'Overwatch' se puso ayer a la venta, aunque tengo la sensación de que lleva ya mucho entre nosotros. Entre tanta fase beta, tanto corto y tanto cómic, el nuevo universo creado por Blizzard se ha consolidado ya en nuestro subconsciente como un lugar común. Y lo mejor del asunto es que, en realidad, aún nos queda todo por descubrir (y por disfrutar).
Tanto se ha hablado de él, tanto se ha especulado e incluso tanto se ha discutido sobre su condición, que tenerlo ya en nuestro poder se antoja casi un trámite. Y sin embargo, ya os lo digo, el estreno de este juego presenta potencial suficiente para marcar el inicio de una larga andadura de diversión que nos puede durar muchos años.
Su fase de pruebas ya fue un éxito rotundo, con casi diez millones de jugadores animándose a formar parte de ella, por lo que mucho tendrían que torcerse la cosas para que este lanzamiento se convierta en cualquier otra cosa que no sea un rotundo éxito para Blizzard. Es, ya os lo adelanto, uno de los grandes imprescindibles de este 2016 y una de las experiencias online más divertidas en las que podéis tomar parte.
Blizzard cogió su fusil
A Blizzard, como a tantas otras compañías, se la reconoce por sus hechos. Mientras que otras empresas se dedican a ir lanzando nuevas sagas a diestro y siniestro, a fin de intentar encontrar una nueva gallina de los huevos de oro por ensayo y error, este equipo californiano prefiere abarcar poco y apretar mucho.
Por ello, que Blizzard se anime a iniciar un nuevo universo es todo un evento que merece ser comprendido como tal. Y si, para más inri, este nuevo universo permite a la compañía adentrarse en un género que hasta ahora le ha sido extraño, se hace aún más comprensible que las cotas de excitación se disparen hasta máximos históricos.
El FPS se ha convertido para muchos en sinónimo de los peores vicios de la industria durante estos últimos años, aunque todo lo malo que se le puede achacar al género es en realidad causa directa de su enorme popularidad y su facilidad para generar éxitos millonarios. Pero claro, Blizzard no se lanza a la piscina para ser una más.
Obviamente, de lo que sí sabe un rato esta gente es de diseñar experiencias multijugador divertidas y desafiantes, capaces de resistir el paso del tiempo y de conquistar adeptos en todos los rincones del mundo. Tras largos años de desarrollo que extienden sus raíces hasta el famoso proyecto 'Titan', su primera licencia en diecisiete años llega con todo lo necesario para triunfar.
Bienvenidos a vuestro nuevo universo favorito
Algo que salta a simple vista con este título es el cuidado diseño detrás de su universo, algo en lo que Blizzard suele rayar a mucha altura. Cada personaje desprende una fuerte personalidad, la cual nos habla en cierto modo también del estilo de juego que representa, y eso hará que pronto tengamos nuestros primeros favoritos.
Tan carismáticos resultan estos héroes y todo lo que les rodea, que no sorprende en absoluto que ya hayan surgido legiones de aficionados dispuestos a hacer cosplay, ilustraciones y proyectos de todo tipo con los que engrandecer a sus favoritos. Aunque este hecho no tenga influencia directa en su jugabilidad, son detalles así los que marcan la diferencia para convertir un buen título en uno que levanta pasiones.
Cierto es que por su naturaleza exclusivamente multijugador, 'Overwatch' no nos explicará abiertamente quién es quién en su plantilla de guerreros, y por qué están ahí. Eso no quiere decir que no tenga historia, claro, pero en un movimiento bastante atípico, Blizzard ha preferido contarla en otros soportes como cortos de animación o cómics.
Así pues, quedará en manos de cada uno decidir si quiere saber más de este proyecto y de su atractivo lore, o si opta por pasar de historias y centrarse en pegar tiros, algo en lo que veremos que también resulta muy efectivo. Si os atrae mínimamente y decidís optar por entrar en su mundo, a buen seguro que os enganchará lo suficiente como para convertirse en vuestro nuevo universo de ficción favorito.
