás acumulaba el cansancio pero mantenía el tipo. Cuando un 'partenaire' le empezó a dar un pequeño masaje en los hombros mientras bailaban y ella aprovechó para sentarse y hacer que siguiera: le venía la mar de bien después de más de 15 horas interpretando a esa segunda mujer del título, alguien que no se siente suficientemente querida y valorada por el personaje mascuino. En público sí le dio todo su apoyo calurosos aplausos y vítores en las breves pausas que se tomó durante la maratón.

La última hora creó mucha espectación. El público prácticamente llenó el teatro. Y valió la pena, especialmente las réplicas de el último participante, un jubilado de 78 años que brilló en su debut teatral e hizo reir al personal y a la propia Hervás cuando, muy metido en el papel, soltó: "Eres una manipuladora".

Dos mujeres salían encantadas al acabar. Habían venido en tres o cuatro momentos diferentes y se habían enganchado. "Lo que más me ha gustado es que los tíos salen retratados", opinaba una de ellas. Realidad y ficción, roles masculinos y femeninos se mezclan en este interesante experimento que viajará a Sevilla en octubre y a Madrid en noviembre.