'Bluey' lo tiene todo para conquistar a niños y adultos: la perrita azul protagoniza una de las mejores series infantiles de la actualidad

Desde que las series infantiles abandonaron las mañanas de las cadenas generalistas para integrar canales propios, la oferta se ha disparado exponencialmente y es difícil escoger. En Disney Junior y Disney Channel, arropada por las enésimas iteraciones de los personajes de siempre y de otras series nuevas y no tan nuevas, una joyita brilla con luz propia: 'Bluey'.

Aventuras interminables de una perrita azul

‘Bluey’ es una producción australiana de la empresa Ludo, que cuenta pequeñas historias, de sólo siete minutos de duración, protagonizadas por la familia Heeler (una raza de perro común en Australia): la mamá, Chili, que suele ser la que sale a trabajar; el papá, Bandit, que es quien más juega con las niñas; Bingo, la hermana pequeña y Bluey, la perrita titular y un par de años mayor.

Cada día es una aventura en la que siempre se encuentra una lección, aunque muchas veces son Chili y Bandit quienes las aprenden en paralelo con las hijas. Eso sí, no siempre sobre la madurez, porque la principal enseñanza que se puede extraer de ‘Bluey’ es que nunca hay que dejar de jugar.

Al contrario que con la mayoría de series protagonizadas por críos, el juego no se detiene cuando aparece un adulto, sino que cambia, cuando no son los propios Bandit y Chili quienes fomentan e impulsan la diversión, eso sí, intentando establecer unos límites. Y si hay que regañar, se regaña.

Esto te lo puede decir cualquier padre o madre, esto es, te lo puedo asegurar: es tan importante que los niños aprendan a jugar solos como ser partícipes de sus aventuras cuando te lo piden. También que es fascinante cómo algo tan divertido y aparentemente inocuo como jugar con tu hija puede convertirse, de verdad, en otra forma de crecimiento personal.

Imaginativa, vibrante, tierna, divertida… ‘Bluey’ lo tiene todo para gustar a cualquiera.

Que las niñas sean las protagonistas no significa que las personalidades de sus padre y madre estén descuidadas, ¡al contrario! Porque a base de pequeñas pinceladas, los espectadores más pequeños de la casa también sabrán esos pequeños sacrificios cotidianos que exige la paternidad y la maternidad: en el capítulo ‘Murciélago de la fruta’, por ejemplo, Bluey descubre que su padre ya no puede jugar al fútbol con sus amigos como hacía antes. Se lo cuenta Chilli sin reproches, como algo que es obvio que suceda.

Estilo único, colores pastel

Otro aspecto en el que ‘Bluey’ se desmarca es que, en contra de la tendencia imperante de formas angulosas y simplificadas en la animación actual, el diseño tiene bordes suaves, ausentes de ángulos, y la paleta de colores esquiva los colores chirriantes y opta por tonos pastel, mientras que hay un asombroso nivel de detalle.

De esta forma, cualquier fotograma de ‘Bluey’ es una hermosa estampa y reconocible a primera vista. Tratándose de animación, sería injusto valorarla sólo por su belleza en pausa. Y de nuevo, ‘Bluey’ destaca por su cuidadosa puesta en escena, sin estridentes movimientos de cámara.

En algunos capítulos hay planos detalle imaginativos y vibrantes como hemos visto antes, cuando Bingo se queda embobada mirando un bichito, y por norma hay planos de situación que permiten a la narración respirar y bajar el ritmo.

Y de repente, 'Bluey' sabe ponerse seria, como en 'Imitaciones', en el que Bluey aprende a procesar la muerte.

Dicho todo esto, parecen verdades del barquero que damos por sentado y que es lo básico en cuanto a dirección, pero hay que tener en cuenta que a veces ‘Bluey’ narra a contracorriente y prefiere no atiborrar de estímulos a sus jóvenes espectadores, sino sumergirlos en sus historias de forma amable.

Alegres melodías y un gran reparto vocal

Si todo esto te parece poco para considerar ‘Bluey’ poco menos que un tesoro, que sepas que su apartado musical es, en muchas ocasiones, su arma secreta. Al conjunto de melodías originales se añaden, por sorpresa, reinterpretaciones de otros temas ejecutadas con un gran mimo.

Así, en ‘Para llevar’, el tema que vehicula el capítulo es una versión de ‘Music for a found harmonium’ de Penguin Cafe Orchestra; en ‘La bici’ se versiona ‘Gassenhauer’ de Carl Off y se mezcla con la novena sinfonía de Beethoven; en ‘Tiendas’ se usa ‘Orfeo en los infiernos’ de Offenbach para generar expectación… y cerrar el episodio. En la segunda temporada, el capítulo ‘Geco pegajoso’ se atreve con ‘Powerhouse’ de la Raymond Scott Quintet, toda una institución de la música para dibujos animados.

Sin abandonar el apartado sonoro, y sin desmerecer el trabajo de la versión original, ¡qué magnífica adaptación y doblaje que tenemos en España! Daniela Portugués como Bluey, Lucía Pérez como Bingo, Vicenç Miralles como Bandit y Sandra Soria como Chilli transmiten la alegría y ganas de jugar de sus personajes hasta un punto contagioso.

El nivel es altísimo y por eso es difícil quedarse con alguna otra de las voces, aunque siempre me hace mucha gracia las apariciones de Néstor Moreno como el padre de Lucky, un personaje sin nombre porque, a ciertas edades y más para los niños pequeños, a la gente se la conoce por “su cargo”.

Por supuesto, no sería posible sin la traducción chispeante de Beatriz García Alcalde, que convierte algunos de los palabros inventados de la versión original en equivalentes en español igual de divertidos, y el ajuste de Triana Zárate.

Una gran temporada con ganas de más… y un vistazo a lo que vendrá

Aunque sea una serie que se emite en los canales de Disney, aún no está en Disney+, de modo que en nuestro país hay que ir a las plataformas de televisión de las operadoras para verla bajo demanda, como Movistar+, OrangeTV o VodafoneTV. Dependiendo de la plataforma, la primera temporada sigue de momento completa, mientras que la segunda sólo tiene colgados veinticuatro nuevos episodios.

Lo malo de algunos capítulos que se ven bajo demanda es que son revisionados “captados” de la emisión de Disney Channel, cadena que sigue la insigne tradición española de no respetar sus horarios programados, lo que lleva a que algunos capítulos se vean cortados. En alguna ocasión me he llegado a encontrar al seleccionar un episodio... ¡el último minuto, luego seis minutos de anuncios y después el siguiente programa emitido!

Que este problema no os impida acceder a la que es, sin duda, una de las mejores series infantiles de los últimos años. Imaginativa, vibrante, tierna, divertida… 'Bluey' lo tiene todo para gustar a cualquiera, sea niño o adulto, lo vea solo o en compañía de la familia. Y la segunda temporada pinta aún mejor que esta primera: el episodio ‘Hora de dormir’ son los siete minutos más hermosos de la animación infantil del año 2020.

Tanto es así que, en Estados Unidos, Rolling Stone la ha aupado al puesto número 11 de las mejores series de 2020, siendo la primera de animación de la lista. Mientras, Vulture ha publicado un emocionante reportaje sobre las bondades de la serie. No es para menos: 'Bluey' llegará muy lejos.

En definitiva y parafraseando cierto lema: no aburre, no cansa pese a repetidos visionados… ¡no te la pierdas!

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