La funda de la almohada se ha puesto amarilla. Este es el truco de una experta para que recupere el blanco nuclear

El sudor y la grasa traspasan la sábana y terminan impregnando la funda de la almohada

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Cuando hablamos de lavar la ropa normalmente pensamos en la que llevamos puesta con nosotros, pero en el hogar hay que prestar atención a la ropa de cama. Sábanas, colchas, nórdicos... hasta las fundas de almohada y de cojines (si es que los tenemos).

Hay que tener en cuenta que la cama es uno de los lugares en los que más tiempo pasamos. Estudios determinan que en la cama pasamos una media de 20 o 25 años durmiendo si tomamos como referencia la media de vida actual. Por eso es muy importante mantener una correcta higiene en la ropa de cama.

Las fundas de almohada son una zona especialmente sensible. Aunque tengamos cuidado, con el tiempo las fundas de almohada (no confundir con las sábanas que las cubren) pueden ponerse amarillentas. A todos nos ha pasado que al cambiar las sábanas hemos visto esa antiestética mancha amarilla.

Lavar las fundas de almohada

Pexels Molly Champion 256223 1767415 Foto de Molly Champion

Las fundas son importantes, porque como las sábanas, se acumulan alérgenos y ácaros. Pero es que además, al tenerlas junto a la cara significa que puede aumentar el riesgo a desarrollar asma o alergia al polvo. De hecho hay estudios que afirman que lavarlas es el mejor método para evitar infecciones en vías respiratorias.

Pese a que usamos sábanas para las almohadas, con el tiempo el sudor, la grasa de la piel... terminan traspasando ese tejido e impregna la funda de la almohada. De ahí esas manchas.

Y hay ocasiones en que incluso lavando en la lavadora las fundas de almohada no termina de salir la mancha. Pero eso tiene solución y no será necesario deshacerse de la funda de la almohada. Basta con usar alguno de estos métodos caseros.

Vinagre y bicarbonato

Primero de ellos pasa por mezclar vinagre y bicarbonato y aprovechar las propiedades de estos dos productos para acabar con la suciedad. El método pasa por colocar en un barreño agua tibia y añadir dos tazas de vinagre blanco para luego dejar en remojo la funda de la almohada durante una hora.

En el caso de manchas más incrustadas antes de poner en remojo la funda de almohada, se puede pulverizar la zona con bicarbonato de sodio y luego sumergiendo las fundas de almohada en la mezcla de agua y vinagre.

Limón

También puedes aprovechar el poder del limón para quitar la suciedad. para aplicar este truco debes exponer agua, calentar en una olla y cuando esté hirviendo exprime un limón.

Luego retiras la olla del fuego y con cuidado de no quemarte y introducen ella la funda de la almohada, de forma que quede cubierta en su totalidad por agua. Deja reposar unas tres horas y luego, tras dejarla enfriar, lávala de forma normal en la lavadora.

Usa lejía

Este tercer método es el más agresivo. Se trata de aprovechar el poder blanqueador de la lejía. Lo primero es que compruebes que usar esta sustancia no perjudicará la a la prenda, en ese caso la funda, por lo que es aconsejable leer la etiqueta.

Para aprovechar este truco añade lejía al agua (basta con un par de tapone para un litro de agua) en un barreño. Luego introduce la funda de almohada y déjala reposar durante unos 5 a 10 minutos. Debes vigilar que no sea demasiado tiempo sumergida para no dañar el tejido. Después, enjuaga bien la prenda con detergente antes de proceder al lavado normal.

Lavar las sábanas

Pexels Pixabay 271619 Foto de Pixabay

Pero es que además, es muy importante cuidar la limpieza de las sábanas. Es muy importante que la cama esté limpia, no sólo por estética, sino como medio para mantener a raya ácaros y otros microorganismos que podrían instalarse en nuestras sábanas.

Con el tiempo la ropa de cama como las sábanas y fundas terminan por absorber la humedad provocada por el sudor y la grasa de la piel. Sudamos mientras dormimos. Es el método del cuerpo para regular la temperatura. De ahí que sea importante cambiar y lavar las sábanas de forma periódica.

En muchas ocasiones hemos visto como recomiendan lavar las sábanas hasta más de una vez por semana e incluso todos los días en algunos casos. La teoría dice que la frecuencia de lavado recomendada es de cada dos semanas durante el invierno, y cada semana en verano (por el aumento de la sudoración al aumentar la temperatura ambiente).

Estos plazos pueden cambiar si sudamos más o menos pero también por ejemplo, si estamos enfermos o si alguien en casa tiene algún tipo de alergia. En esos casos se recomienda lavar las sábanas con más frecuencia y con agua caliente, a unos 60ºC.

Además hay que tener en cuenta que al lavarlas y guardarlas, deben estar secas para evitar malos olores y la aparición de moho. En este sentido es importante evitar acostarse con el pelo mojado (en verano puede pasar) y así no dejar las sábanas mojadas.

Foto de portada | Liliana Drew

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