Gestión de la sequía
Se redobla la potabilización en el Besòs: Barcelona beberá por primera vez agua del río
La ampliación de la planta de Aigües de Barcelona permitirá cuadruplicar en un año el agua potable
El Govern recupera, además, el antiguo Rec Comtal para captar más recursos hídricos
Guillem Costa
Guillem CostaUna de las grandes apuestas del Govern para disponer de más agua de boca es la ampliación de la potabilizadora del Besòs, en Barcelona. Esta instalación multiplicará por cuatro su producción en menos de un año, cuando terminen las obras en marcha. Para hacerlo, se aprovechará agua del antiguo Rec Comtal y, por primera vez en la historia, se captará agua directamente del río para potabilizarla. A finales de diciembre, si todo avanza según lo previsto, la estación de tratamiento de agua potable (ETAP) producirá unos 27 hectómetros cúbicos al año de agua, lo que equivale a dos veces la capacidad máxima del embalse de Siurana.
Como ya avanzó EL PERIÓDICO, la regeneración de agua, por el momento, no es una prioridad inmediata en el Besòs, aunque está contemplada a largo plazo. Por lo tanto, los esfuerzos de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) se centran en aumentar la cantidad de agua potabilizada a través de esta planta de Aigües de Barcelona. Para hacerlo, el Govern invertirá 25 millones de euros.
El proyecto de ampliación lo ha presentado este miércoles el 'president', Pere Aragonès, en una visita a la estación. Aragonès ha reiterado que la sequía es el principal problema de Catalunya: "No podemos controlar la lluvia ni podemos dar soluciones rápidas, pero nos preparamos para hacer frente a una situación que se irá repitiendo". Una de las respuestas del Govern a la sequía es la aceleración de estas obras para que la ampliación de la planta sea una realidad este mismo 2023.
Canal milenario
Ahora mismo la potabilizadora del Besòs capta agua del acuífero, se somete a un tratamiento de osmosis invertida que permite eliminar contaminantes y de esta forma se generan 200 litros de agua potable por segundo. Sin embargo, este acuífero se está secando y cada vez tiene menos cantidad de agua disponible. Por eso se ha decidido recuperar una vieja infraestructura hidráulica, el Rec Comtal.
Este canal milenario funcionó hasta el siglo XIX como uno de los principales puntos de abastecimientos de agua de Barcelona. Nace en los pozos de Montcada (es decir que lleva agua subterránea) y servía para regar parte de la ciudad y para hacer funcionar varios molinos. Ahora, el agua de esta infraestructura solo está operativa desde Montcada, donde nace el río Ripoll, hasta la zona cercana a la planta potabilizadora.
Lo que se hará es utilizar agua de este Rec Comtal que hasta ahora se vertía en el río para potabilizarla y distribuirla. ¿Y cómo se hará? Se usará una instalación que se construyó en 2008 por la anterior gran sequía. Finalmente llovió y no se llegó a captar agua del Rec para potabilizarla. Ahora, la primera fase de las obras en esta ETAP se centra en arreglar esta instalación de 2008 para que se pueda aprovechar el agua de este antiguo canal.
Cuando en junio terminen estos primeros trabajos, el agua potable que producirá la estación de tratamiento de agua se duplicará y aumentará hasta los 400 litros por segundo.
"Este es un ejemplo de la estrategia que seguimos. Recuperamos el Rec Comtal para hacer un uso del agua eficiente y aumentar la capacidad de la estación", señala Aragonès. Con acciones como esta, según el 'president', la entrada en fase de emergencia podría ralentizarse.
Nueva tubería
Pese a esta operación, todavía faltará más agua. Por eso los responsables de Aigües de Barcelona han analizado el caudal del Rec Comtal. Han comprobado que por este canal circulan muchos más litros de los que podrán captar con esta primera instalación que estará lista en junio. Para conseguir potabilizar casi toda el agua del Rec, la empresa se propone construir una nueva tubería que llegará hasta el punto de inicio de esta infraestructura.
De esta forma, se podrá pinchar el agua subterránea en el punto de nacimiento del Rec Comtal y se canalizará hasta la planta potabilizadora para someterla al tratamiento necesario.
Además, también se crearán dos nuevos pozos en Montcada, para tener el máximo de agua subterránea disponible. Esta segunda fase se pondrá en marcha a partir de diciembre o a principios de 2024. Para que salga adelante, será necesario que la ACA tramite esta obra por la vía urgente.
El reto del agua del Besòs
La Generalitat y Aigües de Barcelona todavía contemplan otra actuación de emergencia, aparte de este aprovechamiento del Rec Comtal (con sus dos fases). Se recogerá agua directamente de la superficie del río Besòs para potabilizarla y suministrarla a las casas. Esto también está previsto para diciembre de este año o principios del año que viene.
Fuentes de la empresa explican que tratar agua directamente del río Besòs es un reto complicado. "Tendremos que aprender a potabilizar agua directamente del Besòs. No se ha hecho nunca", detallan estas fuentes. El agua se someterá a un proceso de filtración y osmosis inversa.
Si sumamos el agua que se aprovechará con estas captaciones, la planta generará en total 860 litros de agua por segundo, un dato que cuadruplica los 200 l/s actuales. Por lo tanto, la ampliación de la potabilizadora permitirá tratar más agua subterránea (la del Rec Comtal), que será la mayoritaria, y también una pequeña cantidad agua procedente directamente del río.
Caudal menguante
Desde Aigües de Barcelona admiten que con todas estas operaciones, el caudal del río Besòs disminuirá, ya que al agua que se capta del río, hay que sumar la del Rec Comtal, que hasta el momento vertía también en el Besòs. Todavía no se sabe cómo afectarán estas operaciones al cauce del río, ya que se han hecho pocos estudios sobre el caudal del Besòs, que depende sobre todo del agua de las depuradoras.
Además de reducir el caudal del Besòs, esta ampliación también supondrá más gasto energético y más emisiones. La planta de potabilización tratará más cantidad de agua de forma intensiva, por lo que la energía eléctrica requerida aumentará, sin llegar al consumo de una planta desalinizadora, que es mucho mayor. Sin embargo, fuentes de la dirección de Aigües de Barcelona plantean la siguiente reflexión: "Si queremos agua, ¿qué alternativa tenemos?".
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