'Jumper', entretenimiento que desaprovecha una gran idea

'Jumper', entretenimiento que desaprovecha una gran idea
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Lo más interesante, sin lugar a dudas, de ‘Jumper’, de Doug Liman, es la premisa de la que parte: un chico que puede teletransportarse a cualquier lugar del planeta Tierra. Y si mi intención es daros la sinopsis del film antes de comenzar con la crítica, poco más puedo añadir: existen unos señores, llamados “paladines” que no están muy de acuerdo con que los “jumpers” tengan esas habilidades.

Con ello quiero decir que ‘Jumper’ es una de esas películas que poseen un fortísimo punto de partida, pero que no se han sabido desarrollar. Parte de un high concept y lo desaprovecha. Pero no nos escandalicemos, lo más normal es que uno de estos conceptos tan poderosos en sí mismo no lleve nada que se pueda considerar como argumento, hay que darle vueltas y pensar mucho para encontrarlo. Y justo eso es lo que no han hecho los creadores de ‘Jumper’. No será por falta de firmas, pues son tres los autores que se han basado en la novela de Steven Gould: David S. Goyer, Jim Uhls y Simon Kinberg.

Cuando el concepto de partida es tan atrayente, el resultado podría satisfacernos de dos maneras: o bien vemos cómo se utiliza en numerosas ocasiones, al igual que haríamos nosotros en el lugar del protagonista, y lo disfrutamos por empatía o envidia, de un modo infantil. O bien se aprovecha de forma mucho más profunda y nos aporta algo que vaya más allá. La última de las fórmulas sería la de una buena película, pero también la más difícil de hallar, pues es habitual sentir una pequeña decepción con este tipo de productos. No es que me esperase una película mejor de lo que es ‘Jumper’, pero sí me esperaba que se le sacase más partido al hecho de viajar instantáneamente.

Para empezar, lo que más llama la atención es lo desastroso que resulta el personaje femenino (Rachel Bilson). El problema no está sólo en lo blanda que es ella y en que se dedique a quejarse, sino también en la poca influencia que tiene en la trama, en lo poco que aporta su papel. Si acaso es de utilidad a los guionistas es simplemente para crearle problemas al protagonista y obligarlo a afrontar peligros. Pero esto es un círculo vicioso: ya que ella nos ha caído tan mal por su falta de carisma como personaje, no tenemos especial curiosidad por ver si se salva ni sufrimos por verla correr riesgos. Por lo tanto, sería preferible que el interés romántico de él estuviese en otra persona –el otro jumper podría ser una chica— y que lo que estuviese en juego, lo que tuviese que salvar, fuese algo de mayor importancia, como el futuro de la humanidad, por poner un ejemplo.

Los personajes masculinos están mejor que el de Millie y parecen muy buenos, sobre todo, por contraste con el de ella, pero ni siquiera en este lado encontramos grandes creaciones. Lo que más echaríamos en falta aquí serían las motivaciones. Roland (Samuel L. Jackson) tiene una cruzada personal, pero no entendemos muy bien por qué. No sabemos hasta qué punto es importante para él cumplir con su misión. De hecho, es que si lo supiésemos a lo mejor tendríamos que ponernos de su lado. Un antagonista si motivación se convierte en una amenaza muy débil. Por buen actor que sea Jackson, repitiendo por enésima vez un papel similar y con tan poca definición de personaje, no logra un trabajo muy lucido.

Los dos chavales que se dedican a saltar son Hayden Christensen (‘La guerra de las galaxias’) y Jamie Bell (‘Billy Elliot’). De ellos sí se podría decir que están correctos en cuanto a sus interpretaciones y por el lado de los personajes, son los que menos vacíos se han quedado. Pero nos volvería a surgir el tema de las motivaciones: con un poder tan interesante como ése, que lo único que haga el protagonista es turismo, resulta un tanto insulso.

Con un argumento muy simple y unos personajes poco definidos y faltos de motivaciones, nos encontramos con largos fragmentos aburridos, como la visita turística de David y Millie a Roma. Por el mismo motivo, las escenas de acción nos dan más o menos igual ya que su resultado no es especialmente relevante. Pero, a pesar de eso, algunas secuencias, como la del viaje en el descapotable robado, y otras en las que se utiliza la teletransportación para crear situaciones divertidas (las peleas contra los paladines, por ejemplo), tienen mucha gracia y se pueden disfrutar bastante. Así que, al menos, ‘Jumper’ cumple su cometido de ser entretenida y permitir unas cuantas risas.

Como ya anuncié, los creadores tienen la idea de convertir ‘Jumper’ en una trilogía –el viedeojuego también se prepara—. Ya existe la novela que supone la continuación, ‘Reflex’, también de Gould, y este mismo autor ha escrito después de que comenzase a rodarse la película que nos ocupa, ‘Jumper: Griffin’s Story’, la “precuela”, que se centrará en el personaje de Bell. Espero que encuentren argumentos con mayor fuerza para las próximas películas y que, partiendo de una primera normalita, la saga vaya a mejor.

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