Cerrados el Besòs y la playa del Fòrum por el vertido tóxico de Polinyà: "Es un caso similar al de Ditecsa"

El vertido contaminante provocado por un incendio en el polígono de Barnastock, una empresa química de Polinyà (Vallès Occidental), no solo ha causado la muerte de decenas de peces y la presencia de espuma en el río, sino que también ha obligado a cerrar de forma preventiva, "por precaución", todo el parque fluvial del Besòs y la playa del Fòrum. La clausura habrá durado unas 24 horas, puesto que este lunes se prevé reabrir el parque. "El episodio de lluvias, breve, ha servido para diluir un poco el producto químico y mejorar la calidad del agua", ha detallado Tomàs Carrión, responsable de medio ambiente del ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet, en conversación con este diario.

La depuradora de La Llagosta interceptó los 9.000 m³ del vertido tóxico procedente del polígono de Polinyà, pero la planta no estaba preparada para tratar estos componentes y no pudo asumir todo lo que llegaba. Una parte de los productos químicos contaminantes acabaron en el río y causaron la muerte de más de 1.000 peces, lo que equivale a más de dos toneladas. "Se puede comparar con el caso de Ditecsa en 2019, la afectación es similar", considera Carrión.

"Se trata de un problema grave, han muerto peces pequeños, pero también algunos de tamaño considerable, lo que nos indica que el pico de contaminantes ha sido importante", añade. El vertido ha acabado con la vida de cientos de carpas, pero también ha afectado a especies autóctonas como el barbo de montaña o el bagre, además de la anguila, una especie protegida.

Los agentes rurales enseguida acudieron a la zona y junto con las agrupaciones de defensa forestal (ADF) empezaron a extraer ejemplares muertos del agua para evitar que interfirieran en la cadena trófica. "En los próximos días, sabremos si los pájaros de la zona han sufrido problemas tras ingerir algunos de los peces muertos o perjudicados", señala el responsable de medio ambiente del consistorio colomense.

Segundo episodio

Los técnicos de la ACA (Agència Catalana de l'Aigua) y los ayuntamientos afectados siguen trabajando para conocer el impacto exacto del escape de amoníaco y otros productos corrosivos e inflamables, según fuentes del consorcio Besòs-Tordera.

Es habitual que las depuradoras no puedan absorvir un grueso de contaminantes no habitulaes como ha pasado en este caso, después de durante la extinción del fuego los productos tóxicos llegaran al río. A día de hoy, la depuradora de La Llagosta sigue funcionando pero tardará varios días en hacerlo con normalidad. La planta está pensada para tratar aguas residuales urbanas con tratamiento biológico que se basa en bacterias y que quedó dañado con la aparición del vertido tóxico, que "mató" al ecosistema de bacterias que se usa para depurar el agua. Los responsables de esta estación de tratamiento de aguas trabajan para recuperar la capacidad de la depuradora cuanto antes, pero avisan de que será un proceso gradual.