La gobernabilidad de España

El PSOE busca ligar los Presupuestos a la investidura y Junts se abre a dar el paso

Sánchez allana el terreno para la amnistía: "Voy a ser coherente con lo hecho"

González y Guerra se coordinan para atacar a Sánchez y la amnistía: "El disidente es él"

Junts teme un 'tamayazo' si la amnistía se vota en el Congreso tras la investidura

Sánchez y Montero

Sánchez y Montero / Eva Ercolanese / Efe

Juan Ruiz Sierra / Fidel Masreal / Quim Bertomeu

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El PSOE no quiere que el hipotético pacto con los partidos catalanes y vascos para reelegir a Pedro Sánchez se quede solo en eso. Mientras se preparan para reeditar la coalición, esta vez con Sumar, los socialistas buscan que el acuerdo vaya más allá e incluya también proyectos tan relevantes como los Presupuestos Generales del Estado del año que viene y a poder ser de los siguientes. Ya han hecho llegar el mensaje a sus socios potenciales, de quienes depende la continuidad del presidente en funciones: ERC, Junts per Catalunya, EH Bildu, el PNV y el BNG. De momento, los posconvergentes, pese a las duras declaraciones de Carles Puigdemont, señalan que están dispuestos a explorar un escenario de este tipo, que convertiría el pacto de investidura en uno casi de legislatura. Los republicanos quieren que el acuerdo para la reelección del candidato socialista tenga también una importante parte económica que incluya tanto los recursos para un traspaso integral de Rodalies como una mejora sustancial de la financiación, pero aún no aclaran si a través a de un pacto presupuestario o con acuerdos al margen.

“Queremos presentar los Presupuestos de 2024 antes de que acabe diciembre. Y si no da tiempo, pues después, pero que el año que viene tenga sus propias cuentas públicas, no una prórroga de las de 2023. Ya estamos trabajando en ellas”, explica un alto cargo del PSOE al tanto de las negociaciones con el nacionalismo e independentismo catalán y vasco.

A pesar de su confianza en las posibilidades de que Sánchez acabe siendo investido, los socialistas admiten que la legislatura, si finalmente echa a andar, no será muy productiva en términos legislativos. Sánchez suele decir que en el nuevo Congreso hay una “mayoría parlamentaria progresista”, pero lo cierto, reconocen en su entorno, es que ni Junts ni el PNV son de izquierdas. Si se despeja el peligro de repetición electoral, y dando por descontado el ‘no’ a todo del PP y Vox, cualquier iniciativa pasará por los posconvergentes. 

Durante la pasada legislatura, el PSOE sacó pecho de su capacidad para sacar adelante normas en el Congreso. Hubo 215 aprobadas: 118 leyes, 96 reales decretos y un real decreto legislativo. Esta vez, si hay pacto de investidura, los colaboradores de Sánchez asumen que el balance será mucho menor. Pero no lo ven tan difícil con los Presupuestos de los próximos años. Al fin y al cabo, dicen, “se trata de dinero”. 

La disposición de Puigdemont

Fuentes de Junts confirman que los Presupuestos podrían formar parte del acuerdo. Los posconvergentes están dispuestos a abordar también esa negociación. Durante su conferencia desde Bruselas el pasado 5 de septiembre, en la que sentó las bases de la actitud de su partido ante la compleja gobernabilidad de España, Puigdemont se refirió a las cuentas públicas en el capítulo de las reivindicaciones de autogobierno. El Ejecutivo central, dijo, “no ejecuta nunca los Presupuestos aprobados para Catalunya”. La afirmación incorpora ya una evidencia: debe haber Presupuestos. Es una de las cuestiones que Junts tiene en mente ante el hipotético pacto, que iría más allá de la investidura y tendría un marco de aplicación de toda la legislatura. 

¿Cómo se materializaría este acuerdo presupuestario? La clave, continúan en la dirección de Junts, pasa por las llamadas “dos carpetas”. Puigdemont quiere que durante los cuatro años, una vez aprobada la amnistía, se aborde por un lado la autodeterminación -el llamado problema político de fondo de Catalunya- y por otro las cuestiones de autogobierno. Y en esta segunda carpeta también estaría incluida la mejora de la financiación. Ahí es donde unos Presupuestos del Estado con inversión notable en Catalunya forman parte de la ecuación del pacto con el PSOE.  

ERC, mientras tanto, viene de aprobar los últimos tres Presupuestos Generales del Estado por un pacto no escrito por el cual los republicanos daban estabilidad el Gobierno mientras Sánchez sacaba adelante los indultos y la derogación de la sedición. Que ahora se repita el mismo esquema está por ver, pero los republicanos en los próximos días lanzarán una ofensiva para abordar la parte económica del pacto. Como llevan días dando por descontado que la amnistía será una realidad, ahora centrarán sus peticiones en el traspaso integral de Rodalies y en una mejora de recursos para paliar el déficit fiscal. Lo que aún está abierto es si querrán que la parte económica se canalice a través de los Presupuestos, ya que habría otros mecanismos como las transferencias directas o las 'encomiendas' de gestión.

La velocidad

La negociación del PSOE con el independentismo catalán se acelerará a partir del próximo viernes, una vez fracase definitivamente el intento de Alberto Núñez Feijóo de llegar a la Moncloa. Los socialistas tienen de límite temporal hasta el 27 de noviembre, momento en el que se convocarían automáticamente elecciones si Sánchez no ha sido investido. No dependen solo de sí mismos, y están dispuestos a conceder tiempo a sus socios (sobre todo a Junts, el partido más reacio a pactar), pero quieren que todo vaya rápido. Intentarán que la investidura de su líder tenga lugar en octubre. 

Pero para eso hace falta alcanzar un complejo pacto con varios actores que tiene en la amnistía del ‘procés’ su principal piedra de toque. Dos son las cuestiones que ahora mismo discuten el PSOE y Junts: la renuncia de Puigdemont a la unilateralidad, que los socialistas ponen como condición, y la posibilidad de que la norma, que no incluirá la palabra ‘amnistía’, haya entrado en vigor antes de la reelección de Sánchez. Los colaboradores del presidente insisten en que algo así es “inviable” y dejan la aprobación de la polémica ley para después. 

Mientras tanto, el presidente en funciones abre cada vez más la puerta a una medida de este tipo, a pesar de las fuertes críticas internas que ha recibido, sobre todo por parte de la vieja guardia socialista. “Voy a ser coherente con la política de normalización y estabilización en Catalunya. Y estoy diciendo mucho”, señaló el pasado miércoles en Nueva York, tras participar en la Asamblea General de Naciones Unidas. Solo cuando el Rey le haya designado candidato, añadió, hablará con “total franqueza”. 

Suscríbete para seguir leyendo

  翻译: