Uno imagina que los millonarios no se conformarían con menos que los almuerzos de ensueño que los influencers muestran en Instagram. Mesas llenas de productos saludables con tostadas de aguacate y salmón. Sin embargo, la realidad es bien distinta fuera de las redes incluso para millonarios tan destacados como Mark Zuckerberg o el nonagenario Warren Buffett, que prefieren dejar de lado el Realfooding y apretarse una hamburguesa con doble de patatas fritas.
Zuckerberg tiene buen saque. Hace unos días, la cadena de comida rápida McDonald´s publicó en Threads una pregunta sobre los pedidos favoritos de los seguidores de la marca en la nueva red social de Meta. La respuesta del propio dueño de la red social no se hizo esperar: "¿20 nuggets, un cuarto de libra, patatas fritas grandes, McFlurry de Oreo, tarta de manzana y quizá alguna hamburguesa con queso para más tarde?". O la pregunta pilló a Mark sin haber desayunado bien, o Mark Zuckerberg tiene muy buen apetito.
El deporte consume mucha energía. El volumen del menú del CEO de Meta llamó la atención de los usuarios y algunos bromearon sobre ello. Mark explicó que, debido a su actividad deportiva, debía consumir al menos 4.000 calorías al día para mantener la energía, y que, además, le encantaba ese menú.
Zuckerberg ya había hablado de su pasión por la práctica de Jiu-jitsu y MMA (artes marciales mixtas) en el podcast de Lex Fridman, indicando que le exigen mucha energía. Además, el fundador de Meta puede estar preocupado por ganar algo de peso para ajustar cuentas con Elon Musk, con el que tiene pendiente una pelea dentro de una jaula en Las Vegas.
Cuerpo de nonagenario, apetito de un chaval. Mark Zuckerberg no es el único millonario que suspira por la comida hipocalórica de McDonald’s. A sus 92 primaveras, Warren Buffett, la quinta persona más rica del mundo, afirma que parte del secreto de su buena salud es llevar una dieta más propia de un niño de 6 años que de un millonario que peina canas.
El millonario inversor recoge su desayuno en McDonald’s cada mañana de camino a la sede de su compañía y ha declarado en varias ocasiones ser un fan absoluto de la comida basura y de las bebidas azucaradas. "Como alrededor de 2.700 calorías diarias, y una cuarta parte de ellas son Coca Cola, bebo al menos cinco botellas pequeñas cada día".
En Fortune aseguran que el magnate toma al menos cinco botellas pequeñas de Coca-Cola al día, sintiendo especial devoción por la Cherry Coke.
O a Harvard o a McDonald’s. Más allá del gusto por las hamburguesas y las patatas fritas, tanto Mark Zuckerberg como Warren Buffett tienen en común que ambos, en un momento u otro, han estado a vinculados con el negocio de la venta de esta comida rápida. El que hoy es CEO de una de las mayores empresas tecnológicas del mundo podría haber sido el director de una franquicia de McDonald’s en Nueva York.
Según Insider, el padre de Mark le ofreció montar una franquicia de la compañía en lugar de ir a Harvard. No aceptó, pero finalmente, no fue ni una cosa ni la otra. Zuckerberg abandonó la prestigiosa universidad en 2004 para dedicar todo su tiempo a Facebook.
Si le preguntas a Buffett si prefiere McDonald’s o Burger King, la respuesta es “Sí”. La relación del veterano inversionista con la comida rápida es mucho más extensa y no entiende de bandos. Por un lado, invirtió 3.000 millones en Burger King cuando la cadena de restaurantes inició la compra de la canadiense Tim Hortons, manteniendo parte de su accionariado a día de hoy a través de uno de sus fondos.
Por otro lado, Buffett mantuvo una participación del 4,3% en el accionariado de McDonald’s con una inversión de 1.400 millones de dólares en 1996, pero la vendió dos años más tarde, algo que el magnate reconoció como un gran error en el que podrían haber ganado 1.000 millones de dólares.
En cualquier caso, el magnate ha continuado sus negocios con la cadena de restaurantes suministrando los juguetes que se incluyen en el Happy Meal en EE.UU a través de su compañía juguetera Jazwares.
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