Este bonito pueblo medieval está muy cerca de Madrid y esconde una de las piscinas naturales más espectaculares

A unas dos horas de Madrid se encuentra uno de los pueblos más bonitos de toda Ávila. En el corazón de la Ribera del Tiétar y con la sierra de Gredos como telón de fondo, esta villa medieval es un imprescindible en verano. No solo por la riqueza histórica y natural que alberga, también porque tiene dos de las piscinas naturales más especiales de toda la región.

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El pueblo en cuestión se llama Candeleda y es una villa medieval rodeada de ríos, gargantas y cascadas que hacen las delicias de viajeros y locales. Su casco histórico aún conserva el encanto de los pueblos castellanos tradicionales de antaño, con calles empedradas y arquitectura popular. No en vano, su Casa de las Flores es una de las más fotografiadas de España.

Casa de las Flores

Un paseo por el pueblo siempre es una oda a la desconexión, visitando la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción con su interior gótico-mudéjar o el famosísimo Castro celta de El Raso, los yacimientos célticos más importantes de toda la Península Ibérica. Pero hoy la cosa va de chapuzones y sus piscinas naturales nos están llamando.

Piscinas naturales cerca de Madrid: El charco Carreras y el charco Palomas

Todas las cercanías de la Candeleda están llenas de rutas de senderismo y saltos de agua. Pero los más impresionantes son el charco Carreras y el charco Palomas, ambos en el río Garganta de Santa María y en pleno casco urbano del pueblo.

Estas pozas están perfectamente preparadas para el baño, con chiringuitos para comer, un parque infantil, zona de aparcamiento, jardines, aseos y hasta un paseo fluvial para el disfrute de este maravilloso entorno natural.