Overwatch es estrategia, es adrenalina, es diversión
Decía antes que pronto nos lanzaremos a probar los guerreros que más atractivos nos resulten en función de nuestros gustos personales, los cuales dominaremos rápidamente dado lo sencillo que es habituarse a cada propuesta. No obstante, lo más interesante del juego es la variedad que pone sobre la mesa, y no será raro que encontremos más diversión precisamente en esos héroes que a priori nos parecieron más grises.
Si queremos ir a saco, tendremos atacantes de sobra para ello; si lo nuestro es aguantar filas y proteger a nuestros compañeros, no nos faltarán tanques; los más generosos encontrarán mucha gratificación en los siempre necesarios sanadores; y para los estrategas, cada defensor tiene como mínimo una caja de sorpresas que descubrir.
No tardaremos en descubrir que la fórmula del éxito pasa precisamente por equipos que se construyan con una equilibrada mezcla de todos estos roles, y en los que naturalmente cada uno sepa cómo jugar su papel. La posibilidad de cambiar de héroe en cualquier momento fomentará el dinamismo y premiará a quienes sean capaces de adaptarse a un campo de batalla cambiante.
Tanto entrar a la acción, como cambiar de estrategia en cualquier momento, se hace siempre de manera rápida y sencilla, e incluso cuando nos animemos a probar un héroe nuevo conseguiremos dar rendimiento a los pocos minutos. Eso sí, llegar a dominar a los más especiales requerirá su práctica, no penséis que todo va a ser coser y cantar.
Lo único que juega un poco en contra de la agilidad en las partidas, que es muy alta en general, es ese "pasillo de la vergüenza" que nos toca recorrer cada vez que morimos en los mapas más alargados, porque salvo excepciones, el avance de la mayoría de guerreros es bastante lento. Pero tranquilos, que tan pronto como estemos de lleno en la batalla, la adrenalina se volverá a disparar y todo será fiesta.
No tiene campaña, pero sí incontables horas de acción
Mucho se ha discutido sobre el modelo de comercialización escogido por Blizzard para este título. Precedentes como 'Heroes of the Storm' o 'Hearthstone' hicieron que muchos dieran por hecho que 'Overwatch' seguiría la senda del free-to-play, que tan bien ha sabido entender esta compañía, pero sin embargo nos encontramos con un planteamiento de distribución tradicional.
Este hecho, sumado a la tan cacareada ausencia de campaña en el juego, hizo que para muchos usuarios se perdiera el interés por el proyecto. Craso error. Estamos ante un título tremendamente divertido, capaz de conseguir ese peligroso efecto de que las horas se pasen volando mientras estamos con él.
Obviamente, que solo ofrezca multijugador online hará que los más reacios a esta modalidad se sientan incómodos con la idea. No obstante, hasta los jugadores más enrocados en la experiencia en solitario podrán encontrar disfrute si deciden darle una oportunidad, porque a diferencia de otros shooters, 'Overwatch' no requiere altos niveles de pericia técnica y concentración mental para poder disfrutar de él.
Sus creadores declararon en su momento la intención de ofrecer un FPS abierto a la mayor cantidad posible de jugadores, quizás con más ahínco en aquellos menos interesados por el género, y creo que lo han conseguido. Más difícil todavía: lo han conseguido sin perder la profundidad que esperaría un veterano de los shooters online, de forma que tanto unos como otros encontrarán motivos para el disfrute.
No obstante, como ya digo, se requerirá un salto de fe si para vosotros la campaña es un imprescindible. ¿Merece el precio de un juego completo? Viendo las horas de diversión que ya me ha dado, y el potencial de futuro que tiene, para mí no hay ninguna duda de que sí. No obstante, es cierto que los por ahora algo opacos planes a largo plazo de Blizzard no ayudan en ese sentido.
