Ultimátum a la Tierra sin memoria

‘Ultimátum a la Tierra’ es el título español de ‘The Day the Earth Stood Still’ (más o menos, “El día que la Tierra se detuvo”), el cual puede referirse a dos películas: o bien una de las películas básicas en lo que a ciencia ficción se refiere, filmada en 1951 por Robert Wise, o bien otro magnífico ejemplo del cine tan mediocre que se hace hoy en día, realizado por Scott Derrickson este mismo año y estrenado hace un par de semanas en nuestro país.

Por muy malas que sean las vibraciones, las críticas, las cifras en taquilla, siempre que me siento en la butaca espero lo mejor de la película que voy a ver. Pero entonces empiezan. Y es muy difícil que un arranque mediocre sea el primer paso de una buena película. El principio de una narración es crucial, pero parece que el hecho de haber metido ya al público dentro de la sala, sin esos euros tan preciados que cuesta cada entrada, es motivo suficiente para descuidar los primeros minutos de una película. Derrickson revela muy pronto que su producto no tiene nada que aportar, salvo quizá enfado para el espectador que pensaba que la obra de Wise podía ser actualizada con respeto y buen hacer.

Porque luego está el tema de los remakes. A priori, volver a ver la misma historia en otra película es algo que a nadie le interesa demasiado. Quedándome corto. Pero desde que Martin Scorsese mejorara la notable ‘Infernal Affairs’ (o ‘Juego Sucio’), la idea de las nuevas versiones dejó de ser una estupidez para muchos. No era la primera vez, ni mucho menos, pero lo reciente pega más fuerte. Sin embargo, lo cierto es que ‘The Departed’ (o ‘Infiltrados’) fue una de esas raras excepciones a la regla. Lo cierto es que el remake es una fórmula normalmente indeseable; como volver a freír las sobras de un plato que lleva tiempo en el frigorífico.

Hay que ser muy iluso para creer que el remake de ‘Ultimátum a la Tierra’ podía mejorar el original. Con otro equipo sí, pero con Derrickson y Keanu Reeves al frente (con todos los respetos para ambos), esto tenía todas las papeletas para, como mucho, resultar una insustancial pero entretenida versión moderna del clásico. Al final, ni eso. Se ha tomado el título, los nombres y las situaciones del film original para, a partir de ahí, crear otra torpe mercancía atiborrada de efectos especiales, con el único propósito de atracar las taquillas del mundo rico. Con invertir suficiente dinero en publicidad, cosa segura. La calidad de la película, ínfima, queda en un segundo plano, y resulta indiferente, pues como dicen todos, para eso ya está el clásico.

Pero una cosa es partir de la idea (aceptable hasta cierto punto) de que la versión nueva será inferior a la antigua, y otra muy diferente usar eso como excusa para cometer todo tipo de atentados cinematográficos, incluyendo un desprecio considerable a la memoria del aficionado al cine. Que los clásicos no los ve nadie, dicen, así que a filmarlos de nuevo, para las nuevas generaciones. No dicen para la gente que se niega a ver cine en blanco y negro (ésa para la que el cine mudo no es cine) o para los espectadores que sólo quieren acción y efectos especiales. No. Eso sería perjudicial. La mentira es que actualizan las obras maestras. Y lo peor no es que lo digan con descaro, lo peor es que hay quien se lo cree.

No todo es malo en ‘Ultimátum a la Tierra’; visualmente tiene escenas llamativas y si no has visto el clásico, puede que te resulte un producto correcto para pasar el rato (vale, ¡pero haz los deberes!). Podríamos decir que, en resumidas cuentas, han pasado un filtro, con el que han quitado todo lo inteligente del guión original, para poder rellenar los huecos con monigotes (personajes los llaman) y abundantes escenas en las que los técnicos de efectos especiales puedan demostrar su valía. O dicho de otro modo, con escenas que puedan recibir el calificativo de espectaculares y rellenen un tráiler que resulte atractivo para el gran público. Es verdad que hay momentos espectaculares, pero el espectador que ve cine a menudo sólo se sentirá interesado durante un par de segundos, pronto se encontrará repasando las constantes incoherencias de la historia. Por ejemplo, lo de las arcas (¿qué pretenden hacer con esos bichos?) o lo que ocurre con el policía-obstáculo.

Personalmente, me parece una película aburrida, triste, preocupante. Sí, preocupante. ¿Qué pasa con el séptimo arte? ¿Esto es lo que vende? ¿Los clásicos olvidados y sus remakes en todas partes? Si esta cosa sobre un alienígena ecologista al que le gustan las hamburguesas es lo que se entiende por un buen producto cinematográfico hoy en día, esto se acabó. Klaatu debería venir realmente y dar un ultimátum a Hollywood, eso es lo que debería hacer. O nosotros, como público. En fin, si lo que buscas es buen cine, afortunadamente aún se hace; sinceramente recomiendo no dejar pasar ‘El intercambio’, para mí la mejor película de 2008.

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