Crítica de 'No hables con extraños': un 'remake' de terror mejor que el original

Hace dos años se estrenó en festivales de terror la película 'Speak no evil' (2022), dirigida por el danés Christian Tafdrup. No se convirtió en un fenómeno, pero sí generó cierto runrún entre los fans del género. O la aman a la odian. O, mejor dicho, o aman o odian su resolución, una secuencia final tan perturbadora como problemática, y cómo ese desenlace se relaciona con el resto de la película. A fin de no desvelar ni el final de aquella ni el de 'No hables con extraños' (2024), su 'remake' americano, no explicaré cómo acababa. Pero es importante señalar que James Watkins, director de esta última, ha decidido cambiar el final hasta el punto de que, dos películas hermanas los dos primeros actos, se revelan sorprendentemente distintas. Y sorprendentemente también, la segunda es mejor que la primera.

Habrá quien añore el exabrupto final de la película danesa. Final que, insisto, tiene sus defensores. Pero ésta mantiene los aciertos de la original y, además, es menos problemática y está menos descompensada que aquélla. Un matrimonio burgués, padres de una niña de 12 años, aceptan la invitación de una pareja a la que conocieron durante unas vacaciones de pasar un fin de semana en la finca que tienen en el campo. Este es el punto de partida de 'No hables con extraños', que, igual que la película de Tafdrup, funciona muy bien en su manera de capturar el desconcierto de la pareja protagonista ante el comportamiento de sus anfitriones.

Picardía

El texto es bueno, Watkins, director de la magnífica 'Eden Lake' (2008), resuelve con mucha picardía ese juego entre la provocación y la incomodidad, y los actores, del primero al último están espléndidos (mención especial para un magnífico James McAvoy). El final, planteado en códigos de 'survival', está alargado y pierde puntualmente el verosímil, pero, al moverse en los mismos códigos que el resto de la película, funciona infinitamente mejor que el abrupto final de la original.