Si en verdad siguen siendo gratis los nuevos personajes, mapas y opciones que se añadirán en el futuro, entonces desde luego no habrá nada que discutir aquí. En concreto, lo que más necesita el juego ahora mismo son modos de partida, pues con solo cuatro (que además son relativamente parecidos entre sí) a veces sí que desearemos probar algo diferente con la excelente base que ya trae.
El espectáculo como máxima
A nadie se le escapa que entre las intenciones de Blizzard está el conseguir que este título se haga un hueco en la competida escena de los eSports, algo que queda patente en el enfoque constante al espectáculo y los fuegos artificiales que presenta. Repeticiones de cada muerte y de las jugadas más destacadas, votaciones al final de la partida, y un diseño en general que atrapa poderosamente la atención del espectador así lo demuestran.
Ayuda también a ese sentido del espectáculo constante lo robusto y competente que se muestra el título en todo momento, algo que después de tanto tiempo en fase de beta sería lo mínimo a esperar (aunque ya sabemos que no siempre sucede así). Salvo algún matchmaking que se alarga un poco más de lo debido, en general todo está funcionando como la seda.
Cierto es que el juego se está apoyando para ello en un tick rate (la frecuencia a la que el servidor actualiza el estado de la partida) bastante bajo, lo cual está generando protestas entre los usuarios más exigentes de la comunidad; aunque sus creadores están siendo esquivos con este tema por ahora, no me sorprendería ver este valor mejorado cuando todo esté más asentado para ofrecer una experiencia de juego más fiel a todos los niveles. Desde luego, será crucial si quieren tener algo que hacer en el terreno eSport.
De hecho, ya es posible jugar con un tick rate más alto en las partidas personalizadas, lo cual es una prueba de que el título es perfectamente capaz de ello y que en general se está optando por el camino conservador. No obstante, la influencia de este hecho no es especialmente crucial y rara vez nos encontraremos con respuestas inesperadas por su causa.
La opinión de VidaExtra
Si tuvisteis oportunidad de probar la última beta, os haréis perfectamente a la idea de lo que propone 'Overwatch', porque en esencia ya estaba todo allí, excepto un par de opciones marginales. El núcleo de la experiencia sigue siendo el mismo que pudimos probar, tan robusto, divertido y cargado de variedad hoy como entonces.
Requerirá eso sí romper varios prejuicios, sobre lo que debe ser un FPS en general y sobre lo que cada uno opine a nivel personal de las experiencias multijugador online. Sí, soy consciente de que para muchos eso supondrá entrar en terrenos innegociables, pero con lo mucho que me estoy divirtiendo, tanto solo como en compañía de amigos, no me tiembla el pulso al etiquetarlo de imprescindible.
Y a todo lo que ya me estoy divirtiendo cuento con seguir añadiéndole motivos en el futuro, pues por ejemplo ya está confirmado que el modo competitivo se incorporará en una importante actualización prevista para junio. Le vendrá de perlas, no me cabe duda; tanto como los nuevos héroes que tarde o temprano se sumarán para ampliar su ya extenso y variado elenco, el cual además viene cargado de extras para coleccionar.
Blizzard se propuso hacer algo diferente y abierto a todos los públicos, y ha vuelto a conseguirlo, buscando nuevos horizontes y siendo capaz al mismo tiempo de no olvidar sus señas de identidad: una experiencia depurada al máximo, con un diseño cuidado en cada apartado y con una entrega constante de diversión desde el primer minuto. Es, con todo merecimiento, uno de los mejores juegos de este año.
A favor
- La variedad y el carisma de los personajes
- Estrategia y agilidad en un mismo shooter
- Apuesta constante por el espectáculo
- Potencial para un futuro brillante
En contra
- Poca variedad en los modos de juego
- Los planes de contenido futuro son inciertos
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