Tú y yo somos tres
La crítica de Monegal: Yolanda Díaz imita a Aída Nízar y a Julio César
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Dani Mateo sobre Yolanda Díaz, La Sexta.
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Ferran Monegal
Crítico de televisión
Ferran Monegal
Ha causado sensación en ‘El intermedio’ (La Sexta) que Yolanda Díaz, en unas declaraciones a los medios, hablase de sí misma en tercera persona. Decía, refiriéndose a ella misma como si fuera otra: «¡Yolanda Díaz no se va! ¡Tranquilidad! ¡Yolanda Díaz no se va!», y Dani Mateo se maravillaba advirtiendo: «Ha entrado en el selecto club de los que hablan de sí mismos en tercera persona, como Aída Nízar y Julio César».
Tiene razón. En el programa ‘Crónicas marcianas’ (Telecinco) Aída Nízar hablaba siempre de ella desdoblándose, como si fueran dos Aídas coexistiendo en una sola. Una Aída se desmelenaba en los platós de la tele y la otra, más virtuosa, hablaba habitualmente con Dios. Julio César, por su parte, escribió sus célebres ‘Comentarios a la Guerra de las Galias’ (‘De bello Gallico’) enteramente en tercera persona, refiriéndose a si mismo como alguien ajeno a él. Se trata de un recurso retórico (ileismo) para enfatizar el discurso, pero hoy suena a arcaico y en cierto modo presuntuoso.
Casi a la misma hora, en la mesa política de ‘El hormiguero’ (A-3 TV), también hablaron del ‘me voy pero me quedo’ de la todavía vicepresidenta segunda del Gobierno. El tono era distinto. Más mordiente que divertimento. Decían: «Yolanda es un envoltorio dentro del cual solo hay cursilería e inconsistencia (...) Dice que se va, pero se queda de vicepresidenta y de ministra, con el sueldo, el coche y el piso que le pone el Gobierno». Y luego pasaron a darle el repasito habitual a Pedro Sánchez, al que consideran el mayor trilero del reino. Este programa lo ven cada día más de dos millones de personas, con puntas a veces de cerca de cuatro millones, y eso es lo que preocupa en la Moncloa. Los 900.000 que siguen ‘El intermedio’, programa siempre más cariñoso con Sánchez, no les compensa.
Ahora se han dado cuenta en el Gobierno que los informativos y los programas de análisis político carecen de la capacidad de influencia que tienen los programas de entretenimiento. O sea que si entre la espuma y el sifón, incrustas una mesa política crítica, como la de ‘El hormiguero’, te hacen polvo. La esperanza depositada en la próxima ‘operación Broncano’ en TVE se ha calificado como contrataque a ‘El hormiguero’. A mí me parece una ilusión desesperada. Hay que conseguir primero atraer a tres millones de espectadores.
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