Se avecinan grandes cambios en la pequeña localidad de Kemmerer, Wyoming. Un pueblo que dependía totalmente del carbón y que ahora busca transformarse en el epicentro de la tecnología nuclear de nueva generación. ¿Quién está detrás? Nada menos que Bill Gates.
Del carbón a la nuclear. Kemmerer es un antiguo pueblo minero de 2.400 habitantes que durante décadas ha vivido de su central térmica de carbón. La mina está ya cerrada y la central térmica, pendiente de desmantelar como parte del esfuerzo por reducir las emisiones de CO2.
Sin embargo, en los últimos meses la economía local ha dado un giro prometedor. La pequeña localidad de Wyoming fue el lugar elegido por TerraPower, una empresa fundada en 2008 con Bill Gates como principal inversor, para construir su novedosa central nuclear. El propio Gates fue quien puso la primera piedra el pasado junio, cuando empezaron las obras de construcción.
La primera planta Natrium. Gates la llamó "la instalación nuclear más avanzada del mundo". La de Kemmerer será la primera de las denominadas plantas Natrium, que prometen ser más seguras, baratas y eficientes que las centrales nucleares convencionales.
El secreto es su reactor modular de cuarta generación, refrigerado por sodio y con un sistema de almacenamiento de energía basado en sales fundidas. Contará con mecanismos automáticos de control de temperatura y tendrá un menor coste operativo que un reactor de fisión normal.
Los detalles técnicos. Usando una aleación metálica avanzada de uranio-circonio con una unión de sodio como combustible nuclear, el reactor promete una potencia térmica de 840 MW. Su potencia eléctrica será de 345, pero podrá aumentarse temporalmente hasta los 500 MW para compensar la intermitencia de los recursos renovables.
Esta capacidad es suficiente para abastecer de energía limpia a unos 400.000 hogares, pero con una planta tres veces más pequeña que las centrales nucleares tradicionales; y a la mitad del coste, según Chris Levesque, CEO de TerraPower.
Los detalles económicos. La planta costará unos 4.000 millones de dólares, de los cuales el Departamento de Energía ha puesto la mitad. Bill Gates, el principal inversor privado y defensor a ultranza de la nuclear como energía escalable y libre de carbono, ha aportado 1.000 millones de dólares de su bolsillo.
Esto es significativamente menos de lo que costó la reciente expansión de la planta de energía nuclear Vogtle de Georgia, que pasó de dos a cuatro reactores por el módico precio de 35.000 millones de dólares.
Aprovechando personal cualificado. En cuanto a Kemmerer, el proyecto espera crear 1.600 puestos de trabajo cualificado durante las obras y 250 en el día a día, especialmente antiguos trabajadores de la central térmica de carbón.
Se espera que la planta entre en funcionamiento en 2030. Por ahora se está construyendo la "isla de energía", que albergará las turbinas de vapor y maquinaria, ya que la Comisión de Regulación Nuclear de Estados Unidos aún no ha dado permiso a TerraPower para construir el reactor nuclear.
Imágenes | TerraPower
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