Con las vacaciones de verano a la vuelta de la esquina, muchos no vemos el momento de apagar el ordenador, dedicar un frugal saludo a los compañeros a modo de despedida, y salir pitando de la oficina para disfrutar de un disputado hueco en las cálidas arenas de una playa durante todas las vacaciones.
Sin embargo, no todos los empleados consiguen desconectar del trabajo. No ya al final de la jornada, sino que incluso tienen dificultades para hacerlo durante sus vacaciones. El adecuado descanso es uno de los pilares para optimizar la productividad, por ello te proponemos algunas estrategias para conseguir desconectar y concentrar las energías en lo realmente importante durante las vacaciones: descansar.
Trabajar después del trabajo. Según una encuesta de Adecco en 2022, el 45% de los empleados en España sigue trabajando después de su jornada al menos tres días por semana, mientras que el 60% revisa su correo electrónico profesional fuera del horario laboral al menos cuatro días a la semana.
La situación es aún peor entre los trabajadores de la Generación Z. El 61% de los jóvenes continúa trabajando fuera de su horario laboral, y el 69% comprueba su correo electrónico durante su tiempo libre. Los teletrabajadores tampoco se libran de las dificultades para desconectar y, pese a que los datos del estudio del National Bureau of Economic Research indican que se ahorran unos 63 minutos en desplazamientos, utilizan más del 30% de ese tiempo ahorrado alargando su jornada laboral más allá de su horario.
Problemas para desconectar incluso de vacaciones. Este fenómeno pone en evidencia la dificultad general para desconectar del trabajo, incluso durante las vacaciones, como lo confirma el Barómetro de Salud Mental 2023 elaborado por la consultora de salud mental Alan. Sus datos revelan que el 65% de los españoles tiene problemas para dejar atrás las preocupaciones laborales al finalizar su jornada.
Desconectar del trabajo no se trata solo de apagar el ordenador o no acudir a la oficina, sino también de dejar de pensar en las obligaciones laborales. Sin embargo, en un mundo tan hiperconectado, y con el correo profesional, Slack o Teams a solo un toque en el smartphone, conseguirlo puede parecer una tarea complicada y la tentación de echarle una ojeada rápida es fuerte.
Somos animales de costumbres. El cerebro humano tiende a resistirse a los cambios de hábito, lo que hace que mantener el mismo patrón de revisar correos y notificaciones laborales entre semana se traslade también a los fines de semana y vacaciones. La presión constante por ser productivos y la cultura del "siempre disponible" dificultan aún más el proceso de desconexión.
Para combatir este problema, es crucial adoptar hábitos saludables y estrategias que faciliten la desconexión tras la jornada laboral, durante los fines de semana o durante las vacaciones para, cuando vuelvas al trabajo, obtener mejoras en tu productividad. A Bill Gates le costó años aprenderlo, pero finalmente lo consiguió.
Estrategias para desconectar del trabajo
Desconectar del trabajo debe formar parte de los hábitos laborales, como la organización de las tareas o el control del tiempo. Estos son algunas estrategias que te pueden ayudar a crear un hábito de desconexión y comenzar a disfrutar de tu tiempo libre.
- Límites entre trabajo y tiempo personal. Fija un horario para trabajar y síguelo a rajatabla. Cuando llegue la hora de acabar, apaga el ordenador y no revises correos ni atiendas llamadas de trabajo hasta el próximo día de trabajo. En teoría esto suena fácil, pero si tienes problemas para desconectar encontrarás mil excusas para no cumplirlo y es esencial para desconectar. Organiza bien tu tiempo de trabajo para que puedas terminar sin sentirte culpable.
- Haz ejercicio o estiramientos. No es necesario apuntarse a una maratón, pero te ayudará a desconectar. Practicar alguna actividad deportiva o realizar estiramientos después del trabajo contribuirá a mantenerte saludable y tu cuerpo generará endorfinas y norepinefrina. Estas hormonas proporcionan sensación de bienestar y felicidad, reduciendo los niveles de estrés.
- Condicionantes de desconexión. Al igual que el perro del experimento de Iván Pavlov, los seres humanos somos susceptibles al condicionamiento clásico, por lo que crear un “activador” que cambie el estado mental, resulta muy útil para separar el tiempo de trabajo del tiempo personal. Algo tan simple crear el hábito de tomar una taza de té o dar un paseo corto después del trabajo a modo de ritual puede activar ese cambio para ayudar a tu cerebro a entender que la jornada laboral ha terminado.
- Crea un espacio para trabajar. Muy relacionado con el punto anterior, la separación de espacios también ayuda a marcar distancias entre el tiempo de trabajo y el de descanso. Trabajar en una oficina simplifica las cosas, pero si teletrabajas, tener un lugar específico para trabajar es crucial. Esto ayuda a tu cerebro a asociar ese espacio con el tiempo de trabajo y ayuda a desconectar cuando te alejas de él.
- Practica mindfulness, meditación o, simplemente, respira. Es paradójico que, algo tan elemental como respirar tenga un impacto tan grande en el cambio de estado mental. Realizar cualquiera de estos ejercicios durante 10 minutos, rompe la dinámica de estrés que has acumulado durante todo el día y te obliga a detenerte e iniciar una nueva etapa del día.
- Distánciate del móvil. El móvil es un arma de doble filo, que proporciona entretenimiento, pero también te mantiene vinculado a tu entorno laboral. No necesitas apagarlo o desinstalar las apps durante las vacaciones, pero tal vez sea buena idea con reducir su uso después del trabajo. Esto no solo ayuda a desconectar, sino que también mejorará tu sueño y fomentará una sensación humana en vías de extinción, pero que aporta muchos beneficios: el aburrimiento.
- Haz cosas que te gusten. No hay mayor motivación para desconectar del trabajo que poder hacer algo que te apasiona al salir de él. No importa si es fomentar el hábito de la lectura, cocinaro tocar un instrumento. Tener una afición y dedicar tiempo a hacer algo que sea solo para ti te ayudará a despejar la mente y contribuirá a reducir los niveles de estrés, según un estudio conjunto realizado por las Universidades de Kansas, Pittsburgh y Texas.
- Organiza eventos y cenas con amigos. Del mismo modo que planificas tus reuniones de trabajo y visitas, planifica con antelación reuniones con familiares y amigos. Tener planes de ocio te motiva a cambiar el estado mental y te pone en “modo ocio”.
- Friluftsliv. Aunque parezca que se me ha estropeado el teclado, Friluftslives un concepto noruego que aboga por mantener el contacto con la naturaleza genera un enorme bienestar mental y físico. Hacer una excursión al aire libre reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés y ayuda a desconectar del ritmo frenético del día a día.
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Imagen | unsplash (Jared Rice)
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