Juicio en Francia

La hija y la nuera de la víctima francesa de sumisión química sospechan que ellas o los nietos también fueron violados

La hija califica a su padre como "uno de los mayores depredadores sexuales de los últimos 20 años" en el juicio

La policía sospecha que el marido puede estar relacionado con una agresión sexual de 1999 y una violación y asesinato de 1991

Gisèle P., la mujer sedada por su marido y agredida por 51 desconocidos: "Me trataban como a una muñeca de plástico"

Caroline Darian, junto a Gisèle Pélicot, en el juicio que se celebra en Francia contra su padre

Caroline Darian, junto a Gisèle Pélicot, en el juicio que se celebra en Francia contra su padre / Christophe Simon / AFP

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“Mi vida sufrió un cataclismo cuando mi madre me contó que había descubierto que mi padre la drogaba para poder ser violada por él y por desconocidos”. Caroline Darian, la hija de Dominique y Gisèle Pélicot, ha conmocionado este viernes al Tribunal de Avignon (Francia) y a los presentes en la sala del juicio que se celebra contra su padre y 50 hombres más por sedar y violar a su madre durante años.

Autora del libro ‘Y dejé de llamarte papá’, donde relata la estremecedora historia, ha testificado durante unos 20 minutos y su testimonio ha sido uno de los más contundentes que se han escuchado en la vista, tras el de su madre, que compareció el jueves y relató que lo que ha sufrido no era una “violación, sino una barbarie” y que fue “sacrificada en el altar del vicio”.

Darian –que es el pseudónimo que emplea como autora del libro– ha explicado, además, que sospecha que su padre también la drogó y pudo abusar de ella, dado que hay dos fotografías suyas donde aparece desnuda, aparentemente dormida. Cuando la policía se las mostró, según ha explicado al tribunal, no se reconoció. “Vi sus nalgas en primer plano. Era una mujer que dormía en posición fetal. No la reconocí”, ha recordado.

La hija de la principal víctima de la barbarie, que ahora considera a su padre como "uno de los mayores criminales sexuales de los últimos 20 años”, ha explicado que, en ningún momento, sospechó de las duras vejaciones a las que sometía a su madre.

Las fotografías

“Amaba a mi padre, amaba la imagen del hombre al que creía conocer, amaba la imagen de ese hombre sano, amable, considerado", ha explicado. "Pero el hombre que era mi padre, en quien yo tenía total confianza, que creía íntegro, que respetaba a su hija, que estaba orgulloso de ella, que siempre la había animado, descubrí que en realidad me había fotografiado, sin que yo lo supiera, desnuda", ha continuado. “Cómo puede reconstruirse una persona cuando sabe todo esto”, se ha preguntado.

Asimismo, ha explicado que cuando su madre la llamó para contarle que la policía había descubierto cientos de vídeos y fotos, donde se ven las violaciones cometidas por Dominique y por otros 92 hombres mientras estaba prácticamente en coma debido al efecto de las drogas, ella y sus hermanos se derrumbaron. “Lloramos sin entender lo que estaba pasando. No comprendimos lo que pasaba. Es un dolor que no se lo deseo a nadie”, ha relatado entre lágrimas.

De los 92 hombres que aparecen en las grabaciones, han podido ser identificados 51, que son los que se sientan en el banquillo de los acusados. Algunos agredieron sexualmente a la víctima hasta seis veces. Dominique grabó las violaciones y las guardó en su ordenador, en una carpeta llamada, sin tapujos, ‘Abusos’.

El ordenador

La policía descubrió las pruebas incriminadoras porque su padre fue detenido tras ser descubierto grabando con un teléfono móvil debajo de la falda de varias clientas en un supermercado. Los agentes inspeccionaron su ordenador portátil y descubrieron una de las agresiones sexuales más terribles, numerosas y continuadas de los últimos tiempos, que se efectuaron gracias a los efectos sedantes de la sumisión química.

El escándalo y el juicio, que se está celebrando de forma pública a petición de la víctima para avergonzar y señalar a los acusados, ha conmocionado a Francia y ha dado pie a las organizaciones feministas a reclamar que se defina como violación cualquier acto sexual no consentido, tal como recoge ya la legislación española en la ley del ‘sí es sí’. En Francia se requiere aún que haya penetración con violencia, coerción, amenaza o sorpresa.

Los nietos

Este viernes ha testificado también la nuera de la víctima, de la que también había fotografías tomadas sin su consentimiento en el baño de la casa donde tuvieron lugar las violaciones, en Mazan, una pequeña ciudad al sur de Francia. La nuera ha expresado que tiene sospechas de que Dominique pudo abusar de ella o de sus nietos, dado que era muy cariñoso con ellos y se quedaban a menudo a solas.

De hecho, se está investigando si Gisèle no es la única víctima dado que el ADN de Dominique Pélicot está relacionado con otros dos casos abiertos: una agresión sexual a una mujer en mayo de 1999 y la violación y asesinato de Sophie Narme en París, el 4 de diciembre de 1991.

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