El pasado mes de noviembre, Renault anunció que rompía con todo. Metafóricamente hablando. Pero lo cierto es que, de una manera u otra, sí, Renault lo conformarán cinco pilares en los próximos años. Cinco marcas para sostener a la firma del rombo.
La compañía, al mando de Luca de Meo, confirmó que en su restructuración tomarán una camino parecido al que ya había anunciado Ford, pero con algunas particularidades: en lugar de dos empresas, Renault daría vida a cinco. Con la especialización de cada una de sus partes, los franceses esperan conseguir el mejor resultado posible.
Ampere para sus vehículos eléctricos y el desarrollo de software, Alpine como marca independiente, Mobilize dedicada a la nueva movilidad en las ciudades (carsharing, VTC...) y The Future is Neutral, enfocada en la economía circular y en la búsqueda de nuevos materiales sostenibles para su uso en los vehículos.
Y, además, Power. La línea dedicada exclusivamente a los vehículos con motores de combustión, tanto puros como híbridos de todo tipo. Un paraguas bajo el que encontramos los vehículos de la propia Renault y Dacia. Para impulsar esta línea de negocio: Horse Project.
Qué es Horse Project y qué espera Renault
Las prohibiciones de la Unión Europea a la venta de vehículos nuevos con motores de combustión (incluidos los híbridos enchufables) a partir de 2035 y la futura llegada de una restrictiva norma Euro VII ha desanimado a algunos fabricantes, quienes ya han anunciado que han dejado de invertir dinero en el desarrollo de mecánicas de combustión.
Unos movimientos con los que Renault ha sido crítico desde el principio. Luca de Meo es la nueva cabeza visible de ACEA y en su discurso de bienvenida ya señaló que el camino que está tomando Europa es el equivocado. La propia Renault ha afirmado que está abierta a cambios que posibiliten la venta de mecánicas híbridas más allá de 2035.
No es de extrañar, por tanto, que Renault se haya buscado la vida para crear Horse Project, una compañía dedicada en exclusiva a la producción de motores de combustión y el desarrollo de opciones más sostenibles. Un movimiento que ha terminado derivando en un importante desencuentro con Nissan, el otro gran bastión de la alianza que comparten con Mitsubishi.
El motivo es que Renault no estará solo al frente de esta compañía. Los franceses son conscientes de que el desarrollo de motores de combustión es algo que se encarecerá en un futuro. El mercado de venta se reduce si Europa no puede venderlos y es de esperar que el coche eléctrico gane terreno en otros mercados donde no se han anunciado medidas restrictivas, como Estados Unidos.
Pese a todo, Renault confía en que estos propulsores seguirán teniendo una demanda lo suficientemente importante como para hacer viable el proyecto. Pese a todo, han necesitado de la inversión de Geely, que participará en el mismo con un 50%. Así, Renault y los dueños de firmas como Volvo o Polestar acarrearán a medias con los posibles beneficios y riesgos de Horse Power.
Renault y Geely compartirán riesgos y beneficios a medias con Horse Power
Esta segunda parte, la de la inversión con el conglomerado chino, es lo que ha provocado las reticencias de Nissan. De hecho, Horse Project podrá suministrar motores de combustión a los vehículos de Nissan pero no encontraremos propulsores originales de Nissan en esta nueva firma.
El objetivo simple y llanamente es reducir riesgos. Renault ya anunció que se pasarían al eléctrico en 2030 y Geely cuenta entre sus marcas más potentes con Polestar (exclusivamente eléctrica) y Volvo (que también confirmó que se pasarán al puramente eléctrico en 2030). Hasta entonces, sus vehículos en Europa seguirán recibiendo motores nuevos y, supuestamente, más eficientes que la competencia, pues mantendrán sus inversiones.
Pero, además, desde el primer momento Renault y Geely se han posicionado a favor de vender estos motores de combustión a terceros, abriendo una enorme puerta a la producción de propulsores para mercados donde éstos no estén prohibidos.
Con la ventaja de que, probablemente, Renault y Geely vayan reduciendo las dimensiones de la empresa poco a poco para irla adaptando a las nuevas demandas del mercado. Si en el futuro (entrada masiva de los eléctricos, precios prohibitivos del combustible...), el riesgo habrá sido mínimo. Si la Unión Europea se echa para atrás, estarán en una posición envidiable.
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