El abandono escolar por parte de los niños

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Última actualización:4 de Diciembre de 2023

Las niñas tienen más dificultades para acceder a la educación y son más propensas que los niños a no asistir a la escuela en los grados de primaria. Sin embargo, los niños corren un mayor riesgo de repetir, de no progresar o de no terminar sus estudios y de no aprender en la escuela. A escala mundial, 128 millones de niños no están escolarizados. Esto representa más de la mitad de la población mundial de jóvenes no escolarizados y más que los 122  millones de niñas que también están sin escolarizar.
Garantizar el acceso a una educación de calidad para todos no es un juego de suma cero. Es importante velar porque se haga hincapié en que la realización de la paridad y la igualdad de género no deje a los niños atrás. Apoyar a los niños no significa que las niñas se conviertan en las perdedoras o viceversa. Al contrario, la igualdad de oportunidades en materia de educación beneficia tanto a las niñas como a los niños, así como a la sociedad en su conjunto.

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El informe mundial No dejar a ningún niño atrás: Informe escolar sobre el abandono escolar de los niños muestra que los niños se quedan cada vez más rezagados en la educación. Corren un mayor riesgo de repetir, de no progresar o de no terminar sus estudios y de no aprender en la escuela. Mientras en el pasado la desvinculación y el abandono escolar de los niños constituían una preocupación sobre todo en los países de ingreso alto, numerosos países de ingresos bajo y medio han constatado una inversión de las disparidades entre los sexos, y siendo ahora los niños los más rezagados con respecto a las niñas en materia de escolarización, culminación y adquisición del aprendizaje. Los niños tienen más probabilidades que las niñas de repetir los grados de primaria en 130 países, y son más propensos a no realizar estudios de segundo ciclo de secundaria en 73 países. A escala mundial, sólo 88 hombres por cada 100 mujeres se han matriculado en el nivel terciario.

La pobreza y la necesidad de trabajar figuran entre los principales factores del abandono escolar de los niños. En Filipinas, por ejemplo, el 75% de todos los niños matriculados en el primer ciclo de secundaria terminan un ciclo de estudios, un porcentaje que disminuye al 40% en los hogares más pobres. Las normas y expectativas de género también repercuten en la motivación y el deseo de aprender de los niños. En numerosos contextos, las actividades escolares y ciertas asignaturas se consideran contrarias a las expresiones de la masculinidad, por lo que la educación se vuelve más impopular entre los niños.

Determinadas prácticas como la repartición de los alumnos según el nivel de las clases y la separación entre los géneros contribuyen a que los niños se sientan menos motivados, a sus bajos rendimientos y a que se desvinculen de la educación. Una disciplina estricta, los castigos corporales y otras formas de violencia basada en cuestiones de género relacionadas en el entorno escolar también repercuten negativamente en el rendimiento escolar de los niños. Estos se encuentran más expuestos que al acoso físico y a menudo se convierten en el blanco del acoso por su orientación sexual real o percibida y su identidad o expresión de género.

El mejoramiento de las oportunidades educativas para las niñas sigue siendo de importancia capital para lograr la igualdad de género en la educación y mediante ésta. Todavía hay demasiadas niñas que no están escolarizadas en todo el mundo. En numerosos países, las niñas siguen teniendo dificultades para acceder a una educación de calidad, y deben hacer frente a las desigualdades, la discriminación y la explotación durante la transición hacia el mundo laboral y la vida, incluso cuando obtienen mejores resultados que sus compañeros varones en la escuela. 

La educación es un derecho humano de todos. Además, la educación tiene una influencia positiva en el crecimiento económico y en los salarios. Pero para los niños que no terminan sus estudios básicos, el precio puede ser muy alto, con efectos en sus perspectivas laborales futuras, sus salarios y su satisfacción en el trabajo, así como en las decisiones y los comportamientos, algo que afecta a su vez la salud de los niños y hombres, influye en el papel que desempeñan como ciudadanos y en las decisiones familiares.

Los hombres instruidos tienen más probabilidades de tratar a las mujeres y a los hombres en igualdad de condiciones y de manifestarse a favor de la igualdad de género. Los niños que han realizado estudios secundarios son más propensos a condenar la violencia basada en el género. Contrarrestar la desvinculación y la posición de desventaja de los niños en el ámbito educativo puede ser transformador, promueve la igualdad de género, reduce la violencia y protege el futuro de todos.

Las acciones centradas en el mejoramiento de las oportunidades educativas de los niños no sólo son beneficiosas para el aprendizaje, las oportunidades de empleo, los ingresos y el bienestar de los niños, sino que también lo son para lograr la igualdad de género y los resultados económicos, sociales y sanitarios deseables. Para que ningún niño quede rezagado, las partes interesadas –los gobiernos, los asociados del desarrollo (organizaciones bilaterales y multilaterales, la sociedad civil, el sector privado y las universidades), las comunidades, las escuelas, las familias y los tutores, y alumnos– deben trabajar conjuntamente en el marco de acciones adaptadas al contexto específico de cada país.

No dejar a ningún niño o niña atrás: informe mundial sobre la desvinculación de la educación de los niños
UNESCO
2022
UNESCO
0000381105
Infografía (en inglés)