BYD está viviendo el momento más dulce de su historia. La compañía china de vehículos de "nueva energía", lo que en China significa híbridos enchufables y coches eléctricos, está rompiendo récord tras récord en su crecimiento. Su último hito, beneficios netos por encima del 400%.
Este fabricante de coches eléctricos, apoyado hasta ahora por Warren Buffet, consiguió convertirse el trimestre pasado en la compañía que más coches vendió en China. El hito no es menor pues desde hace 15 años, los mismos que se publican los datos, Volkswagen había dominado con mano de hierro el mercado.
A esta noticia del primer trimestre, pronto se le sumaron las cuentas de resultados. De ellas, destaca una cifra por encima de todas: el beneficio neto creció en un 411%. En total, fueron más de 541 millones de euros los obtenidos, según recoge Bloomberg.
Pero no solo eso, los ingresos operativos de BYD crecieron en un 80%. Se llegó a alcanzar la cifra de 120.200 millones de yuanes, más de 17.375 millones de euros. Y, sobre todo, su margen de beneficios aumentó hasta el 17,9%, un 5,5% más que en la comparativa pasada.
Esto último es especialmente importante pues buena parte de la industria china (y de los extranjeros que operan en el país) se ha visto envuelta en una durísima guerra por los precios de los coches eléctricos. Como consecuencia, algunas firmas apuntan directamente a la quiebra.
De hecho, este margen se espera que siga aumentando en los próximos meses. Jack Shea, analista de mercado, aseguraba a Bloomberg que la compañía seguirá mejorando este dato, al ritmo que abre nuevas fábricas en China y los precios de las materias primas utilizadas por los coches eléctricos se estabilizan.
Un ascenso meteórico en un contexto de inestabilidad
La historia de BYD no se encuentra en los coches. En 1995, esta compañía fue fundada para satisfacer la demanda de baterías que Motorola, Nokia, LG o Siemens requerían. Años después, en 2003, echó andar su división de vehículos, sostenida siempre por vehículos de batería recargable. Es decir, ya nació como fabricante de vehículos híbridos.
Poco a poco, su crecimiento fue evidente y en 2010 contaban con una cuota de mercado de un 5% en las ventas de coches en China. A mediados de la década pasada, sin embargo, el fabricante fue perdiendo fuerza. Pero desde 2021 ha conseguido un ascenso meteórico que le ha llevado de vender el 2% de coches en marzo de 2021 a más del 10% el pasado trimestre.
Gran parte del secreto de este crecimiento lo encuentra BYD dentro de su propia estructura como compañía. La empresa fabrica todo su tren automotriz, incluidas las baterías o los semiconductores que utilizan sus vehículos eléctricos. De hecho, si abrimos el capó de un BYD Atto 3, todo su interior está lleno de componentes firmados por las famosas tres letras.
Este control sobre el producto le ha permitido reducir sus costes fijos y variables mientras el resto de la industria sufría con la pandemia de coronavirus, al crisis de semiconductores y la Guerra de Ucrania. A ello se suma que China lleva años tomando posiciones en la tecnología que ellos explotan, con un control absoluto de la cadena de suministro de materias primas para las baterías.
En sus últimos pasos, BYD está decidida a aumentar su presencia en mercados ajenos a China. En Europa, su apuesta ha llegado con cinco coches, de los cuales tres ya los pudimos ver y tocar durante su puesta de largo en España. También en nuestro país se está planteando la apertura de una nueva fábrica de baterías.
Para seguir ganando cuota de mercado, la compañía quiere explotar lo que más beneficio le da su control sobre el proceso de producción: coches para todos los públicos pero muy tecnológicos.
Su gama de productos es altísima. En China, el último Salón de Shanghái lo inundaron de novedades con hasta siete novedades. Han conseguido tener una cartea de productos que va desde los baratísimos BYD Seagull hasta los SUV de altísimo lujo o auténticos superdeportivos.
Todo esto contrasta con una industria que teme al paso de los meses. Sus fabricantes siguen dando resultados positivos trimestre tras trimestre pero los analistas e inversores alertan de nubarrones en el horizonte. En muchos casos se alerta de que los precios de los coches caerán en la segunda mitad del año y no son buenas noticias para los fabricantes.
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