Es ineludible. Sin duda lo más destacado de la semana, y en el sentido más negativo posible, ha sido el momento que encumbró el viernes a Ana Rosa Quintana más allá de los límites que en su época alcanzó Nieves Herrero. Un hecho lamentable que nos tiene que hacer pensar a todos en qué es lo que está pasando para que una productora se crea con el derecho de tomarse la justicia por su mano y de esa manera.
Además, y para que todo no sea negativo, he querido destacar alguna curiosidad de esta semana, como las fantásticas audiencias que consiguió la película ‘Abuelo made in Spain’ o la polémica del bote de ‘Pasapalabra‘, que ahora mismo está en el aire. Todo esto, claro, sin dejar de lado la actualidad.
Ana Rosa Quintana y su versión perversa del periodismo
Hoy Ana Rosa Quintana ha empezado su programa diciendo: “Dimos la noticia que todo periodista querría dar“, y se habrá quedado tan ancha. Si la defensa de Cuarzo, su productora, es que el fin justifica los medios, yo le respondería que precisamente para eso se inventó el código deontológico. Cualquier persona, desde mi punto de vista, merece garantías ante el abuso de los medios porque, sí, lo que se ha hecho con esta mujer me ha parecido un abuso.
También dicen desde Telecinco que toda la polémica no es más que envidia pero ya se encargaron el ‘La Noria‘, por ejemplo, de hacer un debate sin gente que estuviese en contra de la maniobra, y encima defenderán el valor social de una confesión que sólo sirve para empapelar a la señora. A ver si con un poco de suerte la justicia toma cartas de verdad en el asunto y los empapela a ellos. Este camino no puede ser el bueno.
Rosa Molló y los problemas de los enviados especiales
Para contrarrestar el protagonismo de la noticia anterior, quiero destacar ahora el papel que los enviados especiales están jugando en la narración de las revueltas en los países árabes. Rosa Molló y muchos otros periodistas están expuestos a ataques y siguen realizando su trabajo como pueden, más allá seguramente de lo que marcan sus obligaciones. El papel de la televisión en estos casos no se limita al de narrador; ahora es el altavoz de realidades más potente de lo que ha sido nunca.
Más allá de ideologías, de informaciones sesgadas o de noticias puntuales, las conexiones en directo han adquirido valor porque se conjugan con la velocidad a la que circula la información en Internet. Si algo es noticia en Twitter, esa inmediatez sólo puede contrarrestarse desde la televisión con las conexiones en directo y de ahí que las dificultades de los periodistas adquieran protagonismo. Un claro ejemplo de cómo la televisión tiene que adaptarse a los cambios introducidos por las redes sociales.
El bote erróneo de ‘Pasapalabra’
Y el concursante dijo “urerte”, en lugar de “urente”. 852.000 euros del bote de ‘Pasapalabra’ que están en el aire, a falta de que se resuelva el embrollo. Es increíble porque, claro, el concurso está grabado, hasta Telecinco promocionó la entrega del bote y ahora alguien tendrá que hacerse cargo pero lo que está claro es que el concursante falló, la productora falló al adjudicar el premio y Telecinco falló al emitir el programa.
Desconozco cómo es el contrato entre la cadena, la productora y el concursante pero resulta vergonzante vergonzoso que se llegue a una situación así y, por un lado, me alegro porque la política esa de adelantar los premios en forma de promo nunca me ha gustado. Lo siento por el concursante porque se merece el premio y su paso por el programa ha sido espectacular pero lo cierto es que veo complicado que la cosa termine bien para todos y el que tiene todos los números para salir perjudicado es él.
‘Abuelo made in Spain’ bate récord
Hay cosas que nunca fallan, ya sean las películas de Chuck Norris o las de Paco Martínez Soria. El sábado ‘Cine de barrio’ marcó un 20% de share con la emisión de la película “Abuelo made in Spain”, una comedia clásica española donde las haya, y se llevó la tarde con toda tranquilidad.
Que ‘Cine de barrio’ siga siendo un valor seguro en las tardes de los sábados de La 1 es mucho más que una anécdota, pone en su sitio a ‘Qué tiempo tan feliz’ (Telecinco), que no consigue estabilizarse pese a sus intentos y cambios de formato. Está claro que la regularidad en este caso es un valor y que apuestas tan tradicionales como la del sábado refuerzan una cita que muchos espectadores no están dispuestos a perderse.
El ‘CQC’ de Wyoming fue censurado
A estas alturas es raro que alguien dudase de esto, de que la cancelación del primer ‘Caiga quien caiga‘ fue un asunto de censura, por eso me ha extrañado verlo a estas alturas en un titular. Según el Gran Wyoming, se falsearon los índices de audiencia para justificar la cancelación y aunque les dijeron que el formato estaba acabado, luego volvieron a emitirlo con otro equipo.
La cancelación del ‘CQC’ original fue una lástima enorme porque el talento y la química que había en aquel programa no ha vuelto a repetirse, o no de la misma manera. Está claro que el éxito del programa fue hijo de su época y que la censura es el argumento que manejó todo el mundo. En un mundo ideal situaciones así no se volverían a repetir pero, tal y como está el patio, me temo lo peor.
Termino la semana algo entristecida por todo el asunto de la confesión en ‘El programa de Ana Rosa’ y espero que la semana que viene no haya escándalos. Esta forma de hacer televisión no es aceptable.
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