Testimonios en primera persona
Unos 500 vecinos del área de Barcelona claman contra el desabastecimiento de agua: “Parece que estemos perdidos en el Pirineo”
Vecinos de los barrios de Vallpineda y la Riereda, en Molins de Rei, sobreviven tras una semana sin dotación hídrica en los hogares
Vecinos de los barrios de Vallpineda y la Riereda de Molins de Rei han marchado o han alquilado un servicio de cuba privado, tras sobrevivir sin agua durante una semana
Clàudia Mas
Clàudia MasPeriodista especializada en el Vallès. Aprendí en el diario digital iSabadell y he trabajado en medios de prensa de información local como el Diari de Sabadell y de Bellaterra, así como en redacciones de escala catalana, como VilaWeb. Me he acercado a la política sabadellense codirigiendo el documental 'Els Residus del Mercuri'.
“Vivir aquí es un privilegio, pero reclamamos un mínimo: que salga agua del grifo. Nos encontramos a tan solo diez kilómetros de Barcelona”. Àngela Balcells, de 65 años, vive en el barrio de Vallpineda, ubicado en el municipio de Molins de Rei (Baix Llobregat) y situado en el epicentro de Collserola. Desde hace diez días, no llega agua a su domicilio, ni a los de 500 vecinos de este barrio y del que hay justo al lado, la Rierada.
Según la presidenta de la Asociación de Vecinos de Vallpineda, Lluïsa Núñez, quien dispone de una lista de todos los vecinos con su dirección y los litros de agua que les quedan, ya hay 30 familias que carecen de agua en los depósitos de sus casas, donde la tenían almacenada. Balcells ha hecho “malabares” tras una semana viviendo sin agua: “No me podía duchar, ni lavar los platos, ni la ropa, el lavabo estaba saturado, ya que no podía tirar de la cisterna”.
Tras este escenario, la alternativa “para parar el golpe” ha sido cargar garrafas llenadas en la fuente ubicada en el barrio de La Floresta (Sant Cugat), que le queda a 20 minutos andando (2 km). Su pozo y depósitos estaban completamente vacíos. Sin embargo, “tras siete días de asfixia”, ha decidido contratar una cuba privada para que le suministre agua, algo que le ha costado 270 euros y le durará pocas semanas. “Sufrir por no tener agua, que es un servicio básico, es inhumano. Vivimos a 10 minutos en coche de Sarrià, no estamos perdidos en el Pirineo, pertenecemos a la primera corona del Área Metropolitana de Barcelona (AMB)”.
Ambos barrios no disponen de una red que garantice el servicio de agua corriente ni de alcantarillado y dependen de unos camiones cisterna para poder disponer de agua. Aqualia, la empresa contratada por el Ayuntamiento, que hasta ahora ofrecía el suministro de cisternas de agua, dice, que no retomará el servicio hasta que los caminos hasta las casas estén asfaltados.
Desde el pasado martes 25 de junio, no pasan las cubas por los domicilios. Por su parte, fuentes municipales del consistorio de Molins de Rei (que está a una hora y media caminando de los barrios) manifiestan que este viernes 5 de julio la empresa Aqualia y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) se han reunido y han acordado reanudar el próximo martes el servicio de cisternas: “Por el momento está previsto tres días a la semana, con posibilidad de aumentarlo”. Sin embargo, la presidenta de la Asociación de Vecinos del barrio de Vallpineda manifiesta que es una “buena noticia”, pero que “hasta que no esté por escrito" no se lo van a creer.
Las familias, de forma coordinada con los dos barrios, se están movilizando y han anunciado una gran concentración ante el Ayuntamiento el próximo lunes 8 de julio a las 19:00 h de la tarde. Además, ya han contactado con abogados para “esclarecer legalmente esta situación”, algo que afirman, ante este comunicado, mantendrán.
Los vecinos, hasta el momento, pagaban 55 euros por cada tanque de 10.000 litros, un precio subvencionado por el Ayuntamiento en un 50%, ya que este asumía el coste del transporte. Ante esta situación, los vecinos optan por varias opciones.
Algunos han contratado por su cuenta a una empresa que les lleva agua en cisternas, con tarifas que llegan hasta los 470 euros por los mismos litros que recibían habitualmente. Este es el caso de Raül, que, con factura en mano, muestra los 240 euros que ha pagado por un tanque con 14.000 litros que le rendirán unos 20 días, ya que son siete miembros en la familia; vive con sus tres hijos, su mujer y sus padres en Vallpineda. Otros han optado por marcharse a vivir a otro barrio. Tal es el caso de Marcos que, “ante esta situación de desesperanza”, tras una semana sin agua, se ha mudado a Madrid a casa de un amigo: “La situación de higiene y calidad de vida era tan crítica que me tuve que ir”. Explica, en conversación por teléfono con este diario, que la situación en la capital también “insostenible”: “No podré alargar mucho más el teletrabajo, espero que se solucione este problema o me tendré que replantear dónde y cómo vivo”.
Marcharse de casa
Marcharse del barrio es una opción que también ha considerado Ivanna Campos, profesora de Sant Cugat, que vive con su marido y sus dos hijas pequeñas. Cuando se queden sin agua - ahora calcula que les quedará por 10 días si ahorra bien - dice que se verán obligados a mudarse a casa de sus padres en Barcelona: “Ya asumimos que tendremos que hacer viajes arriba y abajo para llevar a las niñas al colegio e ir a trabajar. Pero vivir sin agua es asfixiante”, señala, y se pregunta: “¿Cómo las ducharemos? ¿Cómo pondremos lavadoras? Con las dos criaturas acumulo quilos de ropa sucia”, asegura.
Ivanna y su familia cuentan con dos depósitos soterrados, de 7.000 litros cada uno, que recogen el agua proveniente de la lluvia. A través de un sistema de tuberías, pueden almacenar el agua que, mediante una bomba, llega a la casa cuando está lleno. Sin embargo, esta agua no la usan para beber ni cocinar, ya que no es potable, pero sí para lavar la ropa, ducharse o para la cisterna del váter: “Suerte hemos tenido que en los últimos días ha llovido mucho; si no, con las niñas no sabríamos qué hacer”, señala, mientras hace pedagogía con la más pequeña, a quien le explica la situación.
Tuberías en sus barrios
La paradoja es que por las calles de la urbanización pasa una tubería de agua que da servicio a Sant Cugat a través de la empresa Sorea. “Hay un depósito de agua que abastece a la Colònia Montserrat, perteneciente a Valldoreix (Sant Cugat), cuyo depósito se encuentra en su propio barrio”, explica la presidenta de la Asociación de Vecinos. Ella añade que desde el Ayuntamiento les han informado que no pueden conectarse a esta red porque están diseñando el Plan de Urbanización de Molins de Rei. De hecho, el próximo 26 de julio se celebrará una reunión con técnicos del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y la Diputación de Barcelona (DIBA) para presentar el proyecto del Plan Urbnanístico de los barrios de Vallpineda y la Riereda. Sin embargo, los vecinos se sienten “desesperados” ante un plan que han estado reclamando durante más de cinco décadas y del que ya han hecho múltiples planes, pero que “nunca llega”.
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