Tesla cree que puede vender sus coches sin ganar un solo euro. No lo necesita para ganarle a su competencia

Jonas Leupe Y0vvro Ursa Unsplash
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"Podríamos vender coches sin beneficio, ganado dinero con el software". Elon Musk habla y el mercado duda. Directos al estrellato o a estrellarse. Los meses pasan, las ventas se suceden unas a otras, las cifras varían y, lo que está por ver, Tesla triunfa o fracasa en su nueva estrategia de ventas.

La semana pasada, Tesla presentaba sus resultados del primer trimestre. Casi al tiempo de recibir la buena noticia de que el Tesla Model Y era el primer coche eléctrico en liderar un trimestre de ventas en Europa, la firma de Elon Musk anunciaba los resultados de ese mismo periodo: 23.300 millones de dólares de ingresos, un 24% más que el año pasado y, sin embargo, menos de lo esperado, pues la compañía aspira a posicionarse un 50% por encima de los resultados de 2022.

En la presentación, Elon Musk también justificó una medida de la que, hasta ahora, siempre había huido: bajar los precios de sus coches. El objetivo evidente es alimentar la demanda y vender un mayor volumen de coches. Es la única manera que tiene para intentar alcanzar el objetivo de 1,8 millones de unidades vendidas a final de año. Con el ritmo actual, se espera estar por debajo de los 1,5 millones.

En el camino, ningún mercado se ha quedado por el camino. En Europa, el precio de los Tesla Model 3 e Y es mucho más bajo que a principios de 2023, con diferencias de hasta 12.000 euros. En Estados Unidos, las ofertas son constantes. Bloomberg recoge hasta una docena de descuentos en lo que llevamos de año. En China, Tesla no ha dudado en entrar a competir con los fabricantes locales en una guerra de precios como no se conocía hasta ahora.

La compañía se encuentra en una situación privilegiada. Su margen de beneficios es muy superior a la competencia. En el primer trimestre de 2023 se ha situado en el 19,3% pese a la rebaja en los precios. Una cifra que, lejos del 28,5% de hace algunos meses, sigue siendo la envidia de los fabricantes que quieren rentabilizar la inversión en el coche eléctrico.

Los inversores, sin embargo, se mostraron negativos durante la presentación de resultados de la compañía. En un día, las acciones de Tesla pasaron de 180 dólares a 163 dólares por acción y, mientras escribo estas líneas, ha bajado un poco más hasta llegar a los 160 dólares. En estos momentos, está lejos de los 108 dólares de enero de 2023 pero también lo está de los más de 360 dólares que valía antes de la compra de Twitter por parte de Elon Musk.

O Henry Ford o Steve Jobs

Pese a ello, Elon Musk no parece estar preocupado. Durante la presentación de resultados lanzó al aire una de esas afirmaciones grandilocuentes: "somos la única marca que, técnicamente, podríamos vender con beneficios cero y obtener unos tremendos beneficios en el futuro de forma autónoma".

A lo que Musk apunta es a que gran parte del negocio de Tesla en el futuro no se basaría tanto en sus coches y sí en su software. Una estrategia donde sería clave reducir los costes (ya apunta a una caída de hasta el 50%) para abaratar el producto a los clientes potenciales y vender enormes volúmenes de coches eléctricos.

Tesla busca su futuro en vender enormes volúmenes de coches eléctricos

Dese Bloomberg apuntan a que los analistas proponen dos caras para Elon Musk: el nuevo Henry Ford o el nuevo Steve Jobs.

Los primeros sostienen que Musk puede vencer en una guerra de precios. Algunos competidores se han mostrado contrarios a las rebajas constantes de los estadounidentes y en el medio económico apuntan a que los verdaderos rivales del multimillonario no son los fabricantes tradicionales. Aseguran que el objetivo es acabar con Rivian y Lucid, firmas que también proponen vehículos eléctricos con una enorme importancia del software.

Otros analistas ven en Tesla una metáfora de Steve Jobs con el iPhone en la mano, el producto que cambió por completo los teléfonos móviles. Aseguran que la compañía automovilística servirá como verdadera referencia (si no lo es ya) del camino que tomará la industria. De momento, Renault ya se alía con Google y Qualcomm para asegurar que "en 2026, estaremos al nivel de Tesla en vehículos definidos por software".

Todo por el software

La decisión de apostar todo al software puede tener sentido para Tesla. La firma ya ha conseguido una posición muy adelantada a sus rivales en el que, se espera, sea el futuro del automóvil: el coche eléctrico. Hace años fue la marca rupturista que le ha permitido hoy alcanzar una posición de privilegio.

El siguiente paso, según quiere Musk, sería convertirse en esa misma firma completamente rupturista en el desarrollo y explotación del software. Éste se ha planteado como el próximo gran pilar sobre el que sostener la economía de los fabricantes.

De hecho, el software ya es un valor esencial para que un potencial cliente se decida por la compañía de Elon Musk antes que por cualquier otra. De momento, consiguen explotar al máximo la capacidad de su batería y sus sistemas de conducción semiautónoma son de los más avanzados del mercado.

Además, los analistas hace tiempo que avanzan que será una parte fundamental de la diferenciación en el mercado. Volkswagen, por ejemplo, se afana en pulir su desarrollo a marchas forzadas. Stellantis cree que le dará miles de millones de beneficios. General Motors se desentiende de cualquier colaboración para ofrecer una experiencia única.

Pero, al mismo tiempo, los fabricantes están teniendo serios problemas para explotar sus servicios. Si el software es el futuro, de momento no saben cómo explotarlo, pese a que algunos estudios señalan que la mayor parte de los compradores están interesados en el modelo de suscripción, especialmente aquellos que compran coches eléctricos o híbridos enchufables.

Y, al mismo tiempo, la conducción autónoma plena se le sigue resistiendo a Tesla. Elon Musk volvió a asegurar que este año veremos avances nunca vistos en conducción autónoma. Javier Gómara, en Híbridos y Eléctricos titulaba sus palabras con un elocuente: El día de la marmota.

Tesla tiene muchas esperanzas puestas en este nuevo camino de la automoción. En 2019, Musk ya anunció que apenas un año después veríamos en las calles millones de taxi de Tesla completamente autónomos. De momento, algunas compañías que trataban de explotar este tipo de tecnología han desaparecido y los avances del resto son especialmente lentos.

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Foto | Jonas Leupe